lunes

Espacio Publico | chau cables...

Limpian el cielo de viejos cableados en desuso

antes

Despues.

La ocupación ilegal del espacio público y la contaminación visual tienen un amplio abanico de manifestaciones en la Ciudad de Buenos Aires, que excede la cuestión de los dispositivos publicitarios y las actividades lucrativas no autorizadas en la vereda.

Uno de los temas es los cables aéreos instalados por empresas de servicios públicos u otras compañías privadas, que en buena parte de los casos están en desuso desde hace años, pero que nadie se ha molestado en retirar durante mucho tiempo.

Ultimamente la Dirección General de Ordenamiento del Espacio Público (DGOEP) puso en marcha operativos para retirar cables en desuso en algunos lugares de la Ciudad.

Según el Gobierno, ya se despejaron 167 manzanas en el perímetro delimitado por las avenidas Libertador, Leandro N. Alem, Belgrano y la calle Carlos Pellegrini.

De esa área se retiraron 16.700 cables en 668 cuadras, lo que constituye un promedio de 25 cables por cuadra.

Los próximos objetivos, según la DGOEP, son las avenidas Callao, desde Rivadavia hasta Libertador (21 cuadras) y Santa Fe, desde Pueyrredón hasta 9 de Julio (17 cuadras).

La avenida Cabildo es una de las que se promete abordar próximamente para liberar también de cables aéreos que ya están obsoletos, de manera de complementar las acciones para retirar marquesinas. El Barrio Chino, del Bajo Belgrano, San Telmo y la zona de Plaza Francia son otras de las áreas que están en carpeta para el futuro, según informó la dependencia.

En lo que va de este año el organismo informó que ya ha labrado 46 actas de infracción por la colocación de mesas y sillas no autorizadas sobre las veredas, 47 a puestos de diarios y revistas, 53 a puestos de flores y 39 por la colocación de toldos en infracción.

Espacio público

Sacaron 415 marquesinas y carteles ilegales en dos meses

Cambio de cara en la avenida Cabildo Son letreros comerciales en infracción. Los regula la nueva Ley de Publicidad Exterior. El Gobierno porteño retira algunos con grúas, pero a otros los cambian los dueños y colocan otros más pequeños.

De a poco, la imagen de algunas avenidas de la Ciudad está cambiando. La nueva Ley de Publicidad Exterior, aprobada por la Legislatura después de largas negociaciones y presiones, empieza a aliviar la contaminación visual en algunas zonas comerciales de Buenos Aires.

En la avenida Cabildo, desde su nacimiento en Dorrego, Palermo, hasta su cruce con Monroe, ya se retiraron 415 marquesinas, carteles y letreros que estaban en infracción, según datos de la Dirección General de Ordenamiento del Espacio Público (DGOEP) del Gobierno de la Ciudad.

En Cabildo, la nueva normativa establece que las marquesinas tienen medidas límites de un metro, tanto en la saliente, como en la altura. Según el director del área, Juan Carlos Poli, existían hasta ahora marquesinas que llegaban casi hasta línea del cordón de la vereda y que tenían tres o cuatro metros de altura.

“Lo hablamos con los comerciantes en una reunión que organizamos con el CGP y, aunque siempre hay quejas, entendieron que estábamos buscando reducir la contaminación visual en la Ciudad. Finalmente, muchos comerciantes aprovecharon esta situación para renovar la presentación de sus locales, sacando marquesinas muy antiguas y colocando dispositivos más pequeños”, explicó Poli a Clarín .

El Gobierno porteño está trabajando sobre la avenida con ocho grúas contratadas a una empresa y tres equipos, con un inspector y seis operarios cada uno. De todas maneras, las multas para quienes no acepten retirar sus marquesinas –y éstas deban ser sacadas por el Gobierno– van de 3.000 a 9.000 pesos, según se informó.

En el tramo de Cabildo que queda pendiente para los cambios en la cartelería, que va de Monroe hasta la General Paz, muchos locales están “en proceso de autorregulación”, según la DGOEP. Quiere decir que son los propios propietarios los que están retirando las marquesinas en infracción, incluso antes de que le llegue la intimación oficial.

También en Cabildo se retiraron puestos de flores y quioscos de diarios que estaban abandonados, en algunos casos desde hacía años.

La nueva ley establece regulaciones distintas en cada caso particular para las marquesinas. La avenida Callao, por ejemplo, fue declarada “área de protección histórica” en toda su extensión y, en consecuencia, allí se prohibieron las marquesinas de cualquier tamaño, para favorecer la visibilidad de los frentes de los edificios, que en muchos casos tienen un importante valor desde el punto de vista del patrimonio arquitectónico. En Callao ya se retiraron 220 de este tipo de carteles, según la información oficial, que en muchos casos han sido reemplazados por toldos rebatibles, que sí están autorizados porque se consideran menos invasivos del espacio público.

Otra avenida donde quedaron en forma absolutamente vedadas las marquesinas es Diagonal Norte. Esta vía, que va desde el Obelisco hasta Plaza de Mayo, con el nombre oficial de Presidente Roque Sáenz Peña, quedó sin marquesinas ya desde el año pasado. Allí hay edificios históricos de Buenos Aires, como el ex Banco de Boston y el 727 Continental Hotel.

Un caso particular es el de los hoteles, cuyas estructuras no han sido tocadas por el personal del Gobierno de la Ciudad. El criterio es que las marquesinas allí cumplen una función, porque protegen de la lluvia o del sol a los pasajeros que esperan en la puerta del hotel. De todas maneras, el funcionario Poli aseguró que se está negociando con la asociación de hoteleros un convenio que permita reducir los tamaños.

A menos que se trate de áreas residenciales o que la norma establezca específicamente otra cosa ante el caso particular, la ley autoriza la instalación de marquesinas en las demás áreas de la Ciudad de Buenos Aires.

Casi al comienzo de la gestión de Mauricio Macri, el Gobierno de la Ciudad había propuesto un proyecto de ley mucho más restrictivo, que si se hubiera aprobado hubiera dejado a toda la Ciudad sin marquesinas y prácticamente sin cartelería publicitaria. Estaba inspirado en el modelo de la brasileña San Pablo, pero las presiones empresarias y sindicales impidieron su sanción.

Clarín.

Paso seguido por Callo, y es notorio como cambio la zona, las marquesinas chicas y nuevas, me gustan mucho mas que las anteriores… es verdad que deja ver y apreciar el inmubele… me gusta!! Muy bueno… no tuve el gusto aun de ver como quedo Cabildo.

Historias solidarias

EXCELNTE!!

Q HUEVOS Q TIENEN ESTAS MINAS!!

Fundación Sumando Voluntades

Una casa donde poder cobijar al prójimo

Unas 55 personas duermen en la calle en La Plata; una ONG las quiere asistir, pero necesita un inmueble donde funcionar

LA PLATA.- Es invierno, una cruda época con muy bajas temperaturas en la capital bonaerense. La mayoría de los platenses se resguarda en sus hogares, pero más de 50 ciudadanos deambulan por las oscuras calles sin ninguna esperanza por delante ni nada caliente con qué cobijarse.

Imprevistamente, un grupo de personas se acerca a Víctor, uno de los hombres que duermen desde hace varios años en una plaza de la ciudad ?más precisamente bajo un banco?, frente al Hospital de Niños.

"¿Te gustaría dormir en una cama? Muy pronto tendremos un lugar para que te quedes por la noche", se presentó Nancy Maldonado, presidenta de la Fundación Sumando Voluntades, en enero último, cuando decidió, junto con una amiga, emprender esta ayuda social.

Nancy y Haydeé Gayol, la otra fundadora de esta ONG local, sabían que no sería fácil conseguir el lugar para hospedar a los indigentes, pero no iban a perder el tiempo mientras iniciaban los trámites para conseguirlo (algo que todavía no pudo ser concretado). Es así que decidieron, mientras tanto, colaborar con esas personas para que pudieran pasar de la mejor manera posible el frío invierno que se avecinaba.

No están solas, afortunadamente. En las noches más crudas, alrededor de 20 voluntarios se preparan en pos de la solidaridad comunitaria. En los autos disponibles cargan recipientes con comida caliente, frazadas, saquitos de té y mate cocido, termos de agua caliente y vestimenta donada por los vecinos. A las 21 comienzan la recorrida.

Los miembros de la fundación ya han hecho un trabajo previo de reconocimiento. Saben quiénes duermen en la calle y dónde ubicarlos. Aunque para la municipalidad de La Plata sólo hay 17 personas viviendo en esas condiciones, para la fundación son más. Por ahora son 55 las personas a las que ayudan, pero entienden que en los barrios más alejados del casco urbano platense la situación también es preocupante.

Los indigentes "parecen estar esperando a la cruel muerte", contó Nancy a La Nacion, y agregó: "Tienen la autoestima muy baja, no hablan de su pasado y mucho menos esperan que alguien los ayude". Esa fue la primera impresión que tuvo cuando comenzó a acercárseles para explicarles cuál era la intención de ellas.

Algunos apenas murmuran. Nancy se sorprendió cuando Víctor le dijo: "Hay gente peor que yo". El hombre le contó cómo veía, cada día, salir del hospital a madres con hijos pequeños muy enfermos, o incluso fallecidos. "Me dio una lección de vida", añadió la titular de la fundación con los ojos humedecidos.

Hay un dato relevante. Muchas de estas personas, casi todas hombres de entre 40 y 75 años, están viviendo en estas condiciones desde hace alrededor de 10 años, justo cuando la crisis social y económica comenzó a azotar con rudeza a las clases sociales más expuestas. Hasta entonces, solían vivir en piezas alquiladas y trabajaban en relación de dependencia. De las familias poco se sabe.

Olga es una de las pocas mujeres que viven a la intemperie. "Reside" en la calle 51 desde hace 12 años y duerme encadenada a una bolsa por temor a que le sustraigan sus escasas pertenencias.

Inmueble en comodato

Al trabajo de Sumando Voluntades le falta algo esencial: un parador nocturno. Los miembros de la organización ya cuentan con camas, abrigos, acolchados y el resto del mobiliario necesario para equipar el lugar ?incluso lockers para que los "sin techo" guarden sus objetos?, pero aún no tienen respuestas a su pedido de un inmueble.

"Sólo necesitamos una casa en comodato. La idea es abrir a las 18, darles merienda, un baño donde asearse, luego la cena y a dormir en tibias camas", explicó Nancy. Además, están planeando implementar talleres de capacitación para colaborar en la reinserción de estas personas en la comunidad.

Charly, como se hace llamar uno de los indigentes, espera ansioso por el parador. Como es cocinero de profesión, ya se ofreció para ocuparse de la preparación de las comidas.

Si alguien desea colaborar con algún inmueble en La Plata, puede comunicarse con la Fundación Sumando Voluntades al teléfono (0221) 489-3402 o por correo electrónico a fudacionsumandovoluntades@yahoo.com.

LANACION.

Polo Cientifico | BA

Avanza la construcción del nuevo polo científico

A fin de año, se haría un estreno simbólico

Como un contraste del asentamiento que crece a pocos metros, las obras del futuro polo científico tecnológico en el predio que ocuparon las bodegas Giol y Santa Ana, un emprendimiento que promete cambiar la fisonomía e impulsar la reactivación de ese rincón por años abandonado de Palermo, avanzan a ritmo vertiginoso.

La inauguración simbólica de uno de los edificios emblemáticos del polo será el 10 de diciembre próximo. Este albergará a varios institutos de investigación, una estructura que crece día tras día frente a las vías del ferrocarril San Martín, entre Paraguay y Guatemala.

Por otra parte, abril de 2011 será la fecha del estreno definitivo de la primera etapa del complejo que, además de los institutos, incluirá las nuevas sedes de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica (Anpcyt) y del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación. En esta primera instancia, la cartera que dirige Lino Barañao invertirá 100 millones de pesos provenientes de un crédito del BID en 26.000 m2. La agencia funcionará en el ex edificio de las bodegas Giol, en Paraguay y Godoy Cruz, y el ministerio, en el ex inmueble de las bodegas Santa Ana, inmediatamente al lado, sobre Godoy Cruz. Eduardo Arzt -investigador del Conicet y director del futuro instituto Max Planck de ciencias biomédicas- describió que, además, habrá institutos de ingeniería genética, de modelado y supercómputo, de biofísica y de economía de innovación.

Se supo que contratarán profesionales argentinos y hay, incluso, gran expectativa por la captación de "cerebros" científicos locales que emigraron para ejercer en el exterior y regresarán al país para seguir desarrollando su carrera en este polo.

LaNación.

Contraste urbano

Una vez más, el fiel reflejos de políticas sociales ausentes y la pelea de quien se hace cargo (nación-ciudad)

Pobreza extrema junto al principal polo gastronómico y de diseño de la Capital

"Villa Hollywood" crece en pleno Palermo

Un precario asentamiento comenzó a expandirse junto a las vías del ferrocarril, en una de las zonas porteñas de mayor consumo

"El Carretilla" cruza las vías después del paso ensordecedor del tren para sumarse a un almuerzo de "negocios", como él dice, entre las casillas de madera y cartón que se expanden en una de las zonas comerciales más importantes de la ciudad.

En la frontera que divide Palermo Soho del Hollywood, a metros de restaurantes de moda y locales comerciales, en una franja imposible de apenas dos metros de tierra junto a las vías del Ferrocarril San Martín, un guiso de arroz y pollo reúne a un grupo de personas alrededor de la olla.

"Hagan de cuenta que es un shopping", invita Carretilla, que festeja sus 48 años. "Laburamos con los carros [cartoneros] y desde hace siete años, más o menos, estamos acá instalados. Los vecinos ya nos conocen", agrega el hombre.

El brillo de las casas de diseño, de ropa y los restaurantes étnicos que forjaron el milagro comercial de Palermo, por un instante, queda sepultado por dos palabras: "Villa Hollywood". Así bautizaron sus propios habitantes a este asentamiento impiadoso donde viven varias familias acorraladas contra las vías del tren. Un paso más allá, la muerte espera con una frecuencia cifrada en 10 minutos. "Al tren tenés que acostumbrarte; la otra vez atropelló a la Wanda, pero se salvó por un pelo", dice "el Correntino", mientras acaricia la cabeza de su perra negra.

La basura entre el barro termina acumulándose por todos lados. No hay lugar donde meterla. Es parte de la exhibición atroz de este rincón desangelado.

"Todos los días llega más gente para instalarse, pero no los dejamos quedarse porque después tenemos problemas con la policía; igual algunos se van instalando; son pobres como nosotros y no podemos decirles que no se queden", añade el cartonero, casi a los gritos por el ruido de otra locomotora.

A metros de allí, en el paso a nivel de la calle Honduras, la vida palermitana sigue su ritmo. Cae la tarde y los bares comienzan a poblarse.

"Los turistas se paran ahí y sacan fotos... chiqui, chiqui . Somos el lugar más fotogénico de Palermo, pero yo los saco cagando a esos yanquis", comenta "Pato Loco", un chico que ya vivió buena parte de su vida en Villa Hollywood. Todos se ríen.

El asentamiento, en el que hoy viven al menos 30 personas, está instalado en terrenos fiscales declarados no aptos para vivienda, que tras la privatización del servicio ferroviario quedaron en manos del Organismo Nacional Administrador de Bienes del Estado (Onabe). Los viejos galpones de las ex bodegas Giol fueron cedidos por la Onabe al Gobierno para la instalación de un polo científico que ya está en marcha (ver aparte).

Vivir al margen

A metros de esas megaobras, Marina Camelione camina entre las vías y las casillas. "Cuando los chicos encuentran alguna antigüedad yo hago la transa para venderlas; son pobres, nada más", explica la joven que, a diferencia de los otros habitantes que provienen del conurbano bonaerense, nació en Palermo.

El clásico cartel de "prohibido transitar por las vías" de Ferrocarriles Argentinos es sólo una clave de otros tiempos. Es que todos caminan por las vías en Villa Hollywood. No hay otra salida, ni entrada.

"Estamos reclamando luz porque las casillas se nos incendian con las velas; somos todos devotos de la Virgen de Luján", dice el Correntino, que oficia de vocero del asentamiento. A pasos de él, los despojos de una casilla consumida por el fuego emergen como el testimonio de una vida signada por el tren o el fuego.

"No tenemos donde vivir; antes veníamos de provincia para trabajar, pero nos fuimos instalando... Acá estamos cerca del lugar de trabajo."

"Cuando llueve esto es... Cómo se llama ese lugar que está todo lleno de agua..."

"¿Cuál? ¿Venecia?", se le sugiere.

"Sí ése, ja, es un desastre, el agua desagota del techo de los galpones directamente acá y nos ahogamos. Es muy jodido y triste" , explica el Correntino.

El cumpleaños de Carretilla es el acontecimiento del día en Villa Hollywood. Después de pedir unos pesos, el hombre empieza con la organización de la fiesta a la luz de las velas y cerca de la virgencita que, según él, los protege. "Vamos a hacer una fiesta como los chetos de acá con mucho vino y carne", anticipa.

"Nosotros no tenemos planes Trabajar, ni casa ni nada... Pero vivimos del trabajo y no queremos chorros acá; mucha gente quiere venir a quedarse porque está bien ubicado en la ciudad", considera el Correntino.

Estadísticas

En 2007, la Defensoría del Pueblo calculó que unas 20.000 personas vivían en asentamientos de la ciudad formados en terrenos fiscales, paralelos al ferrocarril.

La problemática puede observarse a simple vista cerca de las estaciones de La Paternal y Chacarita. También a los costados del Ferrocarril Roca y del Sarmiento. Las personas sobreviven en tierra de nadie y bajo la órbita de nadie. Por si fuera poco, las administraciones tanto nacional como de la ciudad no los cuentan en su mapa de asentamientos y no reciben ningún tipo de asistencia.

"No hemos tenido problemas y cuando están por acá hacen lo mismo que en todos lados... piden alguna moneda a los clientes", señaló la encargada de la pizzería Pekín, a unos 100 metros del asentamiento. "Antes había algunas casillas, pero cada vez hay más", agregó la encargada del local, que prefirió no dar su nombre.

Algunos episodios de arrebatos de celulares en los alrededores del asentamiento encendieron una luz de alarma. "Sé que hubo algunos líos con la policía por cosas menores", dijo un vecino que vive sobre el pasaje Atacaldo, a unos 50 metros de la entrada del asentamiento.

El encargado de la disco Kika, uno de los lugares de moda de la noche palermitana, señaló: "Todo bien con ellos, nunca pasó nada. Pero vemos que está creciendo nada más".

LaNacion 02-ago