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sábado

Nuevo look peatonal Florida.


PEATONAL FLORIDA
Arranca un plan para poner a nuevo la peatonal Florida.
POR PABLO NOVILLO
Clarín 29/09/12

A fines del mes que viene comienzan los trabajos para renovar las veredas. Además, harán un sistema bajo tierra para pasar los cables y evitar roturas. Y pondrán canteros para que tenga verde.

Actual. Florida desde Córdoba hacia Plaza San Martín. Allí comenzarán la obra de puesta en valor./Leandro Monachesi


La peatonal Florida es la calle comercial más importante del país. Con comercios clásicos y grandes tiendas, es recorrida 800 mil personas cada día, entre turistas y oficinistas que trabajan en la zona. Sin embargo, hace años que no recibe un impulso en cuanto a su fisonomía, y hoy las veredas rotas y la falta de iluminación conspiran contra su esplendor . Ahora, el Gobierno porteño encarará una obra para poner en valor la tradicional calle porteña, que incluirá un nuevo sistema para evitar las permanentes roturas de las veredas por parte de las empresas que necesitan hacer reparaciones.

Según informaron en el Ministerio de Ambiente y Espacio Público de la Ciudad, las obras comenzarán a fines de octubre y durarán hasta mayo . Arrancarán por las dos primeras cuadras entre plaza San Martín y Córdoba, y luego seguirán hasta Avenida de Mayo. En total, invertirán unos $ 11.000.000.

¿Qué harán? En primer lugar, construirán un ducto en el eje central de la peatonal, que permitirá que las empresas de telefonía, Internet y otras pasen por allí sus conexiones y puedan acceder a ellas para hacer reparaciones sin tener que romper el piso , lo que además genera que varios sectores de la vereda queden rotos y pasen el agua y la humedad. Con este sistema, en Espacio Público informaron que piensan bajar de 130 aperturas de vereda por año a solo 30, las que harían las empresas de agua, cloacas o gas, cuyas cañerías, más grandes, no se pueden mover.

Ese ducto, a manera de trinchera, tendrá 1,10 metro de ancho por 60 centímetros de profundo. Cada 8 metros habrá una boca de acceso con una tapa, y sobre ellas instalarán canteros con plantas , para darle, por primera vez en años, un poco más de verde a Florida. Además, en cada cantero habrá dos cestos papeleros, uno gris para la basura común y otro verde para los materiales reciclables, como cartón vidrio o plásticos.

A medida que vayan construyendo el ducto central también repararán las veredas, con planchones de hormigón de 1 metro por 60 centímetros, que tendrán un diseño de imitación de piedra. Tanto el Gobierno como la Asociación de Amigos de la calle Florida tendrán depositados los moldes para construir esos planchones de material, para que cada vez que una empresa rompa la vereda pueda usarlos para reemplazar el hormigón sin demoras.

Otro punto será mejorar la iluminación . Mantendrán el diseño actual de lámparas, pero les colocarán focos con tecnología LED, lo que permite reducir en un 60% el consumo. Pero con la luz se buscará también darle más belleza a la peatonal: es que serán especialmente iluminadas las fachadas de los diez edificios más emblemáticos de la zona, como la tienda Harrods o la confitería Richmond (ver Las fachadas ).

En tanto, los quioscos de revistas quedarían en sus lugares, pero con un nuevo diseño que ocupe menos espacio. Florida tiene entre 9 y 12,6 metros de ancho: es más angosta en el tramo central y más amplia en sus extremos, por ejemplo entre Diagonal Norte y Rivadavia.

“Esta obra es parte integral del proyecto de revalorización del Microcentro. Florida es nuestra peatonal por excelencia y merece que todos caminemos sin inconvenientes por ella. Ya resolvimos el tema de los manteros y ahora queremos que brille como en otras épocas”, aseguró el ministro de Espacio Público, Diego Santilli.

Los comerciantes de la zona están entusiasmados con el proyecto. Héctor López Moreno, presidente de la Asociación de Amigos de la calle Florida, afirmó: “Esta obra servirá para recuperar el esplendor de la peatonal y convertirla en una de las calles comerciales más importantes de Latinoamérica. Es muy importante encontrarle una solución a las permanentes roturas de las veredas, que además permiten que penetre humedad en los sótanos de los comercios”. En Florida hay unos 600 locales que pagan entre 200 y 300 dólares por metro cuadrado de alquiler, en promedio. Actualmente hay unos 14 locales vacíos, sin contar la confitería Richmond, que cerró en agosto del año pasado, y la tienda Harrods, que no opera desde 1998.

viernes

Metrobús y más bicisendas

Gasto público / Lo aprobó la Legislatura

Habrá otro Metrobús y más bicisendas

Macri consiguió una ampliación presupuestaria de $ 3400 millones; de allí también se pagará el aumento de sueldo a los municipales
Por Laura Rocha
LA NACION 06-07-12


La Legislatura porteña aprobó anoche la ampliación presupuestaria de 3468 millones de pesos que necesita el jefe de gobierno, Mauricio Macri, para concretar algunas obras de infraestructura y afrontar el aumento salarial acordado en paritarias.


No fue sencillo para el macrismo conseguir las 31 voluntades necesarias para discutir en el recinto esta ampliación del actual ejercicio, que ahora será de $ 36.373,6 millones. Y fue por eso que tuvo que negociar dejar para agosto la discusión por la emisión de un bono de deuda de 220 millones de pesos para compensar a los trabajadores de higiene urbana, un acuerdo que la administración porteña mantiene desde que se privatizó el servicio.

La inclusión de estos fondos en los gastos del fisco no incluyó ninguna obra en el área sanitaria. Sin embargo, sí previó la construcción del Metrobús que unirá Pompeya y Constitución; la peatonalización del microcentro; 50 kilómetros más de bicisendas, y la construcción del Nodo Retiro, una obra que pretende reorganizar el flujo vehicular a la altura de la Avenida del Libertador y Ramos Mejía.




El monto total de la ampliación se afrontará con $ 1791 millones por ingresos en materia de impuesto sobre los Ingresos Brutos y de $ 1677 provenientes del financiamiento, de los cuales $ 1067 millones corresponden a la disminución de activos financieros y $ 610 millones, al endeudamiento público, mediante un bono.


La mayor parte estará destinada al aumento de sueldos de los 124.668 empleados del gobierno local. "El macrismo siempre pone de zanahoria la suba de sueldos de los empleados y atrás viene con obras y con deuda que no dejan grandes cosas para la ciudad. Todos los años hacen lo mismo", indicó el jefe del bloque Diálogo por Buenos Aires, Aníbal Ibarra. Su bloque se abstuvo en la votación en general del proyecto del Ejecutivo.


Votos esquivos


Para poder conseguir los votos que el macrismo necesitaba, el titular de la Comisión de Presupuesto y Hacienda, Rogelio Frigerio, tuvo que negociar. A pedido del denarvaísta Daniel Amoroso, el proyecto tuvo que incluir algunos temas referidos a lo social: el subsidio para los clubes de barrio afectados por el temporal de abril pasado; la recuperación y puesta en valor del barrio Castex, en Flores, y la puesta en marcha para la construcción de un hospital veterinario.


El kirchnerismo, por su parte, rechazó el pedido del Poder Ejecutivo. "Cada año el macrismo apela a ampliaciones presupuestarias, sin haber ejecutado el dinero previsto, y promueve la colocación de bonos que permanecen ociosos en el Banco Ciudad mientras se pagan por su valor elevadas tasas de interés. Entre los préstamos adquiridos en 2010 y 2012, el gobierno porteño obtuvo 900 millones de pesos para realizar obras en la red de subterráneos pero ni siquiera cumplió con las promesas de campaña que hizo Macri", recordó Francisco Nenna, diputado del bloque.


Por redeterminaciones de precios y gastos que tienen que ver con la higiene urbana, este proyecto prevé: $ 198 millones para la extensión de la contenerización; $ 40 millones para pagar el aumento del enterramiento de la basura en los rellenos de la Ceamse, y otros $ 40 millones para el programa de reciclado que llevan adelante los recuperadores urbanos.


En concepto de aumento de los costos de los servicios de luz, gas y agua se proyectaron 384 millones de pesos más..

lunes

Buscan convertir Harrods en un shopping para la comunidad homosexual

La tradicional tienda también incluiría un hotel. Y si bien estaría centrada en atraer al público gay, no excluiría a los turistas en general. Definen a sus potenciales clientes como “hetero friendly”. Por el momento, se trata sólo de un proyecto



Crédito foto: Gentileza diario ClarínLa tradicional tienda, que queda en la manzana de Florida, Paraguay, San Martín y Córdoba, dejó de funcionar en 1998. La economía argentina de los´90 fue demasiado dura para Harrods, que fue desmantelando piso por piso hasta quedar cerrada ese año.


Desde entonces, el edificio sólo fue abierto parcialmente para exposiciones de arte y para algunas de las actividades del Festival de Tango de la Ciudad. Ahora, los propietarios están analizando una propuesta para transformarlo en un centro comercial orientado a la comunidad gay, según publica el diario Clarín.


La iniciativa –que por el momento está sólo en estudio- contempla locales de indumentaria, venta de antigüedades, espacios para la gastronomía y el arte e, inclusive, un hotel .


Y si bien el objetivo estará centrado en atraer a la comunidad homosexual local y a los turistas, la idea, de acuerdo a lo que le contaron al matutino fuentes cercanas al proyecto, es que el shopping sea “hetero-friendly” .


Para Héctor López Moreno, presidente de la Asociación de Amigos de la Peatonal Florida, de concretarse la propuesta sería "muy bueno".


"Se trata de una propuesta arriesgada pero original, que permitiría recuperar un edificio histórico y a la vez impulsaría todavía más a la peatonal Florida”, subrayó.

Fuente: InfoBAE 07/05/12

+info
http://www.clarin.com/ciudades/Estudian-convertir-Harrods-shopping-publico_0_695930481.html

Lavalle, entre el cielo y el infierno

Paisaje urbano / La decadencia de una calle tradiciona

En la histórica arteria del centro porteño conviven tiendas raras, nuevas religiones, oferta de sexo, pungas y mucha gente enojada

Por Leonardo Tarifeño
LA NACION 05/03/12
Los cines, emblemas del pasado de Lavalle, se convirtieron en iglesias evangélicas que anuncian "el show de la fe". Foto: Ricardo Pristupluk




Donde hasta no hace mucho los juguetes de Toy Story lucharon contra el olvido de los adultos, a pocos metros del sitio en el que cientos de personas vieron cómo Bruce Willis salvaba el mundo, una anciana con bastón y lentes gruesos mira el suelo, se persigna y susurra "el Señor es mi pastor y nada me faltará". No está sola. A su lado hay dos jóvenes que reparten volantes y un diario gratuito. Y un poco más allá, como respuesta a la plegaria íntima de la mujer renga, se oye el rugido de una multitud entregada.


La escena no corresponde a una película sino al "show de la fe" que tiene lugar en el que fue el cine Atlas Lavalle, el oasis de sanación que reemplazó los sueños de Hollywood por los milagros de la Iglesia Internacional de la Gracia de Dios. Dentro de la sala, los padres evangelistas atienden a las víctimas de la brujería. Afuera, en la calle, si hay algo que parece perdido es la fe. El juego de espejos es tan sugestivo que bien podría ser un experimento divino: mientras la alfombra roja del templo promete una versión pocket del paraíso, la degradación de Lavalle dibuja algunos de los tantos caminos por los que se llega al infierno.


De todas maneras, el equívoco milagro del contraste no parece tanto producto de la fe como del rumbo que ha tomado esta calle histórica, una marca registrada de Buenos Aires a la que parece haberle caído un embrujo. En algún momento de los años 90, la sentencia del hechizo habría dictado que los cines, su mayor emblema durante décadas, cerrarían inexorablemente uno tras otro. Y que, a partir de entonces, la desidia de quienes deberían protegerla campearía a sus anchas.


Será por eso que, a un costado del guitarrista que interpreta "Still loving you" un chico duerme cobijado por cartones y una camiseta de Colón, otro aspira el pegamento que conserva dentro de una bolsa de plástico y un tercero, de gorrita gris y bermuda al tono, manotea la billetera de un turista en la puerta de una farmacia.


"Yo les he preguntado a los policías por qué no persiguen a los pungas -dice Roque Gómez, quien desde 1984 trabaja en el café Tranqueira, en Lavalle al 900- y la respuesta siempre es la misma: porque, como son menores, salen libres 12 horas después de ser detenidos." Gustavo, el canillita de Lavalle y Esmeralda, coincide en el diagnóstico. "La policía está, pero los ladrones también -señala-. Yo los veo a todos. Un día me quisieron afanar, los amenacé con un palo y salieron corriendo. Si uno no se defiende, ¡no te ayuda nadie!"


Escenario de extremos y prueba urbana de lo que el tiempo se llevó, en Lavalle conviven la dejadez del presente con un pasado mítico que se niega a desaparecer. Las carteleras que venden entradas con descuento, la colección de pins más extraña del mundo (que incluye al de Cambaceres y varios de Nuestra Señora de Itatí, en Lavalle 742) y las tiendas que ofrecen todas las versiones de Scalextric corresponden a una época en extinción; las quejas -de mantenimiento y seguridad, principalmente- ocultan la magia de los años idos bajo el peso de la dura realidad. Según Gómez, "todo empezó con los cierres de los cines. Antes, paseaban muchas familias y gente bohemia, la mayoría para ver películas. Ahora, en cambio, hay turistas que sólo quieren ofertas. Y como la policía cuida poco y nada, los ladrones tienen vía libre".


La película de Lavalle todavía es apta para todo público, aunque cuesta adivinar a qué género pertenece. Para la comedia costumbrista habría que apuntar al vendedor de tomates de goma, las botellas de malbec con etiquetas de River ($ 60, Lavalle 835), el show de tango y humor que se improvisa en el cruce con Florida o las remeras con leyendas de dudoso gusto ("un hombre sin panza es como un cielo sin estrellas").


El drama de superación personal lo encarnaría el lustrabotas Esteban, quien llegó desde Salta para instalarse en la esquina con Reconquista a fuerza de humildad y buenos modales, los mismos que lo llevan a decir que "el secreto es mirar. Mirando aprendí a lustrar y reparar zapatos, gracias a eso ahora gano 4000 pesos al mes".


Y el thriller erótico debería empezar en la agenda clandestina que brota de los teléfonos, para seguir en la euforia explícita del legendario cine teatro ABC (donde a las 20 se presenta una dama "alta, rubia, calentona y con las hormonas vestidas de seda") y terminar, quizás, en alguno de los tantísimos sex shops que la rodean.


En uno de ellos, Intimidades (Esmeralda 508), el antifaz sexy ($ 69), diseñado por la creadora argentina Mariana Arbusti, brinda un inesperado toque de refinamiento para un submundo en el que reinan los cines porno, los promotores de cabarets a la caza de incautos y los ofrecimientos más o menos velados que llegan junto con la luna.


"Todos se van con algún regalo si vienen aquí por primera vez", dice Sole, la encargada de Intimidades, mientras ofrece un chupetín con forma fálica. La cortesía sorprende y se agradece, aunque su obsequio no parece la mejor golosina para comer por Lavalle..

martes

Los manteros ocupan Florida y hay descontrol todo el día

Ya ni respetan el acuerdo de vender desde las 18. Se los puede ver desde la mañana con su mercadería copando el centro de la peatonal y resisten las inspecciones a los golpes. Los comerciantes están furiosos y reclaman presencia policial efectiva.




MARTINA PERDIGUERO
04/10/11 Clarin.



Si bien los manteros que hacen venta ilegal acordaron hace más de un año con el ministro de Espacio Público, Diego Santilli, trabajar en la peatonal Florida sólo desde las 18, no lo cumplen. Ya desde la mañana puede vérselos acomodando la mercadería sobre sus mantas a lo largo de las cuatro cuadras que van desde Corrientes hasta Córdoba.


Los puestos cada vez son más . En Florida entre Viamonte y Avenida Córdoba hay 53 y en Florida y Corrientes 61. Incluso algunos vendedores manejan más de una manta para poder abarcar varios rubros y en algunos sectores hay dos mantas en el centro de la peatonal. “Desde Córdoba hasta Rivadavia tenemos contabilizados 614 puestos . Incluso en algunas calles como Florida al 500 están desde la mañana sin respetar ni siquiera el horario que les pusieron a los artesanos”, criticó el Presidente de la Asociación Amigos de la calle Florida, Héctor López Moreno.


Aunque la actividad es ilegal, prohibirlos no es fácil. La violencia hacia los inspectores se repite durante todos los operativos. El Día de la Primavera, dos inspectores fueron heridos por vendedores en Florida al 500 cuando pretendían secuestrar mercadería ilegal. Uno de ellos terminó con tres puntos porque recibió un martillazo en la cabeza, y el otro con principio de conmoción cerebral por un golpe con un redoblante.


Algo parecido ocurrió tres días antes, cuando tres manteros forcejearon con los inspectores y finalmente les robaron las bolsas de mercadería que les habían secuestrado. “Es muy difícil solucionar el problema de la calle Florida sin contar con fuerzas de seguridad que nos ayuden . Tenemos un equipo de 25 inspectores trabajando cotidianamente y ya tengo 20 inspectores heridos”, dijo a Clarín el ministro Santilli.


Los comerciantes están hartos de esta situación porque afirman que sus ventas bajaron aproximadamente un 30% . “El jueves tuvimos una reunión con Marta Arriola, una funcionaria del Ministerio de Seguridad, para pedirle que nos ponga presencia policial permanente en todas las cuadras, por lo menos en los horarios que están los negocios abiertos”, contó Héctor López Moreno.


Según ellos, los motivos de la disminución en las ventas son porque la gente de mayor poder adquisitivo no quiere ir a la peatonal ya que no les gusta el ambiente, y también que en los hoteles y las agencias de viaje recomiendan a los turistas que quieran pasear por la zona no llevar dinero ni documentos por los asaltos, y que los manteros venden la misma mercadería que ellos pero más barata.


“Esto es un desastre, las ventas cayeron hasta un 35%. Es imposible competir con ellos si no tienen que pagar impuestos, ni empleados y mucho menos un alquiler”, explicó Gustavo, dueño de un local de carteras y zapatos en Florida al 400. “Como están en el medio de la peatonal, uno al lado del otro, y no hay espacio para atravesarla, tenemos menos ventas, porque la gente no camina hasta la esquina y vuelve al local para comprar”, aseguró Florencia, encargada de una perfumería.


Caminando por Florida se pueden encontrar diversos artículos, de los cuales la gran mayoría no son artesanales . Los que predominan son los puestos que venden pañuelos y chalinas por $ 10 y otros que venden tres pares de medias a $ 10. Pero las posibilidades son infinitas. Adaptadores de corriente a $ 10, sombreros a $ 40 y pantalones de bambula a $ 70.


Para los más chicos, peluches por $ 30, calcomanías por $ 10 y calzoncillos por $ 15. “El Día del Niño, un mantero que vende juguetes convencía a la gente de que le compre a él diciendo que vendía los mismos muñecos que la juguetería, pero él los tenía a $ 50 y en el comercio estaban a $ 79. Eso es competencia totalmente desleal y es totalmente ilegal. Ellos no pagan gastos ni sueldos de empleados”, contó Rafael Fajgenblat, dueño de un local de artículos de cuero en Florida y Tucumán.


También venden una infinidad de productos truchos. Los más comunes son los anteojos “Ray Ban” por $ 40, pero también lapiceras “Mont Blanc” por $ 40, perfumes importados entre $ 50 y $ 80, carteras y billeteras “Louis Vuitton” por $ 250 y $ 30. “Florida dejó de ser la peatonal más importante de Buenos Aires y ahora es Once o La Salada . Además desde que están los manteros hay muchísimos robos porque al haber tanta acumulación de gente es más fácil para los pungas robar”, dijo Sofía Abas, empleada del quiosco de diarios de Florida y Lavalle.

lunes

La invasión del espacio público

Ideas para que la Capital deje de ser una ciudad tomada
Dirigentes y vecinos proponen más controles y nuevas normas

Por Laura Rocha  | LA NACION


Comida en la vereda. Foto: LA NACION


La reforma del Código Contravencional porteño, una presencia más activa del Estado en las calles, regulación de algunas actividades informales y agilización de los procesos para castigar a los infractores. Esas son algunas de las propuestas que funcionarios, legisladores y representantes de asociaciones vecinales aportaron a La Nacion en la conclusión de la serie de notas que este diario ha publicado para exhibir el estado de ilegalidad que, en numerosas zonas y por distintos motivos, domina el espacio público.


La ocupación ilegal o informal de la calle se revela de distintas formas: con la venta ilegal ambulante y con el avance irregular de locales habilitados; con el crecimiento de los asentamientos producto de la marginalidad social y con los que lucran con el estacionamiento; a todo eso se suma el flagelo cotidiano de los piquetes que colapsan el tránsito y crispan tanto a automovilistas como a peatones.


Para Luis Cevasco, fiscal general adjunto de la Ciudad, la ocupación ilegal del espacio público se agravó desde el fin de los edictos policiales, por lo que propone un proceso simplificado para que la Justicia resuelva los casos flagrantes en no más de 24 horas. Javier Ibáñez, presidente de la Agencia Gubernamental de Control, reconoce las trabas legales para actuar al admitir que los inspectores pueden decomisar mercaderías ilegales y labrar multas, pero se encuentran imposibilitados de levantar un puesto callejero.


Ante la pasividad del Estado, la venta ambulante ilegal se instala en calles y avenidas, y va desde falsificaciones de las grandes marcas y baratijas hasta puestos de comida, que crecen día a día y son indicio de la existencia de grupos organizados que reparten mercadería de todo tipo, que luego es vendida en las calles. El negocio, se calcula, mueve entre 2 y 7 millones de pesos por día.


En ese descontrol, de los 6250 puestos de comida que, se estima, ocupan veredas y estaciones, apenas 40 están habilitados, con el riesgo sanitario que ello implica.


Pero no es sólo la venta ambulante irregular. Las aceras también sufren ocupación ilegal por parte de bares, restaurantes y otros comercios que llenan con mesas y sillas superficies que deberían quedar libres para la circulación de peatones. Los puntos más críticos se presentan en los polos gastronómicos de las zonas conocidas como Palermo Soho y Hollywood, Las Cañitas y Puerto Madero. Cada día se hacen cuatro intimaciones y se labran dos multas a locales que cometen este tipo de falta.


En no pocos lugares de estas zonas también se da otro fenómeno: el de los "dueños de cuadra" o valet parking. Desarrollan su actividad en espacios fijos y reciben dinero a cambio del cuidado de coches. En estos casos, los automovilistas entregan las llaves de sus rodados para que los cuidacoches puedan moverlo si hace falta. Están también los "trapitos", que sólo por presencia y prácticamente sin ofrecer contraprestación alguna, obtienen un billete o alguna moneda de quienes quieren estacionar.


Con matices, Aníbal Ibarra, ex jefe de gobierno y actual diputado; Adrián Camps, legislador de Proyecto Sur, y Sandra Vellido, de la ONG Malditos Parquímetros, ven la solución en la intervención eficaz del Estado, empleando la legislación vigente. Otros, como el legislador oficialista Patricio Distéfano y el fiscal Cevasco, juzgan necesario modificar las normas, pero con distintos enfoques: el primero, para erradicar las excepciones que amparan la venta ambulante; el segundo, para agilizar los procesos y sancionar rápidamente.


Otro de los fenómenos de ocupación se produce en veredas y terrenos libres: se trata del asentamiento masivo de personas. Si bien estos movimientos a gran escala han cesado desde diciembre, cuando tuvieron su pico en la zona Sur de la ciudad, las cifras oficiales revelan que cada día se afincan en villas 15 personas. En Retiro, por ejemplo, un nueva villa, llamada San Martín, no detiene su crecimiento. Además, las calles de la ciudad sufren diariamente cortes y manifestaciones que entorpecen y enlentecen la circulación. Cada día hay, en promedio, cuatro piquetes que duplican los tiempos de viaje. El centro de la ciudad es el más afectado por este tipo de contravención. Todas estas situaciones están incluidas en la normativa.


Sin embargo, es poco o nulo el cumplimiento en la aplicación de la ley contravencional por parte de policías, inspectores o funcionarios, coincidieron los expertos consultados por LA NACION, cuyas propuestas pueden leerse en esta página.


Seis problemas y siete propuestas
1. COMIDA EN LA VEREDA. De los 6250 puestos que existen sólo 40 están oficialmente habilitados


2. VENTA AMBULANTE. Mueve por día entre 2 y 7 millones de pesos en la ciudad


3. PIQUETES. Hay, en promedio, cuatro cortes diarios; la justicia porteña no pena los cortes


4. VILLAS. Cada día se afincan en los asentamientos 15 personas más


5. PARKING. Hay varias zonas en las que se han instalado valet parking que funcionan sin permisos


6. MESAS Y SILLAS. Por día se hacen dos multas por ocupaciones indebidas.


Seis problemas y siete propuestas / Soluciones para una mejor convivencia


Seis problemas y siete propuestas


Ideas para que la Capital deje de ser una ciudad tomada


Capacitación a los vendedores de alimentos
Estimulada por la pobreza y el desempleo, la venta de alimentos en la vía pública creció en los últimos años en las grandes urbanizaciones de América latina. La Argentina y la ciudad de Buenos Aires no escapan a este fenómeno, que también ocurre en ciudades como La Paz, Lima y Bogotá.


La venta de alimentos en la calle tiende a no cumplir con las normas de higiene y a plantear problemas de salud en quienes consumen esos alimentos. Sin embargo, los intentos de prohibición han sido inútiles en la región. En este momento, como organismo de control, creemos necesario continuar difundiendo las normas adecuadas de higiene y capacitamos a los vendedores que manipulan alimentos. En los últimos dos años capacitamos a más de 70.000 manipuladores e impulsamos campañas para fomentar el consumo de alimentos seguros.


Sin embargo, por medio de la Dirección de Higiene y Seguridad Alimentaria, debemos ejercer el poder de policía para cumplir con el Código Alimentario Argentino. Así, debemos labrar actas de infracción, decomisar los productos y clausurar; no tenemos facultades para levantar un puesto de la calle porque eso constituye una contravención. Los aumentos en la cantidad de puestos inspeccionados (más de 2000 en 2009 y más de 3000 en 2010) y de comida decomisada (más de 1000 kg en 2009 y más de 2600 kg en 2010) fueron a la par del incremento de la pobreza, el desempleo y las migraciones hacia los grandes centros urbanos.


Javier Ibañez
PRESIDENTE DE LA AGENCIA GUBERNAMENTAL DE CONTROL


Más presencia del Estado y decisión política
El espacio público es un escenario de cruce y encuentro de las distintas realidades sociales que conviven en Buenos Aires. Pensarlo como la posibilidad de una isla perfecta implica una actitud, por lo menos, simplista e ingenua. Por un lado, las sucesivas crisis de nuestro país y, sobre todo, la de 2001 dejaron altos niveles de desempleo, atraso educativo y pobreza; por otro, nuestra ciudad está rodeada de un conurbano que la entrelaza con su problemática propia.


Esto no implica que no sea posible transformar y ordenar el espacio urbano. Las soluciones tienen que provenir de políticas públicas, con una presencia activa del Estado local. La venta ambulante o los "trapitos", para tomar algunos ejemplos, requieren convocar a sectores involucrados, de regulación y luego de sanción a los que se colocan fuera del esquema.


Un caso de esta línea de trabajo es el que se llevó adelante durante mi gestión con los carritos de la Costanera, cuando se hizo un relevamiento, se convocó a los involucrados y se dispusieron normas que luego debieron ser cumplidas, al tiempo que se cuidaba que no volviera a surgir la ilegalidad. Es un camino difícil, trabajoso, pero posible y sustentable. Hay otros casos en que la ocupación expresa el interés de lucro de importantes sectores, como por ejemplo la publicidad ilegal; sólo se requieren decisión y voluntad para quitarla.


Las respuestas deben provenir de diagnósticos realistas y de un trabajo serio. Empezar y terminar con el control policial y con normas dictadas para la "tribuna" no soluciona nada, a la vez que torna más violenta a la sociedad y traslada a fiscales y policías un problema complejo y, sobre todo, político.


Aníbal Ibarra
DIPUTADO (DIALOGO POR BUENOS AIRES)


Todos deben involucrarse en el cuidado
El espacio público es la casa de todos. Es el lugar donde la ciudad encuentra su expresión, donde les dice a sus habitantes y a sus visitantes de la preocupación y capacidad planificadora de sus gobernantes, y de la educación cívica, social y cultural de quienes viven en ella.


Los componentes que hacen a ese espacio son variados, y a medida que la ciudad avanza en progresos aparecen nuevos desafíos que se multiplican, que hacen necesario disponer de mayor cantidad y calidad de recursos humanos dedicados a contribuir al mejoramiento de la calidad de vida a través de la defensa de ese espacio.


Tal defensa puede realizarse si se conjugan, con energía sinérgica, la labor gubernamental y la de los ciudadanos en tareas destinadas a la redinamización equilibrada de las distintas zonas de la ciudad. Esto es un objetivo que se ha impuesto desde sus inicios el gobierno de Pro, pero en esto a veces nos sentimos solos, sin la compañía de otros grupos y bloques parlamentarios.


El espacio público tiene que ser considerado un instrumento y herramienta para suscitar una participación responsable de todos. Por otra parte, ese espacio debe transformarse en paisaje de compromiso y redención del patrimonio urbano, en el que se logre estimular el mirar hacia adelante y soñar.


Hacer de los espacios públicos los lugares que hablen de la cultura, de la educación y de la participación de todos nosotros. Es necesario que la población se aferre y transforme en su lema el que "el espacio público nos pertenece y reclama el cuidado de todos".


Cristian Ritondo
DIPUTADO (PRESIDENTE DEL BLOQUE PRO)


Una solución distinta a cada problemática
El manejo del espacio público constituye uno de los problemas más importantes de la ciudad de Buenos Aires. Actualmente existe una fuerte presión sobre los espacios verdes para habilitar emprendimientos gastronómicos comerciales. Se ha impuesto un criterio equivocado de "puesta en valor" que tiende a reemplazar las áreas parquizadas por "plazas secas" cubiertas de cemento. Un ejemplo: la remodelación del parque Chacabuco. Parece que para este gobierno sólo son viables dos modelos; el abandono o el cemento.




En el tejido urbano subsisten muchos de los problemas que se agravaron con la crisis de 2001. El piquete tomó fuerza como forma de protesta en plena época del corralito cavallista. Estimo que esta forma de lucha, que afecta a los ciudadanos sin discriminar responsabilidades, se justifica únicamente en casos extremos. También, producto de la crisis, sufrió un importante incremento de la venta ambulante. Hay que distinguir lo que la ley admite como venta de supervivencia del comercio clandestino de productos. Respecto de la venta de alimentos, nuestro bloque presentó un proyecto para habilitar ubicaciones definidas y garantizar la calidad de los alimentos puestos a la venta.


La problemática de los llamados "trapitos" tampoco puede abordarse como un todo. Existen organizaciones ilegales, probablemente con beneplácito de la policía, que ejercen un dominio del territorio y chantajean a los automovilistas. Distinta es la situación de los cuidadores que reciben una compensación "a voluntad" y prestan un servicio, caso en el que cabría una reglamentación.


Adrián Camps
DIPUTADO (PROYECTO SUR)


Evitar la utopía del consenso absoluto
Pasear por Buenos Aires se ha vuelto un padecimiento cotidiano. No sería mala idea que el gobierno de Mauricio Macri emitiera una "licencia para ciudadanos de a pie". Más allá de la ironía, casi que requiere una capacitación previa caminar esquivando quioscos de flores sobredimensionados en Belgrano, vendedores ambulantes en la avenida Santa Fe, colectivos que rozan el codo en las calles del centro, motos que pasan en rojo y aparecen de la nada, taxis sin control e impunes camionetas de reparto.


Una descripción aparte merecen lugares disímiles como Liniers y la calle Florida. En derredor de la estación y a ambos lados de Rivadavia, los vendedores coparon de tal modo las veredas que es menester caminar por la calle, entre colectivos, camiones y autos, en un reto en el que siempre pierden los de a pie. Por Florida ya es imposible caminar antes de las 10 y luego de las 17, merced a esa especie de arreglo espurio entre los vendedores ilegales y el gobierno para que la peatonal más emblemática de América del Sur sea terreno exclusivo de artesanos truchos, punguistas y arrebatadores.


No olvido a la mafia de los trapitos, de los limpiadores de vidrios y los cartoneros, que lograron que Buenos Aires esté más sucia que nunca. ¿Soluciones? La única que me viene a la cabeza es aplicar la noción de gobernar como forma de dar gobierno y conferir orden. No se puede gobernar buscando el consenso absoluto. En algún momento Macri y el gobierno deben poner orden contra los abusos diarios. No puedo ofrecer a Macri la receta del éxito, pero sí la del fracaso: intentar conformar a todos.


Sandra Vellido
ONG MALDITOS PARQUIMETROS


Reformar la norma y agilizar los procesos
La actividad comercial clandestina en la ciudad de Buenos Aires puede dividirse en dos etapas: antes y después de la autonomía porteña. Cuando aún existía la municipalidad había una serie de actividades ilegales e ilícitas que se desarrollaban naturalmente en el espacio público y formaban parte de una economía en negro vinculada a la corrupción administrativa y policial. El escenario lo completaban los edictos policiales, que le daban a la fuerza de seguridad un control absoluto sobre la actividad.


Con el advenimiento de la autonomía aparece un nuevo actor, el Ministerio Público Fiscal, y se sanciona el Código Contravencional. Desaparecen los edictos policiales y la policía pasa a ser controlada por un órgano exógeno. Cuando esto ocurre, tanto desde sectores relacionados con la policía como con la política comienza un discurso interesado tendiente a desacreditar la legislación de la ciudad.


Perseguir la venta ambulante no es criminalizar la pobreza. En general, se trata de extranjeros que son atraídos y explotados para ejercer esa tarea por parte de organizaciones delictivas que lucran significativamente.


Con la omisión de la Policía Federal o de la Metropolitana de actuar, incurren en el delito de incumplimiento de deberes de funcionario público. Es necesario reformar la ley y transformar los procesos para poder sancionar. Debe existir un proceso simplificado con el que se resuelvan estos casos flagrantes en 24 horas.


La situación actual termina dándole una herramienta al corrupto, que amenaza con actuar para cobrar y llena de papeles los tribunales.
Luis Cevasco
FISCAL GENERAL ADJUNTO DE LA CIUDAD


Cambiar la redacción de la ley vigente

La ley vigente de la ciudad prohíbe la venta en el espacio público sin permiso, salvo las siguientes excepciones: cuando se trate de venta ambulatoria de baratijas, artesanías y, en general, la venta de mera subsistencia que no implique una competencia desleal con los comercio. El problema es evidente: la ley prohíbe la venta ambulante y la permite en términos ambiguos.


Baratija significa algo de poco valor, lo cual es algo subjetivo. Es de entender también que la reventa de mercaderías es siempre una competencia desleal efectiva, ya que no paga alquiler, impuestos ni está regulada por las obligaciones que se les imponen a los comercios.


Sin embargo, el punto más contradictorio se da cuando se permite la venta de mera subsistencia. Para quien trabaja de vendedor ambulante su trabajo mismo es de mera subsistencia. Eso abarca a todos los vendedores de todas las mercaderías. La correcta y disparatada redacción de la ley debió ser: se prohíben las actividades lucrativas no autorizadas en el espacio público. Excepciones: ¡todo comercio en el espacio público!


Decía Montesquieu que una cosa no es justa por el hecho de ser ley. Debe ser ley porque es justa. En este sentido, es necesario analizar si es justo permitir la venta ambulante. Las actividades en el espacio público, para ser legítimas, deben tener un beneficio público. Una actividad realizada por un vendedor privado en beneficio propio es válida en un lugar privado, pero no en uno público.
Patricio Distefano
DIPUTADO (PRO) .

miércoles

Caminar es sortear obstáculos

Buenos Aires, ciudad tomada / El espacio público de los porteños, en riesgo

Cuando caminar es sortear obstáculos

Las usurpaciones no son sólo marginales en la ciudad: bares y restaurantes ocupan calles, muchas veces ilegalmente, con mesas y sillas

Por Laura Rocha
LA NACION 24/08/11


Las vereditas de Buenos Aires tienen ese qué sé yo, ¿viste? Podría comenzar la famosa balada de Astor Piazzolla y Horacio Ferrer. Pero la triste respuesta hoy podría ser: mesas, sillas y carteles. En varios puntos de la ciudad la ocupación de las veredas por parte de bares y restaurantes complica la circulación peatonal e infringe las leyes porteñas, pero sobre todo pone de manifiesto que la usurpación del espacio público no es sólo marginal.



Palermo, Puerto Madero y las zonas de Congreso y Las Cañitas son los lugares más problemáticos. Cada día se hacen cuatro intimaciones y se labran dos multas por esta ocupación ilegal, aunque parece no alcanzar. "Las intimaciones se producen porque, en muchos casos, los comercios poseen viejas habilitaciones y se los intima a regularizar su situación. A la segunda visita, en el caso de no estar en regla, se los multa, y en la tercera ocasión de falta se los vuelve a multar y se les incautan las mesas y las sillas", explicaron a LA NACION en el Ministerio de Ambiente y Espacio Público porteño sobre cómo funciona -o debería hacerlo- el sistema.


¿A quién no le gusta tomar un café en la calle aprovechando el sol? La cuestión es que deben cumplirse ciertos requisitos que no siempre se respetan. La condición fundamental es que la acera tenga un ancho de 2,5 metros como mínimo. En ese caso, se debe dejar un corredor peatonal de 1,5 metros -si la vereda es de más de 2,5 mts, puede ser de 2 metros-. Y los únicos elementos permitidos son mesas, sillas, parasoles, sombrillas y pizarras.


"Acá nunca queda claro quiénes tienen permitido poner las mesas y sillas y cuál es el permiso para ocupar las veredas. A pesar de que hemos tenido varias reuniones con las autoridades, nadie puede darnos la respuesta", contó a LA NACION Alejandra Rodríguez, de la agrupación vecinal Cañitas Activa. En esa zona se aprecian dos irregularidades de las más comunes: la incorporación de toldos y elementos de calefacción, así como la ausencia de respeto de la distancia mínima que debe existir entre el mobiliario y el cordón de la vereda, fijada en 30 centímetros.


Lucía Carew, de la Asociación Amigos del Bosque de Palermo, refirió que la problemática disminuyó con el ensanchamiento de algunas aceras, desde hace poco más de dos años. "Ahora, con las veredas más anchas ya se puede caminar. Pero el gran problema que tenemos hoy son las ferias que se instalan los fines de semana -dijo-. No queda espacio para que pasen las madres con cochecitos, por ejemplo."


La ocupación de aceras sin permiso está prevista en el Código de Faltas de la ciudad en su apartado 4.1.11. Allí se establece que "el/la responsable de una actividad lucrativa que ocupe, por cualquier medio, la vía pública sin autorización o excediendo las medidas autorizadas o el permiso de uso de las aceras es sancionado/a con multa de $ 300 a $ 5000". Esa falta goza del beneficio de pago voluntario (el 75 por ciento del mínimo previsto para la falta), que es de $ 225.


Vicente Lourenzo, secretario de prensa de la Cámara Argentina de la Mediana Empresa, sostuvo que "en general" no es un tema que se debata en el seno de la organización que agrupa a los comerciantes, muchos de ellos dueños de bares, restaurantes y heladerías. "En algunos casos, cuando se produce la violación, se defienden sosteniendo que, por lo menos, ellos tributan impuestos y están legalmente funcionando, en comparación con la venta ambulante", dijo. Cabe recordar que la venta ilegal ambulante, que también ocupa ilegalmente veredas, mueve diariamente entre 2 y 7 millones de pesos, tal como lo publicó LA NACION el 6 de este mes.


"Hay una larga tradición del argentino de ir caminando y detenerse a tomarse un cafecito o un vermouth. La verdad es que no han llegado quejas de vecinos ni ha surgido la cuestión en la cámara", justificó Lourenzo.


La Agencia Gubernamental de Control recibió el año pasado 633 actas de infracciones y se resolvieron 275. Quienes consiguen permisos y respetan los parámetros mencionados deben pagar un gravamen al fisco. La tarifa depende del lugar y la cantidad de mesas que se utilicen. Hay, básicamente, tres zonas: En la 1 están Recoleta, el microcentro, Congreso, Palermo, Belgrano, Núñez y Puerto Madero. Allí se cobra $ 427,70 por mesa. La zona 2 es para las avenidas fuera de estos barrios y se paga $ 305,60 por mesa. La zona 3 es para el resto de la ciudad y se abonan $ 88,88 por mesa. Este gravamen es bimestral.


En tanto, según la ley 2523, también se cobran derechos sobre la acera semestralmente. Si la vereda es mayor a 4 metros, en la zona 1 se pagan $ 385,30, y si es menor, $ 335,50. En la zona 2 son $ 275,30 y $ 239,70, respectivamente. En tanto, para la 3, las tarifas son de $ 80 y $ 69,60.


La recaudación en 2010 por este gravamen ascendió a unos 2 millones de pesos y la proyección para este año es de 2.400.000 pesos, según indicaron en la Agencia de Ingresos Públicos porteña.

sábado

El espacio público

Buenos Aires, ciudad tomada / El espacio público de los porteños, en riesgo

El comercio ilegal ocupa media Santa Fe

Se venden desde productos importados hasta verduras; las mafias que captan a extranjeros; la Justicia, limitada, y sospecha de corrupción

Por Fernando Massa y Laura Rocha
LA NACION 06-08-11

 
-¿Se puede trabajar hoy?
-Sí, hoy te toca vender remeras.
-¿Dónde voy?
-Esperame en la esquina de Santa Fe y Ayacucho.


Este diálogo telefónico se repite miles de veces por día en la ciudad de Buenos Aires. Revela el modus operandi de la mayoría de los vendedores ambulantes que montan su puestos en calles, avenidas y centros de trasbordo porteños. Un vendedor, que usualmente es extranjero, y un intermediario acuerdan el punto en donde se entregará la mercadería que deja millonarias ganancias a organizaciones generadoras de una economía informal, violatoria de la ley.

 
La avenida Santa Fe aparece como un escenario reciente de venta ambulante ilegal, elegida por los vendedores que aún no tienen "territorio asignado". Entre 20 y 25 cuadras de esta arteria, alrededor de la mitad de su extensión total, están copadas por comerciantes ilegales variopintos: se puede hallar desde ropa, artesanías, artículos que violan la ley de marcas y hasta puestos de frutas y verduras. Cada cuadra, a su vez, llega a tener hasta diez puestos.


Los vendedores ambulantes coparon avenida Santa Fe. Foto: LA NACION / Fabián MarelliFoto
 
La venta ilegal es hoy un negocio de enormes proporciones: la Cámara Argentina de Comercio (CAC) detalla en su último informe que el mes pasado se detectaron 1931 puestos ilegales. Por día, esta actividad deja, en promedio, 1.834.450 pesos. Si se le suman las ferias, al estilo de La Salada, ese número asciende a unos siete millones de pesos, según cifras de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME).


La avenida Avellaneda y la peatonal Florida son los lugares más afectados por este tipo de comercios. Ambos espacios, junto con la avenida Rivadavia, representan el 25% de la venta ambulante ilegal total de la ciudad. "La indumentaria y el calzado ocupan el primer puesto entre los rubros más comercializados. Representaron el 35,6% del volumen total", indicó Gabriel Molteni, economista en jefe de la CAC.

 
José Clavería, presidente de la Asociación de Comerciantes de la Avenida Santa Fe, sostuvo: "La venta de accesorios y bijouterie nos perjudica mucho. Pero acá el problema no es el vendedor. Toda esa mercadería debe estar guardada en lugares amplios, no es que no se ve. No hay más vendedores porque trabajamos con el gobierno y con la policía para que eso no suceda".


"La actividad de venta en la vía pública conforma una economía informal. No se trata sólo de perseguir al vendedor ambulante que es intercambiable, al igual que el intermediario. Es mucho más complejo", explicó a La Nacion el fiscal general adjunto Luis Cevasco.


Cada puesto factura entre 400 y 1500 pesos diarios, según los datos recabados por la justicia local. De esa ganancia, hay que descontar unos 50 o 60 pesos para pagar la "seguridad" y entre 100 y 150 pesos por el espacio que se ocupa. Al final del día, cada vendedor, que en muchos casos tiene otro trabajo, se lleva entre $ 50 y 80.


Según el Código Contravencional de la ciudad, la venta ilegal está prohibida en el artículo 83 que establece una multa de entre $ 200 a 600 a quien "realiza actividades lucrativas no autorizadas en el espacio público", y se eleva entre $ 5000 y 30.000 si la actividad se hace "en volúmenes y modalidades similares a las del comercio establecido". Pero no constituye una contravención si la venta es ambulatoria y de "baratijas para la mera subsistencia".


"Esta nebulosa [del código] termina dando una herramienta al corrupto, llenando de papeles los tribunales y siendo ineficiente", opinó el fiscal.


El Ministerio Público desbarató, en las últimas semanas, organizaciones que acopiaban mercadería en un local de la peatonal Lavalle, en el que se decomisaron 40.000 prendas y accesorios. Para poder concretar el operativo fueron necesarios meses de investigaciones, que luego se derivan a otra jurisdicción. "Nuestra acción termina con la contravención. En varios allanamientos se han encontrado, además de mercadería, documentos de identidad, por ejemplo. Cada delito se castiga por separado", indicó Cevasco.


Según ese funcionario judicial, para que todo el sistema ilegal funcione es necesaria la connivencia de los vendedores con quienes deberían controlarlos. "Si un policía federal o uno metropolitano no actúa frente a la flagrancia de la contravención como la venta ilegal, comete incumplimiento de deberes del funcionario público", dijo. Según su relato, cada vez que denunciaron a un policía por eso, las causas fueron archivadas.


Consultadas por el fenómeno, la Policía Federal y la Metropolitana no quisieron hacer declaraciones al respecto. En la Legislatura porteña, en tanto, el bloque de Pro estudia un proyecto de reforma del código para revertir esta situación. Pero ese análisis recién comienza.


EL SECTOR MÁS CRÍTICO

$ 80
Ganancia: es lo que, como máximo, se lleva un vendedor ambulante por un día de trabajo.
Negocio: entre 2 y 7 millones de pesos diarios mueve esta economía paralela informal.
Vendedores: generalmente, son ciudadanos extranjeros.
Seguridad: por día, cada vendedor paga entre 50 y 60 pesos para poder operar.
Reserva de lugar: para lograr obtener un lugar en la calle se debe pagar entre 100 y 150 pesos diarios.
1931
Son los puestos detectados contabilizados por la Cámara Argentina de Comercio en julio pasado.
Las calles más afectadas: la avenida Avellaneda y la peatonal Florida encabezan el ranking de ocupación.
Estaciones y plazas: allí se contabilizaron 333 puestos.
Ropa y calzado: los rubros más cotizados. Representan el 36% de la venta ilegal.
Artículos
83 y 84
Código contravencional: Prohíben la venta ilegal y la ocupación del espacio público.
Multas: prevén castigos de entre 200 y 600 pesos (Art. 83) y de entre $ 200 y 4000 (Art. 84).
Excepciones: no se castiga ni la venta de baratijas ni de artesanías..

domingo

Accidentes de Transito.


Peatones, el mayor problema

Clarin. 30-ene-11

CUIDADO. LA ESCENA, EL VIERNES A LA TARDE, CON MUCHA GENTE CRUZANDO Y UN AUTO SOBRE LA SENDA PEATONAL.

Es viernes a la tarde y el cruce de Rivadavia y Pueyrredón es un manual de infracciones . Gente cargada con bolsas y changuitos repletos de mercadería que cruza mal, motos y bicis que van en contramano, colectivos y autos que parecen estar corriendo una carrera. Todos confluyen en la esquina más peligrosa de la Ciudad.
Los colectivos que vienen por Pueyrredón doblan a toda velocidad por Rivadavia hacia sus paradas en Plaza Miserere y se le cruzan a los autos sin poner el guiño. Por la zona circulan 38 líneas, que generan un verdadero enjambre de ruidosos motores.
Un motociclista sin casco dobla por Pueyrredón, aunque el semáforo no le da el paso. Otro se sube a la vereda, circula unos metros y estaciona interrumpiendo el paso. Un taxista frena en la ochava, obstruyendo una rampa de discapacitados y parte de la senda peatonal. Hay varios autos en doble fila, con las balizas puestas pero sin ocupantes. Muchos aceleran para poder cruzar cuando el semáforo se pone en amarillo. Alguno queda cruzado en la avenida.
Los peatones son los más imprudentes . Como Eric Johnson, que pasa por sobre las rejas de la esquina de Rivadavia y Jujuy. "Estoy apurado y no creo que esté mal lo que hago. Sí está mal que pongan estas rejas y que haya que caminar media cuadra más para poder cruzar", dice. Algunos se largan cuando la luz ya está en amarillo y unos cuantos esperan que cambie el semáforo parados sobre la calle . Hay gente que cruza en diagonal o por la mitad de la avenida. "Si me pusieran una multa no lo haría, pero como no pasa nada, aprovecho", confiesa Hernán Ciares. Y así, todos aportan lo suyo para que Rivadavia y Pueyrredón sea sinónimo de riesgo.

La atención de emergencias


Para la atención de los accidentes viales y el resto de las emergencias de "Código Rojo" (explosiones, incendios y otras), el SAME cuenta con 100 ambulancias más otros 35 vehículos, y con unos 150 médicos por día, entre los propios y los que salen desde cada hospital. El tiempo de respuesta promedio es de 11 minutos.
Pero desde noviembre el servicio de emergencias tiene un chiche nuevo : un helicóptero. La aeronave fue donada por la empresa Modena, que también se encarga de los gastos operativos.
Entre otros casos, el helicóptero ya se utilizó en el choque de trenes del 31 de diciembre y para ir a buscar a La Plata un riñón para un paciente que esperaba un trasplante (tardaron apenas 20 minutos).
Según explicó Alberto Crescenti, "en un caso de accidente, hay 56 lugares de la Ciudad donde podría aterrizar, entre ellos las autopistas, la General Paz y hasta en la 9 de Julio, siempre en coordinación con la Policía para que corte el tránsito".

A la defensiva

Un concepto que recomiendan algunos expertos en seguridad vial es manejarse en la calle a la defensiva, sea en auto, bici o como peatón. Esto es, cuidarse de los demás sabiendo que pueden actuar con imprudencia o simplemente, equivocarse. Así, al conducir, ceder el paso al que viene apurado, no pelearse o discutir, mantener las distancias de seguridad. Y como peatón, al cruzar no confiarse en que todos respetarán su prioridad.

jueves

La calle Suipacha ya es peatonal hasta la avenida Corrientes

Espacio público / Cambios en el microcentro

Ayer quedó habilitada para transeúntes; sólo podrán ingresar los vehículos que estén autorizados


Los bolardos se usaron para ensanchar las veredas . Foto:Marcelo Gómez

Desde ayer por la calle Suipacha, entre Corrientes y Rivadavia, y Tacuarí, entre Rivadavia y la Avenida de Mayo, sólo podrán circular automóviles autorizados y bicicletas. Los privilegiados serán los peatones, quienes podrán disponer del 70 por ciento de la calzada.

Los trabajos en esa arteria forman parte del plan Prioridad Peatón, el programa oficial destinado a crear nuevas áreas para transeúntes, especialmente en el centro porteño, y así desalentar el uso del automóvil.

En rigor, el sector que quedó inaugurado ayer es la primera etapa de la obra que, una vez concluida, transformará en peatonal a Suipacha hasta su cruce con la avenida Santa Fe. Según los cálculos oficiales, eso sucederá a mediados de febrero próximo.

En la calle podían observarse ayer las nuevas luminarias, los árboles y los bolardos de más de un metro de altura que se colocaron en la calzada con el fin de ampliar las veredas y dejar una calle con el ancho mínimo exigido por el Código de Planeamiento Urbano: 3,50 metros.

También están pintadas las ciclovías del lado izquierdo de la calle.

De la inauguración participó el jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, quien celebró la concreción de la obra: "Es lo que prometemos desde el comienzo de la gestión. Queremos que los vecinos puedan disfrutar del espacio público".

Incertidumbre

Algunos comerciantes de la zona, sin embargo, dudaban de la transformación de la calle.

"Parece que por acá los coches siguen pasando. Es un poco raro, porque ves autos, pero también hay mucha gente. Tal vez sea una cuestión de tiempo", evaluó Alicia Avalos, encargada de Todo Tango, en Suipacha al 200.

A una cuadra de allí, Daniel Bonna, dueño de un quiosco, observaba cómo los camiones limpiaban la calle y dejaban la calzada impecable. "Espero que mantengan limpia la calle como está hoy. La verdad es que no se entiende bien qué es. No es como Florida o Reconquista. Sólo espero que los dueños de los locales no se aprovechen y aumenten los precios de los alquileres."

El subsecretario de Planeamiento porteño, Jorge Sábato, dijo a La Nacion que es "comprensible" la duda de los vecinos. "Se trata de un cambio cultural. De a poco, la zona va a ir cambiando y va a lucir como la calle Reconquista. Probablemente, eso sí, haya un aumento en la cotización de las propiedades."

Los cambios a los que se refiere el funcionario del Ministerio de Desarrollo Urbano son que sólo podrán circular, a muy baja velocidad, los autos que usen los garajes que estén sobre esa calle y aquellos que se dirijan a los hoteles.

Ayer varios agentes de tránsito en las esquinas indicaban las nuevas normas a los automovilistas, que intentaban circular por Suipacha.

"La calle tomará vida en el sentido de la pertenencia. No se cuida lo que no se valora. Es muy distinta una ciudad para vivir que una para vivir paseando", dijo Daniel Chain, ministro de Desarrollo Urbano.

Entre los cambios que muestra la calle también están los nuevos cestos de basura, similares a los que muestra hoy Reconquista; bancos de material decorados, y la incorporación por parte de bares y confiterías de decks de madera, en donde se podrán poner mesas y sillas.

Los decks (que deben pagar los comerciantes) todavía no han sido colocados en toda la extensión de la obra. Sólo pueden verse en Tacuarí, entre Avenida de Mayo y Rivadavia. El costo total de la obra rondará los cuatro millones de pesos. Según informaron en el gobierno porteño, en enero próximo la peatonalización llegará hasta Córdoba. Para hacer posible esta obra hubo que desviar las líneas de colectivos 59 y 70, que ahora circulan por Cerrito.

LaNación 18-11-10

miércoles

Peatonales

en la razon de hoy salio dos cuadros con noticias acerca de peatonales de caba. Una en construccion y otra ya hecha que hoy en dia tomo un nuevo color como calle gastronomica.

ANTES DE FIN DE AÑO LLEGARA HASTA CORRIENTES

Siguen las obras para que Suipacha sea peatonal

Está casi terminada la cuadra entre Avenida de Mayo y Rivadavia. Ya se instalaron las ciclovías y las luminarias.

La idea de descentralizar el tránsito del Microcentro porteño va tomando forma. Hace un tiempo la calle Reconquista se convirtió en peatonal (ver aparte) y ahora avanzan las obras en la transitada Suipacha. En estos momentos, los obreros están por terminar la cuadra que se encuentra entre Avenida de Mayo y Rivadavia, donde además instalaron ciclovías, nuevos árboles y plantas, más iluminación, cestos de basura y bancos de madera.


Los trabajos, que pretenden peatonalizar la calle desde Santa Fe hasta Avenida de Mayo, incluyendo un tramo de Tacuarí, comenzaron a fines de julio pasado y forman parte del programa P r ior id a d Peatón del Gobierno porteño, que fue diseñado para un área de 22 manzanas de Retiro a Parque Lezama.

De acuerdo con el Código de Planeamiento Urbano, la calle deberá tener 3,50 metros de ancho para que pueda pasar eventualmente un camión de bomberos, una ambulancia o el camión recolector de residuos.

El ancho actual de la calzada es de 6,20 metros. Según voceros del Gobierno porteño, las obras estarán listas hasta Corrientes antes de fin de año.

Para realizar los trabajos en pleno Microcentro fue necesario diseñar un nuevo recorrido para los colectivos 59 y 70. Ambos se desvían en Córdoba hasta Cerrito y retoman en la avenida Belgrano para llegar a Tacuarí.

300
Mil pesos son los que el Gobierno porteño emplea para cada cuadra que será peatonal en el Centro porteño.

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Reconquista, un nuevo polo gastronómico


La intervención en Reconquista abarcó toda su extensión, entre Ricardo Rojas y Plaza de Mayo, y costó 850.000 pesos por cuadra.


En diciembre de 2009 se inauguró el último tramo con el objetivo de revitalizar y recuperar el espacio público para los peatones, incentivar los desplazamientos a pie e incorporar nuevos usos. Las obras incluyeron distintos puntos: se niveló la acera con la calzada y se ensancharon las veredas; también se incorporaron bancos, cestos y lugares para dejar las motos y se renovaron el alumbrado y el arbolado.

Todas esas mejoras terminaron de convertir al nuevo Bajo en un polo gastronómico, sobre todo nocturno, con barcitos que ahora pueden poner sus mesas en las veredas.

Por eso, hoy esta calle angosta con edificios de altura revive gracias a sus oficinas, comercios, bares y restaurantes que sacan sus mesas sobre la vereda y de la mano de los oficinistas y turistas que la transitan: según un estudio oficial, los locales comerciales se revalorizaron un 11%, los departamentos subieron un 12,3% y la decisión de restringir la circulación vehicular a lo mínimo redujo el ruido a la mitad y un 97% la contaminación.

Fuente. LaRazón.