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El pasaje Granville

Vecinos de un pasaje peatonal lograron frenar tres edificios
La Ciudad aceptó los reclamos en Villa Santa Rita. Son 14 familias que viven en el Granville, de 3 metros de ancho por 60 de largo, en Jonte al 3200. Se había autorizado levantar edificios de unos 9 pisos. El Gobierno porteño los paró y serán más bajos.

Por Pablo Novillo
Clarin 26/05/11


Cuesta encontrarlo en los mapas. Parece un tajo en medio de la manzana, y de hecho, aunque se llama Guillermo Granville, este pequeño pasaje de Villa Santa Rita, a la altura de Alvarez Jonte al 3200, es conocido como La Puñalada. Sin embargo, el que corría riesgo de ser herido de muerte era el propio pasaje, porque a sus lados se empezaron a construir tres edificios que iban a dejarlo condenado a la oscuridad . La pelea de los vecinos logró que el Gobierno porteño frenara las construcciones. Ahora quieren una ley que le ponga punto final al problema.


El pasaje Granville mide 3 metros de ancho por 60 de largo. “Vivo acá desde 1956, cuando el pasaje era de tierra”, recuerda Politano Pascual. “Los vecinos y la Municipalidad lo arreglamos, le pusimos las baldosas y hasta los canteros”, completa José Bartuli. Las 14 familias que viven allí se conocen desde siempre, se juntan cuando hay que hacer algún arreglo, como si el Granville fuera un PH a cielo abierto . Es una más de las callecitas de Villa Santa Rita, barrio que tiene un 60 por ciento de pasajes o cortadas. ¿Por qué al Granville lo llaman La Puñalada? Algunos dicen que por su diseño, que corta la manzana. Otros, más románticos, aseguran que fue escenario de varios duelos de malevos en la antigua Buenos Aires.


Pero la paz empezó a verse amenazada a fines del año pasado. “En Alvarez Jonte 3286 había una casa fúnebre, pero en noviembre el dueño la vendió. Y en el 3222 también cerró un garaje, que llega casi hasta la cuadra de atrás, el pasaje Dantas. Al principio no sabíamos qué iba a pasar, pero en febrero empezaron las obras ”.


En la parcela del 3286 comenzó la construcción de un edificio de nueve piso s. Y en el ex lavadero se iba a levantar un complejo de dos torres de 33 metros , con pileta y locales, obra que no llegó a comenzar. Así, el Granville quedaba encerrado entre dos moles que le sacarían la luz, y sus patios y terrazas iban a quedar invadidos por los edificios. No sólo eso. “Cuando arrancó la obra del primer edificio el ruido se volvió insoportable. Y en algunas casas aparecieron rajaduras ”, cuenta Cynthia Furlong.


Como pasó en otros barrios por el boom de la construcción, la gente empezó a movilizarse. Pronto consiguieron el apoyo de los otros vecinos de la zona, que también se preocuparon por preservar su barrio. Pusieron carteles, y repartieron cintitas verdes que se ponen en las solapas como señal de protesta contra las obras.


Consiguieron que algunos legisladores porteños se interesaran por su reclamo, y presentaron un recurso de amparo, con el que obtuvieron una medida precautelar.


También lograron que los recibiera el Ejecutivo, que, como no pasó con reclamos de otros barrios, esta vez les dio la razón automáticamente. Héctor Lostri, subsecretario de Planeamiento, le explicó a Clarín : “En el 2000 se reformó el Código de Planeamiento y se autorizó a construir más metros en los distritos de la categoría C3, que es la de la zona del pasaje Granville. Hasta ahora no había pasado nada porque no había interés por construir allí. Cuando aparecieron estos proyectos se les dio la autorización porque la ley los avalaba. Pero la situación del pasaje es un caso particular, es una manzana atípica en la que las torres romperían el trazado urbano. Como en este caso sí se justifica, paralizamos las obras , y les dimos la chance a los constructores de que adecuen sus proyectos”. La idea es que construyan no más de cinco pisos .


Pero los vecinos aún no vieron ningún papel, y siguen con dudas. Más cuando desde el martes apareció un portón de chapa colocado en el lote de Jonte 3222, con lo cual sospechan que puede haber actividad adentro.


En la Legislatura porteña ya están trabajando en el tema. El legislador Eduardo Epszteyn contó que “la idea es cambiar la zonificación de ese sector para que no se puedan construir más de 13,5 metros de altura”. Otros legisladores, Martín Hourest y Adrián Camps, también presentaron proyectos, y Silvina Pedreira, presidenta de la Comisión de Planeamiento, confirmó que hará lo mismo en breve. Los más probable es que se termine consensuando un proyecto unificado.

La Redonda

Avanza la restauración de La Redonda, una iglesia que es símbolo de Belgrano


Terminaron las dos primeras etapas. Se recuperó la cúpula e hicieron tareas de revoque y pintura.

Por Sergio Rubín
Clarin 26/05/11
INTERIOR. EL ESPACIO REDONDO CON COLUMNAS DE MÁRMOL, EN ESTILO RENACENTISTA ITALIANO. HICIERON MEJORAS ESTRUCTURALES Y AHORA VAN POR LOS DETALLES.


Domingo Faustino Sarmiento la comparó con la basílica de San Pedro por su majestuosidad . Aunque, en rigor, se parece al Panteón de Roma, el estupendo monumento edificado en el año 170 después de Cristo por orden del emperador. En esa obra se inspiró el arquitecto Nicolás Canale a la hora de diseñarla, hace casi un siglo y medio. Y eso explica su estructura circular que la convierte en la única iglesia de la ciudad con esa característica y por eso todos la llaman La Redonda . Emblema de Belgrano, la parroquia de la Inmaculada Concepción –como tantos otros edificios de gran valor artístico de la Ciudad– pelea hoy contra el paso del tiempo, las vibraciones en la zona y la escasez de recursos .


Puede decirse, sin embargo, que va ganando la batalla.


Acaba de finalizar la segunda etapa de un proceso de restauración que se inició en 2007 , luego de que comenzaran a desprenderse trozos de mampostería. Las medidas del templo revelan la complejidad de la obra: su altura es de 43 metros, que equivale a un edificio de 12 pisos. La cúpula, que es la vez el techo, tiene un diámetro de 20 metros. De estilo renacentista italiano, la belleza de su interior circular bordeado de 14 columnas de mármol evidencia el desafío que asumió la restauradora Teresa Gowland. Interior que se completa con la bóveda celeste, los grandes vitrales con escenas religiosas y un relieve de mármol blanco que reproduce “La Ultima Cena”.


Lo primero que hizo el entonces párroco Rafael Morán Díaz fue abocarse a conseguir los fondos. No fue fácil. Gracias al aporte de los vecinos –fue el principal flujo–, más una donación del Banco Santander y un préstamo del arzobispado de Buenos Aires, pudieron iniciarse las obras, que ya costaron $ 160.000. La primera etapa, finalizada en 2008, abarcó la restauración de la semicúpula, el ábside y el arco. La segunda incluyó la cúpula, la linterna, más tareas de revoque y pintura. “Por falta de fondos, inicialmente se sacaron los revoques que se caían, siendo la prioridad la seguridad de la gente, luego la refacción estructural y, por último, lo decorativo”, señaló en su momento Morán Díaz.


La iglesia de la Inmaculada Concepción comenzó a gestarse a comienzos de la segunda mitad del siglo XIX, cuando se vio con claridad que la antigua capilla de Belgrano, situada sobre la barranca –en lo que hoy es la esquina de Pampa y 11 de Setiembre– había quedado chica para el crecimiento de la población de la zona. Además de muy precaria, pese a haber sido restaurada. La entonces municipalidad de Belgrano dispuso en 1864 crear una comisión para que se ocupara de la construcción de un nuevo templo.


La piedra fundamental se colocó el 23 de enero de 1865 . La obra fue encargada al arquitecto Canale, pero murió antes de concluirla, por lo que en las últimas etapas intervino su colega Juan Buschiazzo.


La falta de recursos determinó que la construcción fuera lenta. Para lograr más fondos hubo que rematar los terrenos de la barranca donde se levantaba la capilla y otras instalaciones. El templo se inauguró, finalmente, en 1878 con la presencia del entonces presidente de la Nación Nicolás Avellaneda.


La Inmaculada Concepción se apresta ahora a recuperar todo su esplendor. Sólo resta la tercera etapa de la restauración: los frescos, las imágenes y detalles de la cúpula, para satisfacción de sus fieles y de todo un barrio que la considera, además de testigo de su historia, su principal patrimonio cultural y religioso.

Nuevas pirámides

Gracias a los satélites, logran identificar 17 nuevas pirámides

Están bajo tierra, al igual que mil tumbas y 3.000 asentamientos. La investigación la financió la NASA.

26/05/11 Clarin.


MARAVILLAS HISTORICAS. EGIPTO SUMARÁ NUEVAS RELIQUIAS A SU INCREIBLE MUSEO DE PIRAMIDES A CIELO ABIERTO.


Nada más alejado de esa idea que rodea a la arqueología tradicional. En este caso, no hubo hombres vestidos de explorador, ni espátulas, ni pinceles, ni peligros de cine. Hubo satélites, especialistas, financiamiento de la NASA y computadoras sofisticadas. Así, mediante imágenes tomadas desde el espacio con rayos inflarrojos, fueron identificadas en Egipto 17 pirámides de diferente tamaño, más de 1.000 tumbas y 3.000 asentamientos antiguos subterráneos.


Quizás la segunda etapa, el tiempo de la excavación propiamente dicha, sí se parezca a las aventuras de Indiana Jones. Pero por ahora, para los investigadores estadounidenses continúa el tiempo de las sorpresas. “Excavar una pirámide es el sueño de todo arqueólogo”, dijo Sarah Parcak, líder del estudio. “Pero para eso habrá que esperar un poco”, remató. “Estuvimos realizando esta investigación de manera intensa durante mucho tiempo, por eso, ahora que tenemos la confirmación, no hay que apresurarse. Me sorprendí cuando fui capaz de ver desde afuera todo lo que habíamos encontrado. No podía creerlo”, aseguró.


Durante un año, el equipo analizó las imágenes de los satélites en órbita que se encuentran a 700 kilómetros por encima del planeta, equipados con cámaras muy poderosas, capaces de identificar objetos de menos de un metro de diámetro sobre la superficie de la tierra.


Los antiguos egipcios construyeron sus casas y estructuras utilizando ladrillos de barro, un material mucho más denso que el suelo arenoso que lo rodea, por lo que fue posible identificar las formas de las casas, templos y tumbas aunque se encuentren debajo de la superficie. Pero Parcak cree que Egipto puede seguir deparando sorpresas. “Estos son sólo lugares cercanos a la superficie. Hay otros miles de sitios que el Nilo ha cubierto con sedimentos. Este es sólo el comienzo de este tipo de trabajos”, aseguró.


El hallazgo se produjo en una zona desértica, ubicada al norte de El Cairo, llamada San El Hagar. Hasta ahora, lo único que se excavó en el lugar –para confirmar las tomas satelitales– fue una casa construida hace 3.000 años. Y las imágenes de satélite coincidieron a la perfección con lo descubierto. Desde entonces, ese sitio, que en un primer momento no parecía interesar a las autoridades locales, se convirtió en uno de los más custodiados de Egipto. Otra de las imágenes captadas, por ejemplo, muestra calles y casas enterradas en la antigua ciudad de Tanis.


El gobierno egipcio pretende ahora utilizar la misma tecnología para proteger futuros hallazgos. “A través de las imágenes se puede saber si una tumba fue saqueada y alertar a la Interpol para que esté atenta a las antigüedades que pueden ser ofrecidas a la venta”, explicó Parcak, con plena conciencia de lo que suyo no es convencional. “La tecnología hizo la diferencia –dijo–. Nos permitió ser más selectivos pues en un lugar enorme es difícil saber por dónde empezar”. Y, medio en chiste medio en serio, remató: “Indiana Jones representa la vieja escuela. Ya estamos muy lejos de ti, Indy, lo siento Harrison Ford”.
DESDE EL ESPACIO. LAS IMÁGENES TOMADAS DURANTE LA INVESTIGACION.
 
Tumbas abiertas al público

Lejos de parecer una postal petrificada del pasado, la antigüedad egipcia parece estar en movimiento.

 
El lunes pasado, seis tumbas de más de 3.000 años, entre las que se encuentra la del tesorero de Tutankamón y la del jefe de las fuerzas armadas del faraón egipcio, Horemheb, se empezaron a exponer al público en Saqara, a 25 kilómetros de la ciudad de El Cairo, por primera vez desde su hallazgo.

 
Las tumbas fueron restauradas por especialistas en reliquias de la antiguedad de una manera meticulosa y se pusieron vidrios en algunas partes para preservar mejor la integridad de los frescos, indicó el viceministro a cargo de las Antigüedades, Zahi Hawas, quien presentó las tumbas a la prensa vestido con uniforme caqui de explorador.

 
Horemheb dirigía las fuerzas armadas de Tutankamón, antes de pasar a ocupar el trono, convirtiéndose en el último faraón de la XVIII dinastía. En su tumba, fue enterrada su esposa, ya que este general, tras llegar al poder, ordenó la construcción de un mausoleo en el que fue enterrado.

 
Maya, ‘tesorero y ministro de Finanzas’ de Tutankamón, fue uno de los hombres más poderosos de su época.

Tapado de basura

Calidad de vida / Quejas por la falta de higiene

El centro porteño sigue tapado de basura
El crítico escenario no cambia: los bolsones de residuos se apilan en las esquinas del centro porteño, mientras la basura desperdigada en el asfalto ya es una fotografía recurrente cada anochecer.

Por Pablo Tomino
LA NACION 26/05/11
La esquina de Tacuarí y Alsina, un punto donde los cartoneros clasifican el material para luego venderlo a los camiones balanza. Foto: Rodrigo Néspolo

Hace más de una década que los sucesivos gobiernos porteños no logran terminar con la acumulación de suciedad en una zona donde la compra y venta de cartón es parte de un gran negocio. Y donde las políticas de Estado para terminar con la rotura de bolsas en busca del preciado material reciclable no han funcionado con la celeridad que prometieron las autoridades.

Hoy, el centro de la ciudad convive con restos de comida y papeles deparramados y no pocos roedores. Si bien en algunas zonas críticas, como la peatonal Florida, se dispusieron hasta seis recorridos diarios de recolección de residuos, no basta.


Arterias como México, Moreno, 25 de Mayo, Venezuela, Belgrano, Córdoba, la Avenida de Mayo, Cerrito y Perón, entre otras, aparecen cada noche colmadas de basura. Y la recolección, en algunos casos, es tan desprolija que las bolsas de residuos no llegan a depositarse en el camión: se "desarman" en el aire.


Los desperdicios quedan en la calle hasta que por la mañana pasa el barrendero o, como en muchos edificios, es el encargado el que se ocupa de recogerlos.


Durante una recorrida realizada por La Nacion pudo comprobarse que algunos de los puntos más afectados son Belgrano y Tacuarí, Alem y Perón, Tacuarí y Alsina, Belgrano y Diagonal Sur, Carlos Pellegrini y Córdoba, y Arenales y Cerrito. A esa situación se agrega la intensa actividad de compra y venta ilegal de cartón que se realiza en camiones balanza ilegales que ingresan en el distrito cada madrugada para llevarse lo recogido por los cartoneros.


Con esos camiones ingresan los llamados "jornaleros", que son jóvenes a quienes les pagan 35 pesos el día para juntar cartón y cargarlo directamente en ese medio de transporte.


El kilo de papel en general se paga hoy 75 centavos; el papel blanco, 1,20 pesos, y el plástico, 1,10 pesos.


Según las autoridades porteñas, en la actualidad hay unos 1600 cartoneros en la zona del centro que están fuera del programa de recuperadores inscriptos en el gobierno de la ciudad. En los últimos seis meses dos directores generales responsables de la higiene de la ciudad fueron reemplazados, según pudo saberse, por el fracaso de las sucesivas políticas de limpieza.


"La falta de higiene en el centro sigue siendo un tema delicado, pero mejoró bastante en los últimos 60 días. De hecho, ahora se está trabajando en combatir la oferta y demanda de venta de cartón en esa zona. Les estamos pidiendo a las oficinas que retiren el cartón en el horario permitido (de 20 a 21) y que separen los residuos en secos y húmedos. Primero, vamos por las buenas. Si eso no funciona, los multaremos", dijo a La Nacion Fernando Elías, subsecretario de Higiene Urbana de la ciudad.


Según Elías, la ciudad secuestró en los últimos tres meses 14 camiones balanza.


"En la actualidad hay 37 camiones que hacen esta actividad y los estamos corriendo con inspectores propios, en operativos especiales que hacemos cada noche. Si no estuviesen estos camiones, muchos cartoneros del microcentro se irían y otros aceptarían las condiciones que exige la ciudad para trabajar. Pero no es fácil conseguirlo", dijo el subsecretario de Higiene Urbana.


Hace tres semanas el gobierno porteño denunció que más de 80 cartoneros intentaron quemar un patrullero de la Policía Metropolitana en un operativo que llevó adelante la ciudad para secuestrar un camión balanza en Alsina al 500.


Actualmente, son 2000 recuperadores urbanos en la ciudad los que están registrados. Cobran un subsidio de entre 350 y 650 pesos por mes, tienen una credencial, una vestimenta especial y cumplen con una serie de requerimientos, como trabajar sin la compañía de menores y utilizar la indumentaria correspondiente. La ciudad invierte $ 92 millones anuales en ese programa.


Los vecinos, molestos

En San Telmo, un barrio lindero al centro, las quejas vecinales se multiplican por la suciedad que presentan muchas de sus calles.


"Esta es una historia de nunca acabar, porque las autoridades prometen limpiar las calles pero nunca cumplen. Si no, mirá la mugre que hay acá", dijo Ester Mancione, que vive sobre la calle Estados Unidos al 300.


La basura desparramada es, también, un caldo de cultivo para los roedores. Y un foco infeccioso para los transeúntes. En la esquina de Lavalle y Bouchard, por ejemplo, se los suele ver cada día apenas baja el sol, como ocurre, además, en muchas zonas de obras donde las desinfecciones escasean..

Promete el gobierno sumar 2000 contenedores

Dentro de 90 días, en la zona del macrocentro

El gobierno porteño prevé colocar unos 2000 contenedores en el micro y macrocentro de la ciudad dentro de tres meses. Así lo adelantó Diego Santilli, ministro de Ambiente y Espacio Público de la ciudad: "En 90 días estaremos en condiciones de colocar los contenedores en esta zona crítica de la ciudad, que es el centro. Son necesarios, porque si bien estamos combatiendo allí el negocio de los que compran y venden cartón de manera ilegal, es necesario profundizar en una solución para el problema de la basura".


El funcionario de la ciudad comentó a La Nacion que tal disposición se concretaría después de las elecciones que se harán en la ciudad para elegir jefe de gobierno, el 10 de julio próximo.


En la ciudad hay casi 20.000 contenedores distribuidos en distintas esquinas. Esta iniciativa comenzó durante la gestión de Jorge Telerman, en 2006, y continuó durante el gobierno de Mauricio Macri, que prometió que todas las esquinas de la ciudad estarán "contenedorizadas".


"Hemos avanzado mucho en cuanto a la higiene en la ciudad. La última experiencia fue en Mataderos y Liniers, donde se colocaron 1600 contenedores en todas las esquinas y hay un sistema de limpieza integrado. Fue muy positivo porque los vecinos adquirieron el nuevo hábito de cuidar más la higiene de las calles. Y cuando esto se aplique en el microcentro se verán muchas mejoras", vaticinó Santilli.


El gobierno porteño pretende extender este sistema al resto de la ciudad. Por ahora, la "contenedorización" total funciona en las 1542 cuadras comprendidas entre la avenida General Paz, Escalada, Directorio y Juan B. Justo, un área que abarca los barrios de la comuna 9: Liniers, Mataderos y parte de Villa Luro. Esta zona es tomada como "testigo" de lo que sucedería más adelante en todos los barrios.


En estos contenedores se pueden depositar tanto los residuos domiciliarios como las bolsas que deja el barrendero. Los camiones de recolección sólo retiran la basura de estos contenedores, y ya no debería haber más bolsas expuestas en las calles. Aunque las autoridades sostienen que, como hace falta un cambio cultural, se siguen recogiendo las bolsas que aparecen aisladas en la vía pública. En Liniers y Mataderos circulan 12 camiones compactadores, dos lavacontenedores y cuatro transportes de carga y descarga de contenedores para escombros..

Las clásicas lamparitas

Las lámparas incandescentes aún iluminan el 80% de los hogares
En seis días, su venta quedará prohibida por ley; pero estiman que seguirán en uso por dos años más
Soledad Vallejos
LA NACION 26/05/11


En el baño, en la lámpara de la mesita de luz y en los plafones de techo de las habitaciones y el living. A pesar de que las clásicas lamparitas de luz incandescentes tienen los días contados, aún hoy el 80 por ciento de la iluminación en los hogares argentinos proviene de ellas, según datos de la Cámara Argentina de Industrias Electrónicas, Electromecánicas, Luminotécnicas, Telecomunicaciones, Informática y Control Automático (Cadieel).


En apenas seis días, su venta quedará prohibida por ley en todo el país y, aunque en las principales cadenas de supermercados ya casi no se las encuentra, los pequeños comercios de barrio las atesoran en su stock casi como objetos valiosos.


"El consumidor todavía necesita educarse. Cuesta asimilar que el ahorro de energía con las lámparas de bajo consumo es muy grande y que, si bien son más caras, también duran mucho más", dice a La Nacion Claudio Kramer, gerente de Cadieel.


Según opinan los expertos, la gente las seguirá utilizando mientras duren. Un cálculo rápido y aproximado indicaría que, por lo menos, las lámparas incandescentes iluminarán los hogares unos dos años más. "Tienen unas mil horas de funcionamiento, así que, entre las que hoy están en uso y las que pueden quedar como reserva en las alacenas de las casas, a un promedio de cuatro horas de uso diario, seguirán funcionando por uno o dos años más", estima Kramer.


Coincide con este cálculo Hernán Giardini, director de la campaña de cambio climático de Greenpeace Argentina. "En dos años el 99 por ciento del país utilizará lámparas de bajo consumo, y el costo extra que hoy debe pagar el consumidor se amortizará con el tiempo y con la reducción de la tarifa de luz", argumenta Giardini.


Estudios realizados por la ONG indican que "el ahorro anual con un fuerte programa de reemplazo de luminarias en el sector residencial puede ser de 4200 GW/h, casi el doble de lo que produce la Central Atómica Atucha I. Y, si se aplicase un programa total en el cambio de luminarias, extendido a los sectores públicos y comerciales [lo que sucederá a partir de la puesta en vigencia de la ley 26.463] podríamos evitar una demanda de energía similar a la generación que se estima para la planta atómica Atucha II".


En una recorrida que realizó La Nacion por pequeños supermercados y comercios de barrio, se pudo comprobar que las lámparas incandescentes aún son más solicitadas que las de bajo consumo. "Es cierto que la venta de las lámparas de bajo consumo aumentó en estos últimos tiempos, pero el cliente prefiere llevar las clásicas bombitas de 75 y 100 W -confiesa la dueña de una ferretería de Núñez, sobre Manuela Pedraza-. Además hay algunos veladores que no tienen el equivalente, como las lamparitas vela, en los que la rosca es un poco más fina."


Desde Cadieel, las estadísticas de los últimos tres años con respecto a la venta de lámparas de bajo consumo confirman la apreciación del comerciante porteño. "En 2007, se vendieron 16 millones de lámparas de bajo consumo contra 160 millones de incandescentes; en 2008, la cifra subió a 18 millones. En 2009, 38 millones de unidades y, el año pasado, se comercializaron unos 40 millones de lámparas de bajo consumo contra 100 millones de incandescentes", señala Kramer.

La excepción a la regla

Las lámparas incandescentes cuya potencia sea igual o inferior a 25 vatios (25 W), y aquellas cuya tensión nominal sea igual o inferior a 50 voltios (V), independientemente de la terminación de la ampolla de la lámpara, quedan exceptuadas de la ley y podrán ser comercializadas. "Suelen ser las bombitas para las heladeras, microondas y hornos convencionales, y su reemplazo, además de no generar un gran beneficio, traería serios trastornos", opina Giardini, que recomienda no desechar las lámparas de bajo consumo junto con los residuos hogareños y hacer una recolección diferenciada, una costumbre poco arraigada en la cultura doméstica de los argentinos.


La razón de esta medida es que estas lámparas contienen 2 miligramos de mercurio, un metal peligroso para el medio ambiente. "Es cierto que tienen mercurio, aunque en una cantidad mil veces menor que un termómetro clínico, por ejemplo, y lo correcto sería que, luego de su vida útil, reciban un tratamiento especial como residuo electrónico -advierten en Greenpeace-. Por eso ahora también estamos luchando para que el proyecto de gestión de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos, que ya fue sancionado por el Senado, consiga la aprobación en la Cámara de Diputados, y así responsabilizar a las empresas fabricantes de su reciclado."


Sin embargo, en el balance de impactos, los expertos aseguran que "el uso de las lámparas de bajo consumo es altamente positivo ya que el ahorro energético que producen disminuye los impactos ambientales por el uso de fuentes fósiles, las que también emiten mercurio al ambiente", explica Giardini..