A través del programa Buenos Aires Más Color, se pintaron 70 casas de la zona más postergada del barrio. La gente eligió la paleta y aprendió el oficio. El martes será el acto de cierre y premiarán las mejores fachadas.
POR BRIAN COHN LaRazon 26-11-10
Barracas rejuveneció unos cuantos años. Y lo hizo gracias a la labor de los vecinos, de los que caminan sus calles día a día.
Unas 70 casas, que flanquean las plazas Agustín Magaldi y Miguel Unamuno en un radio de 18 cuadras, en la zona más postergada del barrio, fueron pintadas por sus propios dueños. Impulsados por el programa Buenos Aires Más Color del Gobierno de la Ciudad, que apoya la activa participación comunal, los vecinos debieron aprender el oficio de pintor para, después sí, poner manos a la obra.
El próximo martes es el plazo fijado para que todas las fachadas luzcan renovadas. Ese día se realizará la ceremonia de cierre y se premiarán los tres mejores trabajos por creatividad, esfuerzo y resultados. Los ganadores recibirán pintura de interior donada por Sinteplast, la empresa que también había otorgado los 2.100 litros para llevar la iniciativa a buen puerto.
Fueron seis meses de intenso trabajo, desde la convocatoria de los ciudadanos y las reuniones en el club Juventud Unida de Barracas, hasta los talleres de aprendizaje, la elección de los colores y las tareas ya con el rodillo en mano y el overol.
María Paz Aizpurúa, quien coordina este proyecto dentro del Programa Puertas del Bicentenario, recordó los primeros contactos con los vecinos: "Al principio estaban asustados, había mucha desconfianza. Pero de a poco se prendieron por el simple objetivo de cambiar la cara de su lugar". Sobre la elección de Barracas, Aizpurúa explicó: "Es un barrio importante, que tiene una historia arquitectónica y que está con poco mantenimiento. Hubo viviendas que recién se pintaron por primera vez".
Una de esas viviendas es la de Graciela Gómez y su marido José María, quienes trabajaron en sus paredes y también ayudaron a sus compañeros de cuadra. "Hay gente mayor que no está en condiciones de pintar, y mi esposo lo hizo por ellos", relató Graciela, confiada en que este "revivir" del barrio revierta el problema de la inseguridad y aúna a los vecinos: "Me fui enganchando porque estamos en una zona de aislados, cerca de la villa. No nos tienen en cuenta, no entran los taxis; es complicado. Lo bueno es que hubo mucha solidaridad. Quizás algunos que ni se saludaban ahora toman mate juntos".
Como parte de esa solidaridad que plantea la movida, la gente también se ocupó del Centro Materno Infantil (al que asisten 200 chicos), el club Juventud Unida y tres "casas nido" de la Villa 21-24. Todo sea por que Barracas recupere la alegría y la imagen que supo concebir.
Pompeya, a nuevo
El primer antecedente en la Ciudad fue el barrio de Pompeya, en 2009. En ocho meses de trabajo, se pintaron 90 casas, en un radio de 14 cuadras, y se utilizaron 1.280 litros de pintura. Además, la asociación civil Más Color ya implementó esta iniciativa en otras provincias, como Río Negro, Chaco y Salta.
Murales de regalo
El artista plástico Emiliano Flores, que se dedica a representar la naturaleza, flora y fauna en el espacio urbano, donó dos murales para el club Juventud Unida y el Centro Materno Infantil, debido a su interés por el proyecto llevado a cabo.