miércoles

Santa Fe: tránsito ágil y quejas vecinales

Doble mano / Desde ayer, en 16 cuadras, entre Borges y Anchorena

El nuevo contracarril acelera los tiempos de viaje del transporte público; embotellamientos de autos particulares en las calles laterales

La avenida Santa Fe estrenó doble mano en una jornada controvertida: los vecinos de los barrios de Palermo y Recoleta se manifestaron en varias esquinas de la avenida para denunciar ruidos molestos y un mayor embotellamiento en las calles aledañas, mientras que usuarios de taxis y de colectivos destacaron una mayor fluidez para circular por esa arteria.

Después de 43 años, las 17 cuadras de la avenida Santa Fe que corren entre Borges y Anchorena volvieron a ser doble mano. Desde las 11 de ayer, funcionan dos contracarriles con sentido hacia el norte de la ciudad para todo tipo de vehículos. El objetivo principal del cambio fue absorber el paso de las líneas de colectivo que originalmente circulaban por Güemes, Charcas y Mansilla.

"Hay más bocinazos", se quejó Ana Lo Torto, una vecina de Laprida, entre Charcas y Mansilla, que intentaba que un agente de tránsito le indicara cómo llegar desde su casa hasta Belgrano. "Para ir al centro esto es divino, pero para ir para Belgrano no tengo ninguna opción. Hay que dar una vuelta enorme y me demoro mucho más en llegar a mi trabajo", dijo a LA NACION.

Como ella, decenas de vecinos se acercaron ayer a Santa Fe y Anchorena para manifestar su descontento con la doble mano. "El ruido que tenemos que padecer los que vivimos sobre la avenida es insoportable, tengo que tener todo cerrado y todavía así es como tener un motor de colectivo en la oreja todo el día", se quejó Oscar Ruiz, un vecino de 60 años que vive en Santa Fe entre Laprida y Anchorena.

Otro de los problemas que dicen soportar los vecinos por estas horas son los cuellos de botella que se forman en algunas intersecciones donde el cambio de mano todavía no ayuda a descongestionar las calles aledañas a la avenida.

Una de ellas es Mansilla. Según Oscar, un vecino que vive en un sexto piso de un edificio próximo a Anchorena, "la parte que cambiaron de mano no llega a descargar nada. Anchorena, desde Rivadavia hacia Santa Fe, es un embotellamiento constante, basta con pararse un rato en la esquina y comprobarlo", dijo, y agregó: "Si no hubiera controles de tránsito, habría muchos accidentes. La gente frena, se insulta, el día que desaparezcan esos controles va a ser más caótico".

Durante la mañana, las quejas de los vecinos se fueron matizando con las ventajas que encontraban los usuarios de colectivos y de taxis: "El tránsito para el Norte está mucho más fluido", reconoció Abelardo Zanzio, un pasajero que se bajó de un taxi en Santa Fe y Gurruchaga.

"Se nota que los autos particulares eligieron tomar por otro lado. Si esto sigue así, usar el transporte público por Santa Fe va a ser una comodidad más que un trastorno", dijo Ana Solís, usuaria de la línea 39.

Varios de los pasajeros de colectivos consultados por LA NACION reconocieron que, al menos en la primera jornada, se repite la experiencia con el contracarril de la avenida Pueyrredón: "Para los automovilistas debe ser un desastre esta medida, aunque ellos pueden tomar otros caminos, pero para los que usamos colectivos, transitar por Pueyrredón pasó de ser un caos a un alivio. Y, por lo que se ve, parece que acá va a pasar lo mismo", opinó Omar Saizar, un jubilado que esperaba el colectivo 68.

Ayer también fue modificada la mano de una cuadra de la calle Borges, entre la avenida y Güemes. Allí no se registraron mayores inconvenientes, aunque los peatones que solían cruzar Santa Fe por Gurruchaga ya no pueden hacerlo. Sin embargo, muchos ayer intentaban sin éxito cruzar por allí.

A partir de ayer pasan por los dos nuevos contracarriles de Santa Fe las líneas 12, 15, 29, 34, 36, 39, 55, 57, 64, 68, 110, 111, 141, 152, 188 y 194. La medida, según el gobierno porteño, es concentrar el tránsito de colectivos por las avenidas y retirarlo de las calles angostas, porque el impacto sonoro y ambiental y los gases emitidos resultan menores.

Tal como anticipó ayer LA NACION, según estimaciones oficiales, gracias a la instrumentación de los contracarriles los tiempos de viaje en colectivo disminuirán 8 minutos aproximadamente.

El gobierno porteño ya había lanzado contracarriles en otras arterias de la capital, como las avenidas Pueyrredón, Garay, Libertador y Triunvirato, además del diseño de carriles preferenciales para transporte público en las avenidas Córdoba, Las Heras, Entre Ríos y Callao.

En la tradicional confitería El Galeón, situada en Santa Fe y Gurruchaga, el encargado, Alejandro Lucione, veía ayer la medida con buenos ojos aunque con cautela: "Hay más gente y más movimiento, lo que se traduciría en más clientes. Eso lo iremos viendo con el correr de los días".

OPINIONES CRUZADAS

"Macri tendría que haber hecho más km de subte y menos contracarriles" COMO SI FUESE TAN BARATO HACER MILES DE KMS DE SUBTE… PARA ELLO HAY QUE AUMENTAR EL ABL, QUE OPINA??

SUSANA MEDINA
Docente

"Ahora los colectivos van volando; antes la avenida era un caos"

BERNARDO VALERIO
Comerciante

"Anchorena es un infierno; no pensaron en las personas que viven en este barrio" NO, NO PENSARON EN DOS O TRES PERSONAS, PENSARON EN CIENTOS QUE USAN TRANSPORTE PUBLICO…

ANA LO TORTO
Psicoanalista

"Alguien siempre sale perjudicado, pero el cambio es positivo en cuanto a rapidez"

MARTIN FRANECINI
Comerciante y vecino