Sacan toldos de bares y restoranes en San Telmo
Por Romina Smith
23/05/2012
En el marco de los controles por la ocupación ilegal de las veredas , el Ministerio de Ambiente y Espacio Público retiró ayer en la calle Chile, entre Defensa y Balcarce, los toldos de bares y restoranes que no cumplían con los requisitos legales . El operativo provocó la queja de los dueños y empleados , que dicen que la medida afecta el trabajo y sacaron sillas y mesas a la calle y cortaron el tránsito durante varias horas para poder seguir trabajando.
El despliegue dispuesto por la dirección General de Inspección de Espacio Público movilizó a inspectores y cinco grúas y ocurrió a las 6.30. En total se desarmaron siete toldos y se dejó uno para evaluar el permiso correspondiente.
Fotos clarin, de Alfredo Martinez
Virginia, dueña del bar Medio y Medio, se quejó de la decisión. “Hace diez años que tenemos estos toldos, los hicimos basándonos en la ley. Pasaron varios gobiernos y nunca tuvimos problemas”, reclamó, con el respaldo de FECOBA, que se solidarizó ante el operativo. Sin embargo, para la Ciudad había irregularidades como toldos completamente cerrados, faldones laterales o exceso de ocupación sobre la línea de alumbrado y arbolado . “La situación estaba totalmente fuera de la ley. A todos se los intimó hace tres semanas a regularizar”, explicó Diego Santilli, ministro de Ambiente y Espacio Público. Por la tarde hubo una reunión en la que se avanzó en la solución del problema. “Les explicamos cómo deben amoldarse y ellos aceptaron”, indicaron desde esa dependencia.
Dueños de bares y restaurantes de la calle Chile protestan porque les quitaron los toldos
Empleados del Gobierno porteño removieron estructuras de comercios situados entre Defensa y Balcarce. Es porque no cumplen con el Código de Planeamiento Urbano. Los comerciantes rechazan la medida y cortan la calle en reclamo de una solución.
Dueños de bares y restaurantes de la calle Chile protestan porque les quitaron los toldos
Empleados del Gobierno porteño removieron estructuras de comercios situados entre Defensa y Balcarce. Es porque no cumplen con el Código de Planeamiento Urbano. Los comerciantes rechazan la medida y cortan la calle en reclamo de una solución.
23/05/12 - 10:11
Clarin.
Empleados del Ministerio de Ambiente y Espacio Público porteño retiraron esta mañana los toldos de bares, restaurantes y comercios que ocupaban la vereda de la calle Chile, entre Defensa y Balcarce, en el barrio de San Telmo.
El procedimiento, que en principio estaba previsto para ayer, arrancó hoy poco después de las 5.30 de la madrugada con el retiro del toldo de un local de comidas situado en Chile 318. En el operativo trabajaron unos diez empleados y cinco camiones con grúas.
La medida causó indignación en los comerciantes del barrio y, algunos de ellos, colocaron sillas y mesas sobre la calle en señal de protesta. Virginia Delgado, dueña del bar Medio y Medio, uno de los locales afectados, explicó a Clarín.com que cortarán la calle Chile hasta que les den una solución porque "queremos manifestar nuestra disconformidad con lo que hizo el Gobierno de la Ciudad en el día de hoy, que fue venir con cinco grúas y camiones del Ministerio de Espacio Público y cortar absolutamente todas la estructuras que estaban en la vereda sin una justificación válida".
María Sol Cersósimo es dueña de "Aquí me quedo", otro de los locales afectados por la medida, y dijo que "este es un lugar donde la gente elige sentarse afuera porque es un barrio pintoresco y turístico. Con esta medida no nos dejan trabajar como debe ser, perdemos muchos clientes". María Sol también dijo que los comerciantes de la zona no recibieron una intimación previa sino que solamente les llegó "una resolución hace 15 días, y a otros ayer y antes de ayer, con algo que ya estaba resuelto, sin posibilidad de hablarlo".
Los comerciantes de San Telmo que rechazan esta medida dijeron que fue Alex Campbell del Ministerio de Ambiente y Espacio Público quien tomó la medida a pesar de que ellos lo habían ido a ver hacía dos semanas "para preguntarle porqué si el Código de Planeamiento Urbano tiene una excepción para colocar toldos sobre la calle Chile, el Gobierno porteño dice que no". Una de las comerciantes que fue a verlo dijo que Campbell "miró el código, dijo que podía ser que esté vigente, pero igual vino y cortó los toldos".
Federico, de la pizzería Muzza y Muzza, dijo que la medida que tomó Campbell fue "bestial": "Ves?, mirá cómo cortaron de cuajo y como bestias todo, me rompieron todos los toldos y los fierros. Como estaba cerca, vine y por lo menos pude guardar algunos toldos, en cambio a otros directamente les cortaron todo y se los llevaron con camiones. Después te hacen pagar el acarreo también". Federico quiere que Clarín.com los escuche porque "nosotros no le hacemos mal a los vecinos, queremos trabajar, y no nos dejan, además toman medidas que nos terminan maltratando".
En este sentido, la dueña de "Medio y Medio" dijo que ellos no son manteros y que pagan todos sus impuestos lo que les da "derecho a trabajar". Los toldos de los comercios se retiraron con el argumento de que violan la ley 449 de Código de Planeamiento Urbano y que suponen un riesgo para los transeúntes.
Mostrando las entradas con la etiqueta San Telmo. Mostrar todas las entradas
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miércoles
Street art llego a San Telmo
Las figuras de street art más famosas llegaron a San Telmo
Grafiteros locales reprodujeron obras del renombrado inglés Banksy en una casona abandonada.
Por Romina Smith
07/09/11 Clarin
A mediados de junio pasado hubo un rumor. Que corrió, sin freno, de Barracas al resto de la Ciudad. Banksy, decía el rumor, el artista callejero más famoso del mundo , iba a llegar a Buenos Aires para una muestra colectiva en el centro cultural del Hospital Borda. El último día de junio se supo que no. Que todo fue un rumor nacido quién sabe dónde. Pero algo pasó, la muestra fue un éxito, y la ausencia del inglés de los esténciles también: dos artistas callejeros aparecieron de noche en la cuadra de Chacabuco al 1300, casi al borde del corazón de San Telmo, y trajeron a Banksy en su forma más conocida y pura: algo así como “si quieren a Banksy, acá tienen sus obras”. Eligieron el frente de una vieja casona abandonada y en dos noches copiaron y pintaron varios diseños del inglés. Entre otras imágenes, se pueden ver una copia de “Rain Girl”, que apareció en agosto de 2008 en Nueva Orleáns, Estados Unidos, para recordar el aniversario de la devastación del huracán Katrina.
La aparición de las copias de los esténciles de Banksy coincide con un momento donde el arte callejero crece en la ciudad, sobre todo en los barrios del sur. La mayoría aparece de un día para el otro, de forma anónima. Banksy se hizo famoso en el mundo por hacerlo así. Y así ocurrió esta vez. Pero alguien los vio. “Llegaron hace dos meses de noche. Hasta trajeron una escalera”, recordó Carlos, que trabaja en esa cuadra. “Nosotros los descubrimos porque abrimos temprano”, agregó.
Matt Fox-Tucker, periodista inglés que vive en Argentina, autor del libro “Textura Dos, Buenos Aires Street Art”, contó a Clarín que había visto esténciles con figuras que copiaban a Banksy en Buenos Aires, pero nunca tantos y juntos. “No sé si son un tributo pero quedan muy lindos con la arquitectura”, agregó en su web www.buenosairesstreetart.com, y desde ahí dio detalles del valor que tienen para la ciudad, donde estas expresiones se ven desde 2001, con obras de los mejores artistas del mundo. “Banksy es un fenómeno, una marca global y ha cambiado el pasaje del street art para siempre. Sus diseños satíricos y políticos se convirtieron en obras del arte”, aseguró el periodista.
No es la primera vez que artistas se inspiran en el inglés, que esconde su identidad desde que empezó a pintar en Bristol, para dejar su huella. En este caso, y conociendo que Banksy hace sus plantillas de formas precisas para que cualquiera las reproduzcan en cualquier lugar del mundo, los dos anónimos dejaron cinco reproducciones reconocibles: la nena con el paraguas que llueve para adentro, dos personajes que suben escaleras llevando máscaras de gas, un hombre con rodillo que representa a una movida anti grafitis y, en vez de las famosas ratas, sello del inglés, esta vez la pared quedó tomada por figuras de perros y un gato.
La casona que exhibe esas huellas también tiene su historia: allí funcionaron hasta hace pocos años un centro cultural y un quiosco, y también estuvo tomada. Tras el desalojo quedó totalmente ciega: con las puertas y ventanas selladas con cemento. Hasta hace poco fue valuada por una inmobiliaria en 650 mil dólares pero tiene una causa abierta que impide la demolición. Así que está así, suspendida, como la visita de Banksy. Y por ahora resiste en pie. Como también lo harán, por un tiempo, la decena de figuras de esténcil que la adornan.
Grafiteros locales reprodujeron obras del renombrado inglés Banksy en una casona abandonada.
Por Romina Smith
07/09/11 Clarin
A mediados de junio pasado hubo un rumor. Que corrió, sin freno, de Barracas al resto de la Ciudad. Banksy, decía el rumor, el artista callejero más famoso del mundo , iba a llegar a Buenos Aires para una muestra colectiva en el centro cultural del Hospital Borda. El último día de junio se supo que no. Que todo fue un rumor nacido quién sabe dónde. Pero algo pasó, la muestra fue un éxito, y la ausencia del inglés de los esténciles también: dos artistas callejeros aparecieron de noche en la cuadra de Chacabuco al 1300, casi al borde del corazón de San Telmo, y trajeron a Banksy en su forma más conocida y pura: algo así como “si quieren a Banksy, acá tienen sus obras”. Eligieron el frente de una vieja casona abandonada y en dos noches copiaron y pintaron varios diseños del inglés. Entre otras imágenes, se pueden ver una copia de “Rain Girl”, que apareció en agosto de 2008 en Nueva Orleáns, Estados Unidos, para recordar el aniversario de la devastación del huracán Katrina.
La aparición de las copias de los esténciles de Banksy coincide con un momento donde el arte callejero crece en la ciudad, sobre todo en los barrios del sur. La mayoría aparece de un día para el otro, de forma anónima. Banksy se hizo famoso en el mundo por hacerlo así. Y así ocurrió esta vez. Pero alguien los vio. “Llegaron hace dos meses de noche. Hasta trajeron una escalera”, recordó Carlos, que trabaja en esa cuadra. “Nosotros los descubrimos porque abrimos temprano”, agregó.
Matt Fox-Tucker, periodista inglés que vive en Argentina, autor del libro “Textura Dos, Buenos Aires Street Art”, contó a Clarín que había visto esténciles con figuras que copiaban a Banksy en Buenos Aires, pero nunca tantos y juntos. “No sé si son un tributo pero quedan muy lindos con la arquitectura”, agregó en su web www.buenosairesstreetart.com, y desde ahí dio detalles del valor que tienen para la ciudad, donde estas expresiones se ven desde 2001, con obras de los mejores artistas del mundo. “Banksy es un fenómeno, una marca global y ha cambiado el pasaje del street art para siempre. Sus diseños satíricos y políticos se convirtieron en obras del arte”, aseguró el periodista.
No es la primera vez que artistas se inspiran en el inglés, que esconde su identidad desde que empezó a pintar en Bristol, para dejar su huella. En este caso, y conociendo que Banksy hace sus plantillas de formas precisas para que cualquiera las reproduzcan en cualquier lugar del mundo, los dos anónimos dejaron cinco reproducciones reconocibles: la nena con el paraguas que llueve para adentro, dos personajes que suben escaleras llevando máscaras de gas, un hombre con rodillo que representa a una movida anti grafitis y, en vez de las famosas ratas, sello del inglés, esta vez la pared quedó tomada por figuras de perros y un gato.
La casona que exhibe esas huellas también tiene su historia: allí funcionaron hasta hace pocos años un centro cultural y un quiosco, y también estuvo tomada. Tras el desalojo quedó totalmente ciega: con las puertas y ventanas selladas con cemento. Hasta hace poco fue valuada por una inmobiliaria en 650 mil dólares pero tiene una causa abierta que impide la demolición. Así que está así, suspendida, como la visita de Banksy. Y por ahora resiste en pie. Como también lo harán, por un tiempo, la decena de figuras de esténcil que la adornan.
lunes
Mafalda Dos años
Dos años de un ícono en San Telmo
La estatua del personaje de Quino atrae multitudes en Defensa y Chile.
Por Nora Sánchez
05/09/11 Clarin Es una de las estatuas más nuevas de la Ciudad, pero ya es la más fotografiada . A dos años de su inauguración, celebrada el 30 de agosto de 2009, la escultura de Mafalda en San Telmo se convirtió en un punto de peregrinación para fanáticos del personaje de todo el mundo. Y los fines de semana, sobre todo los domingos, hasta hacen cola para sacarse fotos con ella, que está sentada sonriente sobre un blanquísimo banco de plaza en la esquina de Chile y Defensa .
En cuanto la vio, la docente venezolana Manuelita Zelwer sonrió igual que su admirado personaje. Después de sacarle unas cuantas fotos contó: “En Venezuela, Mafalda es muy conocida. Creo que llegó en los años 60 con los exiliados argentinos, muchos de ellos científicos que vinieron después del desalojo de las universidades en La Noche de los Bastones Largos. Los libros de Quino se venden en mi país y yo me enteré de que estaba esta estatua por una nota en la BBC . Así que hoy hice todo este paseo para venir a saludarla”. Además, recordó su tira favorita de la historieta. “Es una donde la maestra le pregunta a Felipito cuánto es 9 por 7. Y él le responde que los que conocemos nuestras limitaciones sabemos qué es 7 por 8”.
La escultura que reproduce al personaje creado por Quino, símbolo del inconformismo, fue realizada por el artista Pablo Irrgang. Con apenas 80 centímetros de alto, está hecha en resina epoxi y fibra de vidrio reforzada, que resulta resistente a las efusivas muestras de cariño de los fans. Como las de Andrés Schwendener, un guatemalteco que este fin de semana se le abrazó mientras lo fotografiaba su novia, Margarita Abascal. Ella comentó que estudia en Buenos Aires un posgrado en Políticas Públicas y que sus amigos argentinos no sabían dónde estaba la estatua. “La encontré por casualidad, caminando por San Telmo. Y hoy quise volver con mis padres y mi novio, que es el más fanático”.
“No hay mucha información sobre dónde está la estatua y a la gente le cuesta encontrarla”, explicó la encargada de un negocio de fotografía de la calle Chile, que desde que pusieron a Mafalda se transformó en un local temático . Venden las historietas originales del personaje de Quino a $ 23 y tasas y remeras con su figura. Y hasta pusieron un cartel en la esquina: “Te sacamos la foto con Mafalda a $ 15”. “Vienen de todos lados, sobre todo brasileños, mexicanos, chilenos, venezolanos, colombianos y peruanos –cuenta la vendedora del local–. Todos llegan con mucho amor por Mafalda. A veces traen a alguien con los ojos vendados para darle la sorpresa”.
Ahora, por ejemplo, Roger Gazza sorprende a su novia Eli Ruiz llevándola a ver la estatua para festejar los diez meses de la pareja. “Lo tenía planeado hace rato –confesó él–. Somos de acá pero nunca habíamos venido”. “Me encantan Mafalda y todos los personajes, –dijo Eli–. Mi otro favorito es Guille, el hermanito, porque tiene salidas súper ocurrentes. Como que le guste el chupete on the rocks”.
La estatua de Mafalda está en la esquina del edificio donde vivía Quino, en el décimo piso de Chile 371. La entrada de este edificio, con su puerta verde y vidriada, era el lugar donde el personaje se sentaba a observar el mundo y elaborar sus ácidas reflexiones. “¿Por qué la queremos a Mafalda? –se preguntó Luz, una ecuatoriana que fue a visitarla junto a varias amigas–. Porque odia la sopa. Y porque dice paren el mundo que me quiero bajar”.
Aquel día
La imagen quedó inaugurada el domingo 30 de agosto de 2009, a pocos metros de la ex casa del dibujante Quino, quien asistió a la presentación con otros artistas.
La estatua del personaje de Quino atrae multitudes en Defensa y Chile.
Por Nora Sánchez
05/09/11 Clarin Es una de las estatuas más nuevas de la Ciudad, pero ya es la más fotografiada . A dos años de su inauguración, celebrada el 30 de agosto de 2009, la escultura de Mafalda en San Telmo se convirtió en un punto de peregrinación para fanáticos del personaje de todo el mundo. Y los fines de semana, sobre todo los domingos, hasta hacen cola para sacarse fotos con ella, que está sentada sonriente sobre un blanquísimo banco de plaza en la esquina de Chile y Defensa .
En cuanto la vio, la docente venezolana Manuelita Zelwer sonrió igual que su admirado personaje. Después de sacarle unas cuantas fotos contó: “En Venezuela, Mafalda es muy conocida. Creo que llegó en los años 60 con los exiliados argentinos, muchos de ellos científicos que vinieron después del desalojo de las universidades en La Noche de los Bastones Largos. Los libros de Quino se venden en mi país y yo me enteré de que estaba esta estatua por una nota en la BBC . Así que hoy hice todo este paseo para venir a saludarla”. Además, recordó su tira favorita de la historieta. “Es una donde la maestra le pregunta a Felipito cuánto es 9 por 7. Y él le responde que los que conocemos nuestras limitaciones sabemos qué es 7 por 8”.
La escultura que reproduce al personaje creado por Quino, símbolo del inconformismo, fue realizada por el artista Pablo Irrgang. Con apenas 80 centímetros de alto, está hecha en resina epoxi y fibra de vidrio reforzada, que resulta resistente a las efusivas muestras de cariño de los fans. Como las de Andrés Schwendener, un guatemalteco que este fin de semana se le abrazó mientras lo fotografiaba su novia, Margarita Abascal. Ella comentó que estudia en Buenos Aires un posgrado en Políticas Públicas y que sus amigos argentinos no sabían dónde estaba la estatua. “La encontré por casualidad, caminando por San Telmo. Y hoy quise volver con mis padres y mi novio, que es el más fanático”.
“No hay mucha información sobre dónde está la estatua y a la gente le cuesta encontrarla”, explicó la encargada de un negocio de fotografía de la calle Chile, que desde que pusieron a Mafalda se transformó en un local temático . Venden las historietas originales del personaje de Quino a $ 23 y tasas y remeras con su figura. Y hasta pusieron un cartel en la esquina: “Te sacamos la foto con Mafalda a $ 15”. “Vienen de todos lados, sobre todo brasileños, mexicanos, chilenos, venezolanos, colombianos y peruanos –cuenta la vendedora del local–. Todos llegan con mucho amor por Mafalda. A veces traen a alguien con los ojos vendados para darle la sorpresa”.
Ahora, por ejemplo, Roger Gazza sorprende a su novia Eli Ruiz llevándola a ver la estatua para festejar los diez meses de la pareja. “Lo tenía planeado hace rato –confesó él–. Somos de acá pero nunca habíamos venido”. “Me encantan Mafalda y todos los personajes, –dijo Eli–. Mi otro favorito es Guille, el hermanito, porque tiene salidas súper ocurrentes. Como que le guste el chupete on the rocks”.
La estatua de Mafalda está en la esquina del edificio donde vivía Quino, en el décimo piso de Chile 371. La entrada de este edificio, con su puerta verde y vidriada, era el lugar donde el personaje se sentaba a observar el mundo y elaborar sus ácidas reflexiones. “¿Por qué la queremos a Mafalda? –se preguntó Luz, una ecuatoriana que fue a visitarla junto a varias amigas–. Porque odia la sopa. Y porque dice paren el mundo que me quiero bajar”.
Aquel día
La imagen quedó inaugurada el domingo 30 de agosto de 2009, a pocos metros de la ex casa del dibujante Quino, quien asistió a la presentación con otros artistas.
miércoles
Bandalismo sale caro...
A la Ciudad los arreglos le cuestan $ 12 millones por año
24/08/11 Clarin
Arreglar las roturas producidas por ataques a espacios verdes, monumentos, luminarias y mobiliario urbano podría costarle a la Ciudad más de $ 12 millones, según las estimaciones oficiales realizadas de acuerdo con el gasto originado durante 2010.
“Es el equivalente a hacer seis plazas nuevas”, calcularon desde el Ministerio de Ambiente y Espacio Público porteño, que a diario recibe denuncias por roturas o pintadas en monumentos, paradas de colectivos o carteles luminosos.
Los monumentos son un blanco habitual. En lo que va de 2011 tuvieron que hacerse más de 150 reparaciones. La Pirámide de Mayo suele recibir pintadas. También está manchado el Monumento a Pedro de Mendoza, en el Parque Lezama. Pero los que más sufren son los del Centro porteño. Como el de Roque Sáenz Peña, en Diagonal Norte y Florida, que suma graffitis. Otro es el de Roca, en Diagonal Sur y Perú, que debe ser lavado y repintado todos los meses. Y ni el Obelisco se salva : este año hubo que pintarle la base al menos cuatro veces.
Entre los espacios más afectados están los canteros de la Avenida 9 de Julio, los parques Los Andes y Centenaria, y las plazas Irlanda, Martín Fierro y Soldati. Para la Plaza de Mayo, que sufre cada vez que hay actos y manifestaciones, la Ciudad tiene destinado un presupuesto de $ 100.000 mensuales para reparar los ocasionales destrozos que se producen.
24/08/11 Clarin
PARQUE LEZAMA. PINTADAS EN EL MONUMENTO A PEDRO DE MENDOZA.
Arreglar las roturas producidas por ataques a espacios verdes, monumentos, luminarias y mobiliario urbano podría costarle a la Ciudad más de $ 12 millones, según las estimaciones oficiales realizadas de acuerdo con el gasto originado durante 2010.
“Es el equivalente a hacer seis plazas nuevas”, calcularon desde el Ministerio de Ambiente y Espacio Público porteño, que a diario recibe denuncias por roturas o pintadas en monumentos, paradas de colectivos o carteles luminosos.
Los monumentos son un blanco habitual. En lo que va de 2011 tuvieron que hacerse más de 150 reparaciones. La Pirámide de Mayo suele recibir pintadas. También está manchado el Monumento a Pedro de Mendoza, en el Parque Lezama. Pero los que más sufren son los del Centro porteño. Como el de Roque Sáenz Peña, en Diagonal Norte y Florida, que suma graffitis. Otro es el de Roca, en Diagonal Sur y Perú, que debe ser lavado y repintado todos los meses. Y ni el Obelisco se salva : este año hubo que pintarle la base al menos cuatro veces.
Entre los espacios más afectados están los canteros de la Avenida 9 de Julio, los parques Los Andes y Centenaria, y las plazas Irlanda, Martín Fierro y Soldati. Para la Plaza de Mayo, que sufre cada vez que hay actos y manifestaciones, la Ciudad tiene destinado un presupuesto de $ 100.000 mensuales para reparar los ocasionales destrozos que se producen.
martes
Fotos San Telmo.
SAN TELMO
Vecinos arman archivo digital fotográfico
Vecinos arman archivo digital fotográfico
Vecinos de San Telmo armaron un archivo digital fotográfico para recuperar la memoria del barrio, que sufrió cambios en los últimos años. Del proyecto participan varias agrupaciones, que juntan fotografías anteriores al 2.000. Se puede alcanzar imágenes de lunes a viernes, de 10 a 16, a la Dirección General Patrimonio e Instituto Histórico (Bolívar 466).
Museo surgido bajo la tierra
Cuatro siglos de historia en un museo surgido bajo la tierra
Es El Zanjón de Granados, que muestra reliquias encontradas en pasajes subterráneos.
Por Silvia Gómez
28/06/11 clarin.
Cuando Jorge Eckstein compró el edificio de Defensa 755, en San Telmo, no imaginó que también adquiría una parte de la historia de la Ciudad de Buenos Aires . Es que debajo de una típica casa chorizo construida en 1830 aparecieron cuatro siglos de historia que habían quedado sepultados cuando se entubó el arroyo conocido como el Zanjón de Granados. El lugar se convirtió en un espacio en el que se puede recorrer, a través de los túneles y las reliquias que se exhiben, la historia de la Buenos Aires colonial.
En 1983, cuando Eckstein compró la casona, descubrieron en los cimientos una cisterna de 18.000 litros, restos de una casa de 1732 y una construcción abovedada: “La excavación siguió y llegó el mayor descubrimiento, era el techo del túnel. Con los años se lograron recuperar 2 km de túneles”, contó Enrique Salmoiraghi, guía del museo, en el que se pueden ver todas estas obras.
La historia de casi cuatro siglos está expuesta para turistas y visitantes. Matilde Pascual, también guía del Zanjón, cuenta que oficialmente fue Andrés Cajaraville el primer vecino en pedir permiso al municipio para el entubamiento del arroyo; los documentos datan de 1787. Pero un hecho curioso ocurrió varios años después que Don Jorge comprara el solar de Defensa 755. Fue cuando un vecino de la calle Chile, al enterarse del descubrimiento de los túneles, les dijo “¡por fin los encontraron!”. Anastasio contó que solía jugar en los túneles cuando era chico.
El Zanjón de Granados funciona como museo y sala de eventos y está compuesto por tres edificios: El puente (Chile 440), El zanjón (Defensa 755) y Casa Mínima (Pasaje San Lorenzo 380).
Está construido sobre el arroyo conocido como El Tercero del Sur, que tras la segunda fundación de la Ciudad comenzó a conocerse como el Zanjón de Granados.
Es El Zanjón de Granados, que muestra reliquias encontradas en pasajes subterráneos.
Por Silvia Gómez
28/06/11 clarin.
Fue a partir de un derrumbe que aparecieron túneles, construcciones de distintas épocas y otros elementos que se exponen hoy en el barrio de San Telmo –en un espacio destacado por la Unesco– que lleva el nombre del que alguna vez fue uno de los arroyos más importantes de la Buenos Aires de la primera y la segunda fundación.
El complejo actual se encuentra en la que era la última manzana de la ciudad fundada en 1580 por Juan de Garay como una cuadrícula perfecta. Juan González se registra en esa época como el primer titular de la manzana en donde hoy funciona El Zanjón de Granados. Los túneles hallados fueron construidos hacia el 1780 por familias adineradas que pudieron entubar por cuenta propia el arroyo que pasaba por el lugar, conocido con el nombre “El Tercero del Sur”. Es que además de provocar inundaciones cuando llovía, el arroyo traía los restos de los animales que se faenaban en las afueras de la Ciudad. Los túneles que se descubrieron formaban la desembocadura, ya que el Río de la Plata, en aquel momento, estaba sólo a 150 metros: la ribera era lo que hoy es la avenida Paseo Colón. De hecho, en otras excavaciones, se encontraron restos de un paseo antiguo en la zona del Correo Central; y en diciembre de 2008, mientras trabajaban en la construcción de cocheras en Puerto Madero, se descubrió un galeón español que naufragó antes de llegar a la costa, para mediados del 1700.
En 1983, cuando Eckstein compró la casona, descubrieron en los cimientos una cisterna de 18.000 litros, restos de una casa de 1732 y una construcción abovedada: “La excavación siguió y llegó el mayor descubrimiento, era el techo del túnel. Con los años se lograron recuperar 2 km de túneles”, contó Enrique Salmoiraghi, guía del museo, en el que se pueden ver todas estas obras.
Pero antes de que llegaran al barrio las familias ricas hubo otras, que construían casas muy modestas con ladrillones de barro. Algunos de esos muros se conservan y conviven con otras construcciones. Es que poco a poco la Ciudad crecía y las casas se asentaban sobre las ruinas de otras. Así nació la casa de estilo pompeyano –con tres patios, uno de recepción, otro para la familia y el último para la servidumbre– que domina hoy El Zanjón de Granados. Los arqueólogos que trabajaron en el lugar –un equipo liderado por Daniel Schávelzon– estimaron que la casa, con 20 habitaciones, es de 1830 y fue abandonada en 1860 por la epidemia de fiebre amarilla. Después de 1900 funcionó un conventillo, hasta que el lugar fue abandonado.
La historia de casi cuatro siglos está expuesta para turistas y visitantes. Matilde Pascual, también guía del Zanjón, cuenta que oficialmente fue Andrés Cajaraville el primer vecino en pedir permiso al municipio para el entubamiento del arroyo; los documentos datan de 1787. Pero un hecho curioso ocurrió varios años después que Don Jorge comprara el solar de Defensa 755. Fue cuando un vecino de la calle Chile, al enterarse del descubrimiento de los túneles, les dijo “¡por fin los encontraron!”. Anastasio contó que solía jugar en los túneles cuando era chico.
Pasado y presente
El Zanjón de Granados funciona como museo y sala de eventos y está compuesto por tres edificios: El puente (Chile 440), El zanjón (Defensa 755) y Casa Mínima (Pasaje San Lorenzo 380).
Está construido sobre el arroyo conocido como El Tercero del Sur, que tras la segunda fundación de la Ciudad comenzó a conocerse como el Zanjón de Granados.
Cuando se descubrieron los túneles con los que entubaron el arroyo, aparecieron reliquias de casi cuatro siglos de historia porteña. El lugar fue la casa de una familia adinerada y también funcionó como conventillo a principios del siglo XX.
Consultas sobre visitas guiadas: 4361-3002.
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