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Nueva cobertura porteña de salud

La lanzó ayer el Gobierno de la Ciudad. Se trata de una tarjeta para sacar turnos por teléfono, tener médico de cabecera y recibir medicamentos y vacunas. Ya anotan en los CGPC y en hospitales. Es para 600 mil vecinos sin obra social ni prepaga

El plan de cobertura de salud anunciado ayer por el jefe de Gobierno, Mauricio Macri, viene a concretar una ley porteña votada en 2007, que hasta ahora no había sido reglamentada. La iniciativa, básicamente, apunta a los 600 mil porteños que no tienen cobertura médica privada ni obra social.

Si bien cualquier persona, resida o no en la Ciudad, puede atenderse gratuitamente en los 33 hospitales del sistema público de salud, se anuncia que tienes tengan domicilio en Capital podrán a partir de ahora pedir turno con su médico de cabecera, que lo derivará a un especialista, si es necesario, y se evitarán colas y esperas innecesarias.

Según el ex jefe de Gobierno Enrique Olivera, quien como diputado porteño fue al autor de la ley correspondiente, que lleva el número 2.597, los pacientes del Gran Buenos Aires y del interior también se verán beneficiados, indirectamente, porque “esta red de atención primaria va a descongestionar al hospital público mejorando también la atención de los pacientes que vengan de afuera de la Ciudad”.

Desde el Ministerio de Salud porteño explicaron que el sistema público de la Capital atiende anualmente 9.000 consultas, el 80% de las cuales son de baja complejidad, por lo que podrían resolverse con una consulta con un médico clínico o en un centro de salud.

El sistema, de todas maneras, despierta dudas entre especialistas en políticas sanitarias consultados por este diario.

“Esta idea de los médicos de cabecera ya se quiso implementar cuando De la Rúa era jefe de Gobierno. Después, en la época de Ibarra, se creó una tarjeta para acceder al sistema público de salud. Esto es remozar un modelo que es carísimo y que no funcionó. Centralizar el sistema de atención primaria en la relación médico-paciente es minimizar la problemática de salud, que es mucho más compleja y requiere un abordaje multidisciplinario”, dijo el médico Carlos Nicolini, jefe del área de Derecho a la Salud de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad.

A su vez, Daniel Maceira, investigador del Centro de Estudios de Estado y Sociedad (CEDES) y director del área de Salud de la ONG CIPPEC, opinó que “cualquier medida que involucre un uso más racional y eficiente de los recursos de salud aporta a la equidad del sistema. Sin embargo, el problema que puede surgir con un mecanismo de este estilo es, por una parte un proceso de discriminación contra aquellos que no tienen residencia en Capital y por la otra, es un proceso de estigmatización hacia las personas de bajos recursos, que van a recibir un carnet por no tener cobertura social”.

Sin Techo / BsAs (ciudad)

Ok, así ve el tema LaNación (diario de bsas/ar) acerca de los sin techo /homeless/.

En pleno centro porteño / Tierra de cartoneros, limpiavidrios y punguistas

La 9 de Julio, invadida por tolderías

Más de 140 personas viven en las plazoletas y veredas a lo largo de la avenida, entre otras zonas ocupadas; abusos de drogas y alcohol

Una fogata mitiga el frío de una veintena de personas en una de las plazoletas centrales de la avenida 9 de Julio, entre Viamonte y Córdoba, en pleno centro porteño. Allí, cuatro chozas, armadas con bolsas y viejos cartones sostenidos con hilos de nylon y alambres, forman parte de un campamento que hace más de un mes se instaló en esta zona muy transitada durante el día, pero donde, por la noche, domina la desolación y la inseguridad.

Hoy, a lo largo de la avenida 9 de Julio, existen varios puntos críticos donde grandes y chicos, incluso familias, han encontrado su lugar para vivir en precarias guaridas. Allí no sólo duermen, sino que también se alimentan y hasta se bañan, según contaron vecinos y comerciantes. Unas 140 personas se instalaron recientemente y pernoctan en toda la avenida, según relevó LA NACION en una recorrida realizada en los últimos días. Además, un centenar está instalado desde hace tiempo bajo la autopista 9 de Julio Sur, frente a la Plaza Constitución.

Un panorama similar se advierte bajo las recovas de la avenida Alem y de Hipólito Yirigoyen. En esta última se enrejó la parte del edificio de la AFIP para evitar la habitual instalación de homeless .

Las "ranchadas", como se autodenominan los distintos grupos que han ganado posición en diferentes puntos de la avenida 9 de Julio, llevan adelante distintas actividades: algunos limpian vidrios en los semáforos, otros cartonean, otros están a la expectativa de alguna changa y otros alimentan el ocio fumando o tomando alcohol.

El principal asentamiento, que no es nuevo, cuenta con precarias construcciones de hasta tres ambientes y está en uno de los laterales de la Plaza Constitución, debajo de la autopista 9 de Julio Sur. La ocupación comienza 200 metros antes de la estación y continúa hasta la altura de Brasil. Allí suele concentrarse hasta un centenar de personas.

Otro punto crítico está entre Tucumán y Lavalle, frente al hotel Panamericano. Ese espacio verde fue prácticamente tomado por cartoneros que acopian material reciclable y luego pernoctan allí.

"Hace más de un mes que están acá. A veces los sacan, pero vuelven. El problema es que dan un mal aspecto para el turismo, porque durante el día puede verse cómo se bañan", dijo el empleado de uno de los hoteles de la zona, que pidió resguardar su nombre por una cuestión de seguridad.

Entre Sarmiento y Perón, también hay otro campamento de personas que duermen bajo cartones en forma de carpa, precisamente en una zona que no está bien iluminada. Algunos comerciantes consultados por LA NACION indicaron que en la avenida 9 de Julio de noche se producen robos, especialmente en las zonas cercanas a los hoteles y en algunos semáforos.

"Aquí se vino a vivir la gente que antes estaba bajo la recova del ex edificio del Plata [Carlos Pellegrini al 200], que, con las reformas, ya no tuvieron más lugar para cobijarse", dijo un comerciante. Precisamente, frente a ese edificio, un grupo de cinco chicos no mayores a 15 años, escondidos en un juego de plaza, aspiraban pegamento en una bolsa de plástico.

Más campamentos

A lo largo de la 9 de Julio, se advierte que hay personas durmiendo bajo mantas. En total, el jueves por la noche se contabilizaron cuatro campamentos semiestables. Cuando LA NACION recorrió la zona, advirtió que unas 65 personas dormían o se aprestaban a pasar la noche allí en algún recoveco de las plazoletas.

Hay más: en Lima y la subida de la autopista Arturo Frondizi (hacia Avellaneda) una familia vive en un sector verde que incluso había sido cercado por la ciudad para evitar, precisamente, que personas sin vivienda se instalaran allí.

"Desde hace cuatro años que la gente se va renovando e instalando aquí. Es una costumbre, y nadie los puede sacar, contó un empleado de seguridad de canal 13, a metros del lugar en cuestión, en Constitución.

Durante el día, la imagen es similar, aunque con más movimiento. Desde las 8, las personas que pernoctan bajo la autopista empiezan a planear cómo se ganarán su plato de comida. Provistos de carros de supermercados salen a cartonear o a buscar algo que sirva para llevar a sus refugios.

En la zona de Tribunales sucede algo similar. Los hombres que pasaron la noche en las inmediaciones de la plaza Lavalle buscan alguna canilla pública para higienizarse. También aprovechan para lavar alguna prenda que dejan colgada al sol. Más tarde, buscarán algún método para sobrevivir un día más.

Pero no se trata solamente de personas sin techo. Las autoridades locales afirman que muchos cartoneros que usurpan calles tienen vivienda en la provincia de Buenos Aires.

La inseguridad en las inmediaciones de la 9 de Julio se percibe de día y de noche. A plena luz del día un fotógrafo de LA NACION fue víctima de ella frente al Teatro Colón. A pesar de la cantidad de gente que pasa por esa zona de lunes a viernes, punguistas arrebataron su equipo fotográfico. En la noche del jueves, se contabilizaron una decena de policías que custodiaban las plazoletas de toda la avenida.

Lo paradójico es que en el centro de la avenida más ancha del país está el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, en el cruce con Belgrano. Si bien es el gobierno porteño quien debe asistir a las personas que viven en la calle en la ciudad, el edificio construido en el medio de la avenida funciona como una suerte de mirador preferencial de una situación que ha empeorado de manera notoria en los últimos tiempos.

Pablo Tomino
LA NACION lunes 30-ago-2010

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En tres años se duplicaron los sin techo en la Capital

La mayoría se trasladó desde el conurbano

En tres años se duplicó la cantidad de gente que pasa la noche en las calles porteñas. Según los censos oficiales, en 2006 había 700 personas, mientras que el año pasado el número trepó a 1400. Durante el último operativo por el frío, el 60 por ciento de las personas que usaron los paradores de la ciudad provenía de la provincia de Buenos Aires y del resto del país.

Según informaron en el gobierno porteño a LA NACION, la atención en la calle para personas que no tienen una vivienda aumentó notoriamente. "En la avenida 9 de Julio, sin contar el bajo autopista, hay muchas personas, se están empezando a consolidar pequeños asentamientos de no más de cuatro familias de cartoneros que, en general, durante el fin de semana vuelven a sus hogares", reconoció la ministra de Desarrollo Social porteña, María Eugenia Vidal. La funcionaria consideró: "La mayor parte de las familias que se instalan es de la provincia de Buenos Aires".

Una de las causas de este fenómeno, según indicó Vidal, fue el desmantelamiento del "tren blanco", que usaban los cartoneros para poder trasladar su recolección.

Respecto de los asentamientos en la plaza Lavalle y sus inmediaciones, indicó que durante este año se realizaron tres operativos. En el último, reubicaron a cinco familias. Según Vidal, sólo queda un grupo de hombres solos que no aceptan ayuda.

En la ciudad de Buenos Aires, los subsidios por emergencia habitacional también crecieron. Mientras en 2008 se entregaron 7000, el año pasado se otorgaron 8030. Cada subsidio, en promedio, es de 7000 pesos por familia.

La pregunta sobre si debe la ciudad de Buenos Aires seguir sosteniendo las necesidades de habitantes de todo el país tiene una respuesta oficial. Según Vidal, es necesaria una política coordinada con la Nación y la provincia de Buenos Aires en ese sentido.

"El subsidio es una herramienta de emergencia -dijo-. En la medida en que no se pueda lograr una política coordinada, no se podrá resolver esta problemática."

Operativos

En el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación indicaron que, aunque no sean difundidos, hacen sus propios operativos por la Capital. Sin embargo, al ser consultados por LA NACION, no aportaron cifras precisas respecto de esa asistencia social.

Por otra parte, el gobierno porteño está realizando encuestas telefónicas para saber cuál es el problema que los ciudadanos consideran más urgente de resolver. Algunas opciones del sondeo son la situación de las personas que viven en la calle; la gente que mendiga; los cartoneros; los cuidacoches, o los limpiavidrios en los semáforos. No se conoció aún el resultado de la encuesta.

Laura Rocha
LA NACION lunes 30-ago-2010

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Otro predio ocupado junto a la AU Illia

Cerca de la bajada de la autopista se instalaron familias desalojadas de la villa Nylon; se expande la 31

Ya casi no hay tierras disponibles en las villas 31 y 31 bis, en Retiro, y la búsqueda de espacios se vuelve, entonces, una conquista. Los que pueden, gracias a cierta solvencia económica y alguna destreza en albañilería, construyen en la altura y "negocian" con los habitantes de las plantas bajas o del primero o segundo pisos, para edificar una pieza más arriba. Así, las construcciones ya alcanzan peligrosamente los cinco pisos.

Otros, muchos de ellos recién llegados, permanecen atentos a detectar cualquier centímetro libre para instalarse. Mientras tanto "alquilan" una habitación o consiguen que un familiar o amigo les preste una vivienda.

LA NACION recorrió la zona y comprobó un nuevo asentamiento ubicado junto a una de las bajadas de la autopista Illia, a la vera de la avenida que conduce hacia el puerto. El lugar, de no más de 100 metros cuadrados, es una franja de tierra en los límites de la 31 y 31 bis. Esa división sentó precedente para los habitantes de este nuevo asentamiento, que se agruparon allí.

Más cerca de la 31 bis, una mujer, a quienes todos llaman la "Señora", distribuye los terrenos (en su mayoría, de 3 metros por 2 metros) a ciudadanos argentinos. Del lado de la 31, en cambio, los habitantes son inmigrantes de origen paraguayo.

Subsidios

Otros ocupantes del lugar hace diez días estaban instalados en un terreno lindero a la autopista misma y fueron desalojados tras aceptar el cobro de la primera cuota de un subsidio, otorgado por el gobierno de la ciudad de Buenos Aires. Pero tras el desalojo de aquel lugar, se acercaron al nuevo asentamiento y se instalaron.

"Es que para cobrar la segunda cuota nos piden un recibo de alquiler y de ABL", explicó a LA NACION Rosa, una de las beneficiadas por el plan, al ser consultada sobre el motivo de su presencia en el asentamiento.

Rosa trabaja como ayudante en un puesto de comidas, del otro lado de la autopista Illia, sobre la Avenida del Libertador, en una zona donde el valor del metro cuadrado puede llegar a los 3000 dólares.

En la villa, la mujer intenta conquistar lo mismo que todos los que llegan: la tierra. "El dueño de la casa que alquilo no quiere darme documentos, ni tampoco hay más terreno para levantar algo", dijo la mujer, que forma parte del 20% de la población de la villa que "alquila" una vivienda.

Según el censo realizado el año pasado por la actual administración porteña, en el asentamiento de Retiro viven más de 26.000 personas, el doble de las que lo hacían en 2001.

"Paulina nos hizo un lugar a mi marido, a mi ahijada y a mí", contó a LA NACION Norma, una tucumana de 32 años, que hasta hace unos días alquilaba, desde hacía cinco años, una habitación con baño compartido en la villa. Pagaba 500 pesos mensuales, hasta que el dinero que con su marido percibían por la venta de cartón no alcanzó para más.

Paulina es paraguaya, madre de cuatro hijos, de entre 3 y 12 años. Todos vivían en la casa de su hermano, en la villa 31, en una pieza con cocina y baño. "O comemos o alquilamos, y en lo de mi hermano no entramos", explicó, mientras daba martillazos a los clavos oxidados que unían las maderas que servirían de columna a su nueva morada.

Más tarde, la revestiría con lonas, cartones o bolsas de nylon. Con suerte, si consigue, colocará alguna chapa en el techo. "Para no mojarnos ni nosotros ni el colchón", decía Paulina, y le indicaba a Yésica, la mayor de sus hijas, que alejara el brasero de la casilla.

María Delia Pérez
LA NACION lunes 30-ago-2010

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Desalojan a homeless de la 9 de Julio

El gobierno porteño comenzó a desmantelar las precarias casillas que estaban en las plazoletas de esa avenida céntrica

El gobierno porteño empezó a desalojar en la madrugada de ayer a un grupo de personas que se asentaron en los últimos meses en plazoletas de la avenida 9 de Julio. El lunes pasado, La Nacion publicó que unas 140 personas estaban viviendo en forma precaria en varios puntos a lo largo de la avenida.

Ayer fue desmantelado uno de los lugares más críticos: el sector que había sido usurpado por homeless frente al Hotel Panamericano, entre Lavalle y Viamonte. Allí también pasaban la noche cartoneros con domicilio en otros distritos, que usaban el lugar para acopiar material reciclable.

Anteanoche comenzaron a realizarse esos operativos, a cargo del Ministerio de Ambiente y Espacio Público porteño, para desalojar a estas personas. Según se informó oficialmente a La Nacion, se les preguntó su procedencia y se las devolvió a sus lugares de origen.

"El grupo más grande tenía vivienda en Avellaneda y cartoneaba en la ciudad los días de semana. Se les explicó que no podían ocupar el espacio público y se los llevó a su casa", indicó Diego Santilli, quien formó parte del operativo. "Se estaban produciendo asentamientos donde no corresponde y requiere de una actitud de todo el gobierno para volver a dar normalidad a toda la zona", agregó el funcionario.

La Nacion pudo comprobar durante una recorrida por la zona que tampoco estaba la carpa que había sido ubicada frente al Teatro Colón, sobre 9 de Julio, entre Tucumán y Viamonte. En esos sectores era posible ver ayer a un grupo de guardianes de plaza.

Por su parte, algunos comerciantes de la zona comentaron que anteayer, a las 20, estaban los asentamientos y que ayer, a las 7, ya no había ninguno.

Operativo

El desalojo se realizó con camiones y camionetas de las Subsecretarías del Ministerio de Ambiente y con personal del Ministerio de Desarrollo Social.

Otra imagen singular fue ver ayer, sin destino, a varias personas deambulando con sus changos cargados de frazadas, colchones y bolsas.

Entre Sarmiento y Perón, también había otro campamento de usurpadores que dormían bajo cartones en forma de carpa. También fue erradicado.

"Hemos desalojado los asentamientos que estaban en la 9 de Julio Norte. Nos falta completar el operativo hacia el Sur. Estamos trabajando en eso", dijo Santilli.

El punto más crítico es el de la Autopista 9 de Julio Sur, donde ayer seguían instaladas unas 100 personas. Según el ministro, se está trabajando y en los próximos días serán reubicados los sin techo.

"La gente tiene que entender que no se puede ocupar el espacio público. En todos esos lugares habrá vigilancia para evitar que vuelvan a estar allí", indicó el funcionario.

Los homeless también permanecían al cierre de esta edición en la salida de la estación San Juan de subte C, sobre Bernardo de Irigoyen; sobre Belgrano, a media cuadra de la avenida Lima; en la esquina de Adolfo Alsina y Chacabuco, y a lo largo de la avenida Leandro N. Alem, en las recovas, entre Corrientes y Córdoba.

En los últimos tres años se duplicó el número de personas que viven en las calles de la ciudad de Buenos Aires, según el censo oficial.

Bajas temperaturas

En los operativos por las bajas temperaturas que realizó el Ministerio de Desarrollo Social de la ciudad, el 60 por ciento de las personas que utilizaron los paradores procedían de la provincia de Buenos Aires o de otros países.

También anoche permanecían los asentamientos ubicados en las inmediaciones de la plaza Lavalle. Según indicó en el Ministerio de Desarrollo Social, se trata de un grupo de hombres que no acepta los recursos del Estado para moverse a otro lugar.

En el último mes y medio se asentaron a lo largo de la 9 de Julio cientos de personas que, incluso, habían comenzado a construir viviendas precarias con toldos y cartones. En algunos casos, las instalaciones contaban con más de un ambiente y vivían hasta tres o cuatro familias.

Laura Rocha
LA NACION

EN LA CIUDAD HAY 30 KILOMETROS DE CICLOVIAS

EN LA CIUDAD HAY 30 KILOMETROS DE CICLOVIAS

Más espacio para estacionar la bici

Colocaron anclajes en lugares públicos y privados. Y los garages deberán tener espacios para dejar las bicicletas.

Porque es más saludable y contamina menos, desde el Gobierno porteño insisten una y otra vez: mejor en bici (www.mejorenbici.gob.ar). A la ampliación de la red de ciclovías para circular por la Ciudad, ahora se suma a este plan llamado de "movilidad sustentable" una mayor cantidad de "cocheras", pero para bicicletas.

Es que a partir de la reglamentación de la ley 1.752 de tarifas en garages comerciales, los estacionamientos de la Ciudad deberán disponer de espacios para los rodados -ocho lugares cada 50- y una tarifa por hora cuyo valor será el 10% de lo que paga un auto.

"Estamos por lanzar la licitación para agregar 550 anclajes para las bicis y también el ministerio de Espacio Público construirá otros 350 espacios", detalló a La Razón Guillermo Dietrich, subsecretario de Transporte porteño. Además, destacó la búsqueda por "incentivar" a las empresas a instalar estos espacios para que los empleados puedan usarlos. En este sentido, Dietrich contó: "Los quince museos que forman parte de la Milla de los Museos (un paseo cultural entre Palermo y Retiro) ya tienen bicicleteros y ya hay siete empresas que adhirieron a esta iniciativa y otras que están por hacerlo".

Como la norma ya está vigente, la idea es que los estacionamientos se sumen gradualmente a esta medida: las asociaciones vecinales de cada barrio hacen el trabajo de informar a los garages amigos sobre la nueva modalidad. En principio, se avanza en las playas concesionadas por la administración porteña: en 12 de los 21 garages ya se cobra una estadía de entre $2 y $3 y la intención es ampliarlo al resto de los espacios: "Están ubicados en los mejores lugares, son de la comunidad y, en general, disponen de mucho espacio libre para dejar la bici", señaló Néstor Sebastián, presidente de la Asociación Ciclistas Urbanos y destacó que el garage de 9 de Julio y Belgrano les cobra 60 centavos por hora el estacionamiento de las bicis, un 10% de lo que le s c obra a los autos.

En la Ciudad ya hay 18 edificios públicos, 15 universidades, 38 colegios, 21 plazas que tienen espacio para dejar la bici, además de 160 lugares en la vía pública.

Dietrich subrayó, además, que "se agilizarán los trámites" para aquellos comercios que quieran colocar anclajes o bicicleteros en sus locales. Sobre las ciclovías, dijo que a fin de año el circuito tendrá "60 kilómetros y que a fines de 2011 serán 100. Buscamos impulsarlo en primavera".