A la carrera, sin respetar la ley
Colectivos, hasta 100 km/h por Lugones
La amplia mayoría no cumple las nuevas velocidades que rigen desde ayer; los controles no alcanzan.
Miércoles 15 de junio de 2011 | Publicado en edición impresa
Pablo Tomino
LA NACION
Un colectivo de la línea 42 alcanzó los 100 km/h en la avenida Lugones a la altura del estadio de River; otro de la línea 130 llegó a 72 km/h en la avenida Figueroa Alcorta al 2900; una unidad de la línea 8 marcó en su velocímetro 68 km/h en Rivadavia al 9000... Ayer, día en que comenzaron a regir en la Capital las nuevas restricciones de velocidad para colectivos, que pasaron de 80 a 60 km/h en autopistas y vías rápidas, y de 60 a 50 km/h en avenidas, nada parece haber cambiado: hubo escasos controles viales y los choferes ni siquiera respetaron los anteriores límites.
Los excesos se advirtieron en las principales avenidas porteñas, como Corrientes, De Mayo, Del Libertador, Rivadavia, Belgrano, Triunvirato, Figueroa Alcorta, 9 de Julio y Caseros, entre otras. Incluso, los colectiveros consultados por La Nacion, en las terminales de las líneas 118, 126, 4 188, coincidieron en un punto: todos desconocían la entrada en vigor de la nueva ley. "¿No se puede ir a más de 50 km/h en las avenidas? ¡Imposible! Cuando nosotros pedimos que suban la velocidad, acá las bajan. Es muy difícil que se cumpla; no haremos a tiempo con los recorridos que nos marca la empresa", dijo un chofer de la línea 4, entre risueño y descreído sobre la norma que fue sancionada en la Legislatura porteña con el voto de 31 de los 33 legisladores presentes en la sesión. Daniel Amoroso y Mónica Lubertino (ambos denarvaístas) se opusieron. La ley tuvo como punto de partida un proyecto de la diputada macrista Raquel Herrero.
Esta ley que restringe las velocidades máximas para colectivos en vías rápidas y avenidas mantiene el tope para las calles, que sigue siendo de 40 kilómetros, cuestión que tampoco se cumple. De hecho, en vías como Talcahuano al 100, 25 de Mayo al 500, Del Barco Centenera al 500 y Lavalle al 2200, entre otras, los colectivos superaban ayer los 55 km/h .
En tanto, según la nueva ley, los transportes escolares no pueden circular a más de 60 km/h en autopistas (su tope era 70 km/h) y continuarán con el límite de 45 km/h en las avenidas. Lo cierto es que esa medida tampoco se cumplía ayer durante la recorrida realizada por La Nacion. Se observó a muchos de estos vehículos con niños a bordo circular a más de 80 kilómetros, por ejemplo, en la avenida Lugones. Una vía rápida donde los controles viales ayer brillaron por su ausencia. "No nos avisaron nada sobre la baja de velocidad; estamos controlando como siempre el mal estacionamiento. La velocidad la controla el gobierno de Macri", dijo un oficial de la Policía Federal que labraba infracciones de tránsito en un tramo de la Avenida del Libertador.
El gobierno porteño informó que ayer desplegó seis puestos de control para multar el exceso de velocidad de autos, motos y colectivos. Uno de ellos funcionó en Tacuarí al 400. Allí, por la tarde, los agentes de tránsito porteño detectaron un colectivo que excedió los 20 km/h permitidos en esa cuadra por la existencia de un colegio.
"En lo que va del año, realizamos más de 40.000 multas a colectivos y se retuvieron más de 300 licencias a choferes por faltas de tránsito", dijo Pablo Martínez Carignano, director de Seguridad Vial de la ciudad.
Pese a la estadística proporcionada por el funcionario, los controles a colectivos no se advierten en los puntos clave de la ciudad. De hecho, la gran mayoría de las unidades hacen caso omiso de los semáforos.
Según los números oficiales, en 2010 hubo 96 muertos en accidentes de tránsito en la ciudad. Y en más del 40% de colisiones fatales participaron colectivos o camiones. "Es una vergüenza que nadie los controle. Nunca vi que detuvieran a un chofer por exceso de velocidad", dijo Gastón Llorente, usuario de la línea 4.
En tanto, Martínez Carignano aseveró que se harán controles diferenciales de velocidad para los colectivos según un mapa de siniestralidad que está en elaboración.