miércoles

Peatonales

en la razon de hoy salio dos cuadros con noticias acerca de peatonales de caba. Una en construccion y otra ya hecha que hoy en dia tomo un nuevo color como calle gastronomica.

ANTES DE FIN DE AÑO LLEGARA HASTA CORRIENTES

Siguen las obras para que Suipacha sea peatonal

Está casi terminada la cuadra entre Avenida de Mayo y Rivadavia. Ya se instalaron las ciclovías y las luminarias.

La idea de descentralizar el tránsito del Microcentro porteño va tomando forma. Hace un tiempo la calle Reconquista se convirtió en peatonal (ver aparte) y ahora avanzan las obras en la transitada Suipacha. En estos momentos, los obreros están por terminar la cuadra que se encuentra entre Avenida de Mayo y Rivadavia, donde además instalaron ciclovías, nuevos árboles y plantas, más iluminación, cestos de basura y bancos de madera.


Los trabajos, que pretenden peatonalizar la calle desde Santa Fe hasta Avenida de Mayo, incluyendo un tramo de Tacuarí, comenzaron a fines de julio pasado y forman parte del programa P r ior id a d Peatón del Gobierno porteño, que fue diseñado para un área de 22 manzanas de Retiro a Parque Lezama.

De acuerdo con el Código de Planeamiento Urbano, la calle deberá tener 3,50 metros de ancho para que pueda pasar eventualmente un camión de bomberos, una ambulancia o el camión recolector de residuos.

El ancho actual de la calzada es de 6,20 metros. Según voceros del Gobierno porteño, las obras estarán listas hasta Corrientes antes de fin de año.

Para realizar los trabajos en pleno Microcentro fue necesario diseñar un nuevo recorrido para los colectivos 59 y 70. Ambos se desvían en Córdoba hasta Cerrito y retoman en la avenida Belgrano para llegar a Tacuarí.

300
Mil pesos son los que el Gobierno porteño emplea para cada cuadra que será peatonal en el Centro porteño.

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Reconquista, un nuevo polo gastronómico


La intervención en Reconquista abarcó toda su extensión, entre Ricardo Rojas y Plaza de Mayo, y costó 850.000 pesos por cuadra.


En diciembre de 2009 se inauguró el último tramo con el objetivo de revitalizar y recuperar el espacio público para los peatones, incentivar los desplazamientos a pie e incorporar nuevos usos. Las obras incluyeron distintos puntos: se niveló la acera con la calzada y se ensancharon las veredas; también se incorporaron bancos, cestos y lugares para dejar las motos y se renovaron el alumbrado y el arbolado.

Todas esas mejoras terminaron de convertir al nuevo Bajo en un polo gastronómico, sobre todo nocturno, con barcitos que ahora pueden poner sus mesas en las veredas.

Por eso, hoy esta calle angosta con edificios de altura revive gracias a sus oficinas, comercios, bares y restaurantes que sacan sus mesas sobre la vereda y de la mano de los oficinistas y turistas que la transitan: según un estudio oficial, los locales comerciales se revalorizaron un 11%, los departamentos subieron un 12,3% y la decisión de restringir la circulación vehicular a lo mínimo redujo el ruido a la mitad y un 97% la contaminación.

Fuente. LaRazón.