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Constitución: desalojan un asentamiento
Estaba en la avenida Caseros, frente a la estación. Vivían 30 familias y 25 personas que recibieron 700 pesos.
El Gobierno porteño desplegó un operativo para desalojar los asentamientos frente a la estación Constitución, que crecían todas los días a lo largo y a lo ancho. Cerca de 30 familias y otras 25 personas que vivían en la avenida Caseros, entre General Hornos y Bernardo de Irigoyen, bajo la autopista 9 de Julio Sur, debieron abandonar el lugar en la mañana de ayer. Y por la tarde, personal de limpieza se encargó de que Caseros volviera a ser ancha, dado que el paso de los peatones estaba restringido.
Aunque desde el Ministerio de Ambiente y Espacio Público lo negaron, en el Ministerio de Desarrollo Social informaron que las personas se fueron gracias a que el Gobierno les ofreció un subsidio habitacional de 700 pesos mensuales.
El asentamiento, donde habitaban mayormente cartoneros, estaba pegado a una terminal de colectivos. "Salir de acá con los colectivos era un peligro, sobre todo con los chicos que jugaban a la pelota", dijo un chofer.
En la zona de Constitución, de todos modos, todavía quedan varios campamentos de cartoneros. Uno de ellos está en la calle Brasil, entre Irigoyen y Hornos, a 100 metros del que sacaron ayer, aunque no fue confirmado su desalojo.
LaRazon.
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Clarín.
Desalojaron un asentamiento
Son 30 familias, más unas 25 personas solas, y se fueron por un subsidio de $ 700.
COMO ERA EL LUGAR ANTES DEL DESALOJO DE AYER
Unos seis meses hace que estaba el asentamiento de cartoneros de la avenida Caseros entre General Hornos y Bernardo de Irigoyen –bajo la autopista 9 de Julio Sur– y muchos de los que llegaban o se iban de la estación Constitución ya se había acostumbrado a esquivar sus enclenques casillas de lonas y telas y sus colchones. Ayer a la mañana, en pocas horas, el Gobierno de la Ciudad desalojó a sus ocupantes, 30 familias más unas 25 personas solas. Por la tarde, empleados de la empresa Cliba estaban terminando la limpieza de la vereda, que volvió a ser ancha.
Muchos de las personas que pasaban ayer por el lugar se detenían asombrados por el cambio del paisaje y preguntaban qué había pasado.
“La verdad es que nosotros salimos de acá con los colectivos y era un peligro, sobre todo con los chicos. Además, últimamente había crecido la inseguridad en toda esta zona”, comentó a este diario uno de los choferes de las varias líneas que guardan sus unidades en un espacio lindero, también debajo de la autopista.
Personal de los ministerios de Desarrollo Social y de Espacio Público de la Ciudad participaron en el operativo. “Fue todo conversado y consensuado y se logró el desalojo sin violencia ni incidentes”, dijo a este diario el ministro de Espacio Público, Diego Santilli.
Aunque Santilli lo negó, en el Ministerio de Desarrollo Social informaron que las personas se fueron gracias a que el Gobierno les ofreció un subsidio habitacional, que es de 700 pesos mensuales .
Aproximadamente la mitad de las personas volvieron con los subsidios a la provincia de Buenos Aires, de donde habían llegado, y otras aceptaron el ofrecimiento para quedarse a vivir en hoteles de la Capital.
En la zona de Constitución, de todas maneras, todavía quedan varios campamentos de cartoneros. Uno de ellos está en Brasil entre Irigoyen y Hornos, a una sola cuadra del que desalojaron ayer, pero en el Gobierno no supieron contestar si será desalojado en los próximos días.
El drama de las familias que viven en la calle quedó en primer plano en julio pasado, cuando murió de neumonía un bebe de 25 días de vida que vivía con su familia debajo de la autopista 25 de Mayo, en Pichincha y Cochabamba. Entonces, en el ministerio de Desarrollo Social aseguraron que conocían a esa familia, que varias veces les habían ofrecido llevarlos a hoteles o a los paradores del Gobierno de la Ciudad, pero que ellos no habían aceptado.
Según el último censo, realizado el año pasado, son 1.400 las personas que viven en la calle en la Ciudad. De todas maneras, organizaciones no gubernamentales creen que actualmente son muchas más. Uno de los problemas que tienen los parador es que todos, salvo el último inaugurado, admiten sólo hombres o sólo mujeres, por lo que las familias deben separarse para dormir allí.
DESPEJE. PARTE DE LAS FAMILIAS DEL ASENTAMIENTO JUNTAN SUS PERTENENCIAS.