LA SALA A - B, LA DE MAYOR CAPACIDAD, ESTÁ CERRADA DESDE HACE CINCO AÑOS Y FUNCIONA COMO DEPÓSITO
A pesar de los anuncios, el Centro Cultural San Martín está en ruinas
Por Christian Boyanovsky Bazán
Publicado el 25 de Junio de 2011
Tiempo Argentino.
El gobierno porteño se apresta a inaugurar una obra en un sector del edificio, pero en el resto se observan roturas de todo tipo. Hay techos con agujeros, boquetes en las paredes y baños destruidos. Harán un pedido de informes.
Aunque el macrismo inaugurará una obra millonaria en el emblemático Centro Cultural General San Martín de la Ciudad de Buenos Aires, las condiciones de la histórica torre, y sus salas principales, así como la oferta de un espacio que supo nutrir a la ciudad de arte y cultura contrastan seriamente, por el franco y sostenido deterioro de hace años. Los trabajadores denuncian que el edificio, cuyas obras de remodelación debieron iniciarse en diciembre de 2006, sufre una notoria falta de mantenimiento que se percibe a simple vista: techos agujereados, sanitarios rotos, boquetes en las paredes. De cinco ascensores, suelen funcionar sólo dos con regularidad, y la mayoría de las veces, apenas uno. La Sala A-B, la de mayor capacidad (mil butacas), está cerrada hace cinco años y funciona como depósito de mobiliario y acopio de material.
Esto forma parte de lo que los trabajadores consideran que es "la ausencia de un proyecto cultural integral". En esa línea, mencionan que los diversos cursos que ofrece el centro observan una reducción de inscriptos de 4200 en su momento de mayor convocatoria, en 2004, a apenas 1500 en estos días. "No tenemos difusión, ni materiales para trabajar, pedís mate y te traen té", comentó un empleado en una reunión que tuvo Tiempo Argentino con una veintena de empleados de los diferentes sectores del centro cultural. Excepto por los delegados gremiales, Alejandro Flores, Sandro Leal y Jorge De Martini, la mayoría prefirió reservar su identidad "por temor a represalias".
El caso del Centro Cultural llegará a la Legislatura, cuando la diputada porteña Gabriela Alegre (EPpV) presente un pedido de informes al Ejecutivo en el que trabajaba su equipo. El borrador, al que accedió este diario, solicita información sobre la "nómina completa de cursos y talleres" y la "cantidad de alumnos inscriptos" desde 2008 hasta hoy. También "la cantidad de docentes" y el "estado de las obras de remodelación y ampliación (bajo plaza) del Centro Cultural General San Martín, especificando los motivos por los que se ha cerrado la Sala A-B del complejo para utilizarla como depósito e indicando para cuándo se tiene prevista su reapertura". La legisladora visitó el edificio días pasados y, al igual que Tiempo, pudo "constatar la paralización absoluta de remodelación de las obras" y el estado general del centro. "Esta desidia forma parte del vaciamiento de la política cultural que lleva adelante el jefe de gobierno, quien decide vaciar lo público y favorecer lo privado", comentó Alegre a Tiempo.
Uno de los trabajadores recordó que la función del San Martín tenía un impacto cultural y social en la comunidad. "Hacíamos espectáculos gratuitos o de muy bajo costo, ahora se maneja todo con una lógica más comercial. Antes este lugar era el sitio de referencia cultural de toda la ciudad, se daba la oportunidad a todos. Acá tocó (Luis) Salinas cuando no lo conocía nadie", expresó uno de los iluminadores. Actualmente, la mayoría de los contenidos artísticos se derivan al Teatro 25 de Mayo, de Urquiza. Esta escasez de actividades genera, en los empleados, el temor de quedarse sin tareas que justifiquen su pertenencia a la planta que hoy es de 250 permanentes y más de 30 contratados.
Las tres obras de remodelación (sobre la torre, la sala A - B y el bajo plaza) comenzaron en 2007, pero el año siguiente, con la llegada del macrismo "se paró todo". Sólo continuó el sector de cinco subsuelos bajo la plaza seca, que Macri planea inaugurar antes de las elecciones en la Ciudad. Se trata de una remodelación que tendrá salas de cine, y eventos múltiples, que se realizaron sobre los cinco pisos subterráneos que ya existían. Una obra que según versiones periodísticas demandó 36 millones de pesos y que en el San Martín afirman que a pesar del anuncio el sector "no está equipado, faltan aires acondicionados y sonido". Los trabajadores denuncian el contraste entre esa obra que llaman "faraónica" y la "desidia" que se observa en los siete pisos de la torre afectados al centro cultural, desidia que, dicen, fue progresiva a lo largo de los años, y se "agudizó con la llegada de Macri".
Tiempo Argentino intentó hablar con la directora María Victoria Alcaraz, pero el personal del Centro la excusó por estar "en una reunión" y derivó el tema al Ministerio de Cultura porteño, de donde depende el San Martín. El vocero del Ministro Hernán Lombardi no respondió el llamado de este diario.
A pesar de los anuncios, el Centro Cultural San Martín está en ruinas
Por Christian Boyanovsky Bazán
Publicado el 25 de Junio de 2011
Tiempo Argentino.
El gobierno porteño se apresta a inaugurar una obra en un sector del edificio, pero en el resto se observan roturas de todo tipo. Hay techos con agujeros, boquetes en las paredes y baños destruidos. Harán un pedido de informes.
Aunque el macrismo inaugurará una obra millonaria en el emblemático Centro Cultural General San Martín de la Ciudad de Buenos Aires, las condiciones de la histórica torre, y sus salas principales, así como la oferta de un espacio que supo nutrir a la ciudad de arte y cultura contrastan seriamente, por el franco y sostenido deterioro de hace años. Los trabajadores denuncian que el edificio, cuyas obras de remodelación debieron iniciarse en diciembre de 2006, sufre una notoria falta de mantenimiento que se percibe a simple vista: techos agujereados, sanitarios rotos, boquetes en las paredes. De cinco ascensores, suelen funcionar sólo dos con regularidad, y la mayoría de las veces, apenas uno. La Sala A-B, la de mayor capacidad (mil butacas), está cerrada hace cinco años y funciona como depósito de mobiliario y acopio de material.
Esto forma parte de lo que los trabajadores consideran que es "la ausencia de un proyecto cultural integral". En esa línea, mencionan que los diversos cursos que ofrece el centro observan una reducción de inscriptos de 4200 en su momento de mayor convocatoria, en 2004, a apenas 1500 en estos días. "No tenemos difusión, ni materiales para trabajar, pedís mate y te traen té", comentó un empleado en una reunión que tuvo Tiempo Argentino con una veintena de empleados de los diferentes sectores del centro cultural. Excepto por los delegados gremiales, Alejandro Flores, Sandro Leal y Jorge De Martini, la mayoría prefirió reservar su identidad "por temor a represalias".
El caso del Centro Cultural llegará a la Legislatura, cuando la diputada porteña Gabriela Alegre (EPpV) presente un pedido de informes al Ejecutivo en el que trabajaba su equipo. El borrador, al que accedió este diario, solicita información sobre la "nómina completa de cursos y talleres" y la "cantidad de alumnos inscriptos" desde 2008 hasta hoy. También "la cantidad de docentes" y el "estado de las obras de remodelación y ampliación (bajo plaza) del Centro Cultural General San Martín, especificando los motivos por los que se ha cerrado la Sala A-B del complejo para utilizarla como depósito e indicando para cuándo se tiene prevista su reapertura". La legisladora visitó el edificio días pasados y, al igual que Tiempo, pudo "constatar la paralización absoluta de remodelación de las obras" y el estado general del centro. "Esta desidia forma parte del vaciamiento de la política cultural que lleva adelante el jefe de gobierno, quien decide vaciar lo público y favorecer lo privado", comentó Alegre a Tiempo.
Uno de los trabajadores recordó que la función del San Martín tenía un impacto cultural y social en la comunidad. "Hacíamos espectáculos gratuitos o de muy bajo costo, ahora se maneja todo con una lógica más comercial. Antes este lugar era el sitio de referencia cultural de toda la ciudad, se daba la oportunidad a todos. Acá tocó (Luis) Salinas cuando no lo conocía nadie", expresó uno de los iluminadores. Actualmente, la mayoría de los contenidos artísticos se derivan al Teatro 25 de Mayo, de Urquiza. Esta escasez de actividades genera, en los empleados, el temor de quedarse sin tareas que justifiquen su pertenencia a la planta que hoy es de 250 permanentes y más de 30 contratados.
Las tres obras de remodelación (sobre la torre, la sala A - B y el bajo plaza) comenzaron en 2007, pero el año siguiente, con la llegada del macrismo "se paró todo". Sólo continuó el sector de cinco subsuelos bajo la plaza seca, que Macri planea inaugurar antes de las elecciones en la Ciudad. Se trata de una remodelación que tendrá salas de cine, y eventos múltiples, que se realizaron sobre los cinco pisos subterráneos que ya existían. Una obra que según versiones periodísticas demandó 36 millones de pesos y que en el San Martín afirman que a pesar del anuncio el sector "no está equipado, faltan aires acondicionados y sonido". Los trabajadores denuncian el contraste entre esa obra que llaman "faraónica" y la "desidia" que se observa en los siete pisos de la torre afectados al centro cultural, desidia que, dicen, fue progresiva a lo largo de los años, y se "agudizó con la llegada de Macri".
Tiempo Argentino intentó hablar con la directora María Victoria Alcaraz, pero el personal del Centro la excusó por estar "en una reunión" y derivó el tema al Ministerio de Cultura porteño, de donde depende el San Martín. El vocero del Ministro Hernán Lombardi no respondió el llamado de este diario.
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