miércoles

Diagonal Sur

Reflotan una vieja iniciativa

Polémica por un plan para prolongar la Diagonal Sur y construir garajes

El proyecto oficial recoge uno de 1907; se incluye la expropiación de lotes; desacuerdo opositor

Por Laura Rocha
LA NACION


El gobierno porteño quiere extender la avenida Julio A. Roca, también conocida como Diagonal Sur. Para conseguirlo, envió a la Legislatura un proyecto que incluye expropiaciones, un llamado a concurso público y la construcción de cocheras subterráneas.


El proyecto, que en rigor toma una reforma prevista en 1907, ratificada en 1968 y convertida en ley en 2000, llegó el viernes pasado a manos de los legisladores e inmediatamente despertó polémica.


La iniciativa persigue prolongar la Diagonal Sur entre las avenidas Belgrano y 9 de Julio. Para ello, es necesario expropiar 37 lotes y desafectar otros tres que son propiedad del gobierno de la ciudad de Buenos Aires.


El subsecretario de Planeamiento Urbano porteño, Héctor Lostri, indicó: "Es una de las tantas medidas que complementan poner «el Norte» en el Sur. Si uno estudia la apertura de la Diagonal Sur como un hecho aislado, se equivoca. Esto es parte de la construcción simbólica del área central de la ciudad de Buenos Aires que es muy importante. La Diagonal Norte se realizó completa".


Según ese funcionario, significa poner en igualdad de condiciones los accesos desde el Sur: "Hay un eje formado por la Avenida de Mayo y dos diagonales. Abriendo la Diagonal Sur, lo que se hace es acercar la Plaza de Mayo a San Telmo y a Constitución".


El gobierno que encabeza Mauricio Macri realizó varias intervenciones en el área central de la ciudad y convirtió calles en espacios peatonales, como la calle Reconquista o la calle Suipacha, dentro del denominado Prioridad Peatón.


"Esta reforma acompaña operaciones en el área central mucho más sutiles, como el plan de Prioridad Peatón. Se podrá, además, encauzar el transporte público y restringir el auto particular, que es el tercer factor por tener en cuenta cuando se diseña una política pública", agregó Lostri.


El proyecto ingresó en la Comisión de Planeamiento de la Legislatura, cuya presidenta es la peronista Silvina Pedreira. Ella no se opone a la apertura de las calles, pero sostiene que no está claro el destino del uso del subsuelo.


"Que las trazas son preexistentes no hay ninguna duda. Incluso, los dueños de los lotes que están allí saben que están sujetos a expropiación. El problema es la falta de información sobre el concurso público y la concesión a la empresa que lo gane para que explote los estacionamientos subterráneos que se quieren hacer", indicó a LA NACION.


El proyecto, que consta de cuatro artículos, autoriza en el tercer apartado a construir y concesionar por 20 años para su explotación un "estacionamiento público" subterráneo. Según la iniciativa, podrá ser explotado por parte del ganador del concurso internacional del proyecto y precio, o por terceros.


Contradicción

Pedreira señaló además que esa intención va en contra de lo que se pregona: "No sólo falta información. La concesión y la construcción del estacionamiento público se contradice con el espíritu de lo que es el plan Prioridad Peatón".

Eduardo Epszteyn, de Encuentro Progresista y Popular, opinó que la iniciativa "va en contra del Código de Planeamiento Urbano y del Plan Urbano Ambiental, que proponen desalentar el uso de automóviles en el área central. Por el contrario, con un estacionamiento en ese lugar, se promueve la llegada de vehículos a esa zona".

El bloque de la Coalición Cívica también se mostró en desacuerdo con la iniciativa.

El proyecto oficial no detalla la cantidad de lugares para estacionar ni su ubicación. Todo eso quedaría definido en el concurso público. Según los argumentos que figuran en la iniciativa se persigue "configurar una nueva área de oportunidad estratégica, que colabore con la política oficial de desarrollo de la ciudad hacia el Sur".

Cabe recordar que el gobierno planifica mudar a la zona sur el Centro Cívico. Además, incluyó en el proyecto de presupuesto para el año próximo 70 millones de pesos para concretarlo.

Esa iniciativa de mudanza de la sede del gobierno y de otras dependencias que el macrismo viene prometiendo realizar desde que asumió en 2004 prevé la construcción de un nuevo edificio en la avenida Amancio Alcorta y Perdriel para la nueva sede gubernamental, todas las oficinas y dependencias de la Jefatura y Vicejefatura de gobierno, la Jefatura de Gabinete y los ministerios de Desarrollo Urbano, Ambiente y Espacio Público, Desarrollo Económico, Hacienda y Educación.

La iniciativa también promueve la mudanza de varias dependencias que hoy están funcionando en el microcentro. También ese ejercicio presupuestario, que prevé gastos por 32.705 millones de pesos, incluye nuevas peatonalizaciones de calles o extensiones de existentes como son las cerradas al tránsito vehicular Tacuarí, Bolívar, Perú y 25 de Mayo. El plan incluye, además, a la calle Uspallata, en Parque Patricios..


+ info.
http://www.clarin.com/ciudades/Quieren-demoler-Diagonal-Sur-Julio_0_575342573.html

Diagonales parisinas


Clarin 19/10/11

Las diagonales fueron concebidas a fines del siglo XIX, siguiendo el concepto del Barón Haussmann en la transformación de París y sobre el eje de la Avenida de Mayo, que une la Casa de Gobierno con el Congreso en un plano urbanístico de simbolismo republicano. La Norte comenzó a construirse en 1913, como parte de un plan de 1907 con el fin de orientarla hacia el Palacio de Justicia. La Sur parte del Cabildo y en el cruce con Perú deja ver otro edificio histórico que sobrevivió a las demoliciones para su construcción: la Procuraduría Jesuítica de la Manzana de las Luces, una edificación del siglo XVIII que luego fue sede de la Universidad de Buenos Aires y hoy es una de las joyas patrimoniales porteñas.




Ver nerdeando. en un mapa ampliado

Reserva Ecologica.

El río que ocultamos


Desde el siglo XVIII la ciudad se empeñó en construir parques, puertos y estaciones que nos alejan de nuestro espejo de agua fundacional y de la pregonada identidad rioplatense.

Por Miguel Jurado
Editor Adjunto Arq
19/10/11 Clarin.


Buenos Aires tenía un río, y era el más ancho del mundo. Ahora, preguntale a cualquier porteño cuántas veces en la semana ve el agua. Pocas, poquísimas veces vemos el río que Tata Dios nos regaló. ¿Por qué? Porque nos encargamos de ocultarlo con cuanta cosa tuvimos a mano. No quiero empezar con la típica enumeración de las virtudes de otras ciudades y de cómo ellos sí aprovecharon sus ríos. Primero, porque las comparaciones son odiosas, y segundo, porque Buenos Aires y su río son tan particulares que no creo que haya nada comparable.

 
Para empezar, el Río de la Plata tiene un lecho barroso en lugar de arenoso, como sí tiene la orilla uruguaya. Misterios geológicos aparte, lo cierto es que a nadie le gusta el barro. Pero esa no es la razón por la que el río está cada vez más lejos de la gente. Para empezar, sucesivos rellenos fueron empujando la ribera lejos de sus barrancas naturales. Esas barrancas todavía se puede distinguir en Parque Lezama, en Plaza San Martín, Plaza Francia y Barrancas de Belgrano. Y, por supuesto, debajo de un montón de edificios y calles. Todo lo demás, la parte plana que va de la barranca a la ribera actual, era el lecho natural del río; cuando no, un fangoso pantanal.

 
Bueno, ahora, todo eso está atiborrado de instalaciones, algunas positivas y, muchas, negativas. A veces, ese espacio está ocupado por el Parque Tres de Febrero, el Hipódromo de Palermo, el Rosedal, la cancha de River, plazas y plazoletas de distinto tamaño y demás. Esa es la parte que podría contribuir a tener más contacto con el río. Pero hay otro tipo de equipamiento moderno que parece haber sido puesto con el único propósito de quitarnos el río. La Estación Retiro con todos sus trenes, Aeroparque, la avenida Lugones y la enorme Planta San Martín de Obras Sanitarias, son sólo una muestra de la persistente manía de alejarnos del agua.


Hay algunos casos patológicos. Por ejemplo, el Puerto de Buenos Aires. En el siglo XVIII, cuando se empezó a pensar en modernizar el puerto, existían tres lugares posibles: frente a la ciudad, en la boca del Riachuelo o en la Ensenada. Pasaron los años y se eligió el peor lugar de todos: frente a la ciudad. Así nació Puerto Madero y, para que la gente no perdiera de vista el río, se diseñó la Costanera Sur. Este borde urbano preveía que la gente pudiera aprovechar la costa como se hacía en ese entonces: para pasear y para bañarse muy tranquilamente. Las historia que sigue es conocida: el puerto dejó de funcionar en menos de 30 años, en los 80 empezaron a rellenar lo que hoy es la Reserva Ecológica. Y, para cuando Puerto Madero se convirtió en un barrio top, la Costanera Sur ya estaba tapada por la Reserva. ¡Chau río! Pero no me gustaría ser injusto con los grandes esfuerzos que se hicieron para que la gente disfrute del Río de la Plata, como el Parque de la Memoria que se construyó en al Ciudad Universitaria o el lindísimo Parque de los Niños, en el extremo norte de la Capital, casi pegado al Paseo de la Costa de Vicente López. Justamente, ese parque multifuncional que cubre largas 20 cuadras desde Nuñez hasta el Puerto de Olivos es un buen ejemplo de lo que se puede hacer en Buenos Aires para recuperar el río para los habitantes.


Un largo cinturón verde podría recorrer la ribera porteña de Norte a Sur, ocupando escasas dos cuadras de ancho con un equipamiento mínimo. No se necesita más, los parques actuales tienen que permitir la recreación y el deporte, no solo el paisajismo. Pero todavía quedaría pendiente imaginar la manera en que la gente esquivaría vías, autopistas, aeropuertos y piletas potabilizadoras para llegar a ese parque costero. El día que descubramos que tenemos un río, seguro que se nos va a ocurrir algo.

Centro Cultural San Martín

El ministerio que comanda hernán lombardi adujo “cuestiones de seguridad”


La plaza seca del Centro Cultural San Martín, oculta tras las rejas.

Publicado el 19 de Octubre de 2011
Por Boyanovsky Bazán | Tiempor Argentino.


Limitan el acceso a un espacio público que frecuentan jóvenes artistas. La restricción se suma al deterioro del edificio, que contrasta con la millonaria inversión realizada en los subsuelos.


Todavía no se inauguró el nuevo espacio subterráneo del Centro Cultural General San Martín, pero el gobierno porteño ya resolvió cercar con rejas la plaza seca de Sarmiento y Paraná, aislando así un espacio tradicionalmente frecuentado por artistas urbanos y hasta por enamorados furtivos. Al sistema de cámaras de seguridad, se agregaría, según información extraoficial que manejan los trabajadores del complejo, una guardia privada para control de ingresos y egresos, lo que no suena descabellado teniendo en cuenta la política de contratos abultados con agencias de seguridad del gobierno macrista.

El gris de las rejas que cubren toda la esquina contrastará con la nueva fachada vidriada y plena de luces del Teatro San Martín, ubicado justo del otro lado del Centro Cultural, cuya remodelación se inaugurará esta tarde.

“Esto tiene que ver con una política de alejar a la gente de los espacios públicos, como hizo Macri con las plazas, es igual”, dijo Alejandro Flores, delegado de los empleados del San Martín. “Nos vimos sorprendidos y superados porque ya es un hecho. Lo armaron entre gallos y medianoche y no hubo consultas de ningún tipo”, refirió, indignado, uno de los profesores del centro.

Tiempo Argentino consultó al Ministerio de Cultura porteño por esta decisión y la escueta respuesta de los voceros del área fue que la instalación se debió a “cuestiones de seguridad”. El Centro Cultural San Martín fue motivo de cuestionamiento hace meses, tal como reflejó este diario, por el estado de deterioro de su edificio central y la reducción de talleres y cursos, en franco contraste con la obra millonaria y moderna que se realizó en los subsuelos y sería inaugurada a principios de noviembre.

La semana pasada, el ministro de Cultura, Hernán Lombardi, visitó la Legislatura para explicar los alcances del Presupuesto 2012 en su área. En esa reunión, el diputado de Proyecto Sur, Ariel Basteiro, cuestionó por posiblemente escasos los 34 millones de pesos asignados para obras en el Centro Cultural, teniendo en cuenta las refacciones necesarias. “Están la radio y el canal de la Ciudad, las salas, el Centro Cultural artístico, hay muchísimas actividades. ¿Va a mantener una torre que se viene abajo, incluso con serio riesgo para las personas que trabajan allí o transitan por el edificio?”, se preguntó.

Lombardi respondió sin mayores precisiones: “Creemos que estamos en los números, pero, efectivamente, eso nadie lo puede decir”, afirmó. La diputada Gabriela Alegre recordó que la Sala B, la más importante del complejo, está siendo usada “como un depósito del patrimonio mueble del teatro”.

En tanto, los alumnos de la Sala Alberdi continúan la toma en el piso 6 del edificio. “No tenemos perspectiva de negociación”, dijo Ryan, uno de los estudiantes que el viernes a las 19 realizarán una intervención artística en la plaza seca “en repudio a las rejas y cámaras de seguridad, la persecución política y el vaciamiento del espacio público”.


La fachada, puesta en valor


Funcionarios del gobierno de la Ciudad, entre ellos el jefe de gobierno, Mauricio Macri, inaugurarán hoy la remodelación y puesta en valor de la fachada, marquesinas y puertas de ingreso del Teatro San Martín, en la Avenida Corrientes 1530, así como la modernización de la iluminación de la Sala Martín Coronado. El acto comenzará a las 12:30 y estarán presentes autoridades del gobierno de la Ciudad, del Banco Ciudad, que facilitó los fondos para la inversión, del Complejo Teatral de Buenos Aires y de la Fundación Amigos del Teatro San Martín e invitados especiales. La obra en el edificio, que este año fue declarado patrimonio cultural, abarca la instalación de vidrios y carpintería metálica del 1º al 4º piso; reparación integral y provisión de artefactos de iluminación de la marquesina; y nuevas puertas de ingreso en la planta baja.