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Ferrocentral , es una pena!

La odisea de obtener un boleto para el trayecto que opera ferrocentral s.a.
Para viajar hoy en tren a Tucumán, en diciembre hicieron fila toda la noche
Manuel Alfieri | tiempo argentino 17.01.11

Una formación partirá a las 9:55 desde Retiro. Los pasajeros tuvieron que comprar su pasaje con más de un mes de anticipación, después de varias horas de espera. Para colmo, la empresa concesionaria sólo les vende la ida.
Cómodamente sentado frente a su computadora, en su departamento del barrio porteño de Flores, Joaquín Parajón puede sacar un pasaje en tren de Venecia a Roma, o de Madrid a Barcelona, haciendo tan sólo un par de clics. Pero para viajar en ferrocarril desde Buenos Aires hasta Tucumán, debe atravesar una odisea que incluye 24 horas de cola; dormir en una oficina de la estación de Retiro, con los baños públicos cerrados, durante la madrugada, junto a una larga fila de gente con mantas, sillas o banquetas plegables; y rezar para que, cuando le toque el turno, en la boletería quede alguna plaza disponible. Si es así, comprará el boleto, no sin antes superar el sobresalto por la advertencia del empleado respecto de las paradas no previstas que habrá en el itinerario, porque “las vías se recalientan”, y los tramos de marcha muy lenta, “por peligro de descarrilamiento”.
Hoy a las 9:55 partirá desde Retiro uno de esos trenes hacia San Miguel de Tucumán. Los que viajarán a bordo, sacaron su boleto en diciembre. Y quizás sólo el de ida. Porque para ir en tren a Tucumán hay que pasar una doble odisea, ya que el pasaje de vuelta sólo se vende por separado, según las disposiciones de la empresa concesionaria del servicio que hoy tiene sólo dos frecuencias semanales (antes de las privatizaciones menemistas, ese servicio funcionaba todos los días) y que cubre el trayecto –con suerte– en 26 horas, cuando 20 años atrás lo hacía en poco más de 14.

“Me comí 29 horas de fila. Quería un asiento más cómodo, en primera, pero cuando llegué a la ventanilla sólo quedaban unas pocas plazas de clase turista. Los baños públicos están cerrados toda la noche, lo que te obliga a orinar en la plaza de enfrente, donde hay robos cada dos por tres”, relata Joaquín, de 19 años, estudiante del CBC de Filosofía, que así obtuvo el pasaje para viajar por primera vez en tren a Tucumán, junto a su novia y amigos. “La empresa no te permite sacar el pasaje de ida y vuelta en el mismo momento, aunque sepas en qué fecha vas a regresar. Por eso me tuve que comer el garrón de perder dos días”, agrega.
Sucede que la demanda es mucha y la oferta, escasísima. Son miles las personas que en enero, febrero y marzo eligen el tren para partir de vacaciones hacia el norte argentino, entre ellos muchos jóvenes, en su mayoría estudiantes, que quieren hacer sus primeras experiencias turísticas dentro del país, y, desde luego, un enorme universo de usuarios que necesita el servicio para reencontrarse con sus familias durante el receso estival.


La empresa concesionaria del servicio, Ferrocentral S.A., expende sólo 85 números por día de venta (cada número permite obtener un máximo de cinco pasajes), y brinda el servicio Retiro-Tucumán apenas dos veces por semana, incluso en temporada alta. Lo que atrae a los viajantes es, sin dudas, la diferencia económica: la ida y la vuelta en micro puede costar unos $ 700 . En cambio, ir y volver en tren implica pagar ocho veces menos: $ 87, el pasaje más barato.
Angélica es tucumana, tiene 44 años y cuatro hijos, y trabaja en un local de ropa del barrio de Once. Vino a Buenos Aires hace más de 15, en busca de trabajo. Hoy podrá viajar, pero recuerda que debió esperar 12 horas para obtener los pasajes. “Llegamos a las siete de la mañana, porque es la única forma de conseguir un boleto. Me tuve que pedir el día de trabajo, y eso que me lo descuentan. Vamos a visitar a mi hermano, que cumple años. Viajamos una vez por año y se reúne toda la familia. Unos vienen de Córdoba, otros de Misiones. Hacer esto es un infierno. Sé que ir en micro sería mucho más fácil, pero con mi sueldo no me alcanza”, cuenta, resignada.


En enero, hay bolsos y valijas. El espectáculo en diciembre era otro, frente a la boletería de Ferrocentral: reposeras, frazadas, carpas, largas mateadas para matizar la espera, hasta sacar el ansiado boleto, anticipándose hasta en tres meses a la fecha de partida. Para viajar el 14 de marzo, por ejemplo, había que comprar el pasaje el 15 de diciembre del año pasado, según lo dispuesto por la empresa en su página web. Pero puede ser peor. El boleto, por las dudas, advierte: “En caso de demoras imprevistas en los horarios establecidos de salida o arribo, de cualquiera de los servicios, la empresa no responderá de modo alguno por cualquier daño o perjuicio que se pretenda interpelar.”

Elido Veschi, dirigente de la Asociación del Personal de Dirección de Ferrocarriles Argentinos y autor del libro Relato del saqueo del sistema ferroviario nacional, sostiene: “El servicio de pasajeros de trenes interurbanos, que llegaban al interior, ha sido absolutamente destruido. Esperar 24 horas para sacar un pasaje a Tucumán no tiene explicación lógica, menos con la tecnología disponible hoy en día. Todo esto es aun más ilógico si se tiene en cuenta que el primer sistema ferroviario del mundo con posibilidad de reserva electrónica fue Ferrocarriles Argentinos, con un software hecho por técnicos nacionales.”

Para Juan Carlos Cena, fundador del Movimiento Nacional de Recuperación de los Ferrocarriles Argentinos (MONAREFA) y autor del libro El Ferrocidio, la pésima calidad del servicio también es producto de las políticas que se adoptaron a favor del transporte automotor: “En la actualidad, el 89% del transporte de pasajeros del país lo tienen los ómnibus, aun cuando el tren es más barato, más seguro y puede llevar más pasajeros. Si hubiese una política de Estado en relación al sistema ferroviario, ahorraríamos en combustible y, por supuesto, en accidentes. La Argentina ocupa el segundo puesto en el mundo por la cantidad  de accidentes de tránsito; tenemos 22 muertes diarias a causa de eso. Sin embargo, seguimos sin tener una política de Estado a favor de los trenes.”

Los subsidios que recibe Ferrocentral

La empresa Ferrocentral SA es una sociedad constituida por Nuevo Central Argentino –propiedad del senador y dueño de Aceitera General Deheza, Roberto Urquía– y por Ferrovías, concesionario del servicio de pasajeros del ex Ferrocarril Belgrano Norte perteneciente a Gabriel Romero. Es el único tren que viaja desde Buenos Aires a San Miguel de Tucumán.
Ferrocentral recibe cuantiosos subsidios por parte del Estado Nacional: hasta abril de 2009 fueron 354 millones de pesos. Gran parte de esa suma fue otorgada gracias a tres resoluciones: 763/07, 141/09 y 140/09 firmadas por el ex secretario de Transporte, Ricardo Jaime. Sin embargo, la lentitud con que el tren realiza el trayecto responde al penoso estado de las vías, que deberían ser reparadas por el propio concesionario con dichos subsidios.
Según un informe de la Asociación del Personal de Dirección de Ferrocarriles Argentinos, una de las empresas que integra esta sociedad también fue beneficiada a través de las resoluciones 421 y 422/2009, firmadas por Jaime. Allí se aprobaron obras a pagar por el Estado para Ferrovías, comprometiendo la reparación de la totalidad del parque de coches (120 unidades) por 1 millón de pesos cada uno en beneficio de la empresa EMEPA, que casualmente también pertenece a Gabriel Romero. Además, incluía la remodelación de las 22 estaciones de la concesión, a un costo de 2 millones de pesos cada una. Este caso particular motivó la denuncia penal de la Fiscalía Nacional de Investigaciones Administrativas contra Jaime, causa que actualmente tramita en el juzgado federal a cargo de Daniel Rafecas.

El Estrella del Norte

El trayecto a Tucumán es heredero de la vieja formación estatal Estrella del Norte, que en el período 1914-1993 realizó 56.210 viajes y trasladó a 84.315.000 pasajeros. Dejó de funcionar el 10 de marzo de 1993, en medio de las privatizaciones menemistas. El servicio de pasajeros entre Retiro y Tucumán fue repuesto recién el 5 de diciembre de 2005, ya bajo el gobierno de Néstor Kirchner, y adjudicado a la empresa Ferrocentral, que lo presta con la precariedad que se detalla en esta nota.
La red ferroviaria argentina llegó a ocupar el décimo puesto a nivel mundial, con 47 mil kilómetros de vías en los años cuarenta, pero no se salvó de las privatizaciones menemistas. “Ramal que para, ramal que cierra”, dijo el ex presidente. Ferrocarriles Argentinos dejó de existir y una pequeña parte de la red, la más rentable, fue concesionada a distintas empresas privadas. “El Estado argentino no recibió un peso por estas privatizaciones. Se despidieron a miles de trabajadores y muchísima gente tuvo que migrar de sus pueblos a las capitales”, señala el dirigente Elido Veschi.
 

Cancha de Morón

Avanza el proyecto para que trasladen la cancha de Morón
En su lugar harán un paseo comercial, cines, edificios de oficinas y viviendas. Y un súper.
PorPedro Gianello | clarín 17.01.11

Cuesta imaginar que donde hoy está ubicada la cancha del club Deportivo Morón, en el centro de ese partido del Conurbano, en pocos años más los vecinos podrán estar sentados tomando mate en un banco, bajo una arboleda y al borde de una gran fuente similar a una laguna artificial. Esta postal parte de una larga y dificultosa articulación entre inversores privados, el club Deportivo Morón, un estudio de arquitectos, la empresa Coto, la Provincia de Buenos Aires y el municipio de Morón, y se acerca cada vez más a la realidad luego de que Provincia diera el visto bueno para que el avance del traslado de la cancha del club, desde el centro a un predio en desuso a unas 15 cuadras.

A partir de la reubicación de su estadio, el “Gallo” (como llaman al equipo de fútbol que milita en la Primera B Metropolitana) saldría del centro del distrito, donde suele generar complicaciones , como en avenida Rivadavia. Y para aprovechar ese espacio que quedará libre, el grupo Vila-Sebastián Arquitectos (ganador de un concurso público) propuso la conformación de un gran espacio urbano, que generará actividades de esparcimiento, culturales, educativas, comerciales y residenciales.

El proyecto incluye un centro comercial a cielo abierto, la construcción de edificios para oficinas y viviendas, cines y la instalación de un supermercado Coto, empresa que en agosto de 1998 había comprado el terreno de la ex Textil Castelar (una fábrica que dejó de funcionar hace casi dos décadas), predio al que se trasladará el nuevo estadio, con la idea de crear un híper que la Municipalidad finalmente no autorizó. Además, extenderán la avenida Rivadavia , harán plazas y una fuente rectangular tipo laguna, ahí mismo donde hoy está una de las tribunas de la cancha.

El plan terminó de concretarse en los últimos días, cuando en la Casa de Gobierno de la Provincia se firmó el contrato entre la empresa Coto y el Deportivo Morón, que pone a disposición del club –pero a nombre de la Provincia de Buenos Aires– el terreno donde actualmente se encuentra la ex Textil Castelar para la construcción del nuevo estadio. “De seguir todo sobre rieles, en abril podrían empezar los trabajos de demolición de la fábrica para después arrancar con la nueva sede”, apuntó Fabián Kaplan, vicepresidente del club. Los trabajos, estiman, demandarán unos dos años.

Además de la nueva cancha para 22 mil espectadores sentados (que costará aproximadamente US$ 12 millones), el predio de más de cuatro hectáreas contará con un microestadio cerrado con capacidad para más de 3 mil personas sentadas, en el que se podrá practicar básquet, vóley, handball y tenis, entre otras actividades. También, claro, allí organizarán eventos culturales. Bajo sus tribunas, proyectaron equipamientos complementarios como vestuarios, gimnasios y sanitarios públicos.
Al mismo tiempo, el espacio que ocupa la actual sede del club (en el centro de Morón) será dividido en 10 parcelas. A cambio de la construcción del nuevo estadio, la empresa G&D Developers recibirá seis de ellas, donde desarrollará un emprendimiento inmobiliario que incluirá torres, oficinas y locales. Por otro lado, dos parcelas le quedarán a Coto para poner un supermercado y otras dos serán para la Comuna de Morón: allí tienen pensado construir oficinas.

Aruba

No entiendo!!! hace tiempo vengo pensando en este destino, y ahora veo una nota en la seccion Turismo de La Nacion. hmmmmm   proxima estación Aruba??  ¬¬

El Caribe en la escala justa
Aruba
En esta isla de 30 kilómetros de largo por 9 de ancho y con clima ideal todo el año, casi nada se interpone entre los turistas y sus espectaculares playas

foto de la nacion. turismo 16.1.11

ORANJESTAD, Aruba.- Todos se burlan de Mark, el meteorólogo oficial de la isla, porque ha tenido algunos yerros. Acostumbrado al cielo despejado, no supo anticipar las lluvias que a principios de diciembre causaron fuertes inundaciones. Así que apareció en los diarios locales sin ser noticia: está en las tiras cómicas como el flamante personaje que puede fallar.



Aruba promete más de 300 días soleados al año y una temperatura promedio de 28ºC. Se ubica fuera de la zona de huracanes, de manera que nadie se concentra demasiado en los pronósticos (más que para burlarse). Menos aún los visitantes, que no pierden ni un minuto en las noticias. Quienes llegan a esta pequeña isla del Caribe buscan playa sin distracciones, que es justamente lo que tiene para ofrecer.


Con treinta kilómetros de largo y nueve en su punto más ancho, Aruba está enmarcada en arena suave como pocas y de acceso público. Hay grandes hoteles, pero ninguno impide que los viajeros o lugareños puedan disfrutarla en toda su extensión. Además, los pobladores se mezclan con los visitantes en cualquier sitio y no se ven grandes diferencias sociales. Tampoco hay vendedores de cocos, pinchos ni artesanías. Y la brisa es casi constante, por eso el calor no agobia. Todo incita a quedarse junto al mar.

Hay barcos hundidos alrededor de la isla, para delicia de los buceadores   

Entender la isla



Las mujeres hablan en Aruba mejor español que los hombres, porque, explican, no se perdían jamás las novelas creadas en Venezuela. Hasta hace poco más de una década, las únicas dos señales televisivas de la isla llegaban desde el país que preside Hugo Chávez.


En los últimos años todo cambió. No sólo en la TV, que se recibe de distintas partes del mundo, sino también en las influencias vecinas. Desde que el turismo es la principal industria -hasta fines de los 80 la refinación de petróleo encabezaba por lejos el ranking-, la mayoría de los viajeros proviene de los Estados Unidos, como en gran parte del Caribe. Y con menos vuelos desde Caracas en los últimos tiempos, crece el porcentaje de gente del Norte, que supera el 70 por ciento y arriba mayormente en cruceros.

El destino es para ellos a medida: malls con grandes marcas, cadenas de comida rápida, once casinos abiertos las 24 horas, mucha calma y también seguridad. Por eso, antes que español (la mayoría se defiende muy bien), prácticamente todos hablan en inglés.


Pero los idiomas oficiales son el holandés y el papiamento. El primero, porque Aruba es un país asociado al Reino de los Países Bajos. Es autónomo, aunque sin presidente propio. El papiamento, en cambio, es la lengua que se habla en la calle, al igual que en las islas cercanas de Curazao y Bonaire. Se estima que proviene de Africa y ha incorporado palabras del portugués, español, holandés e inglés. Trankil significa tranquilo y danki , gracias. Se renueva a gran velocidad: con naturalidad se suman palabras como pumpers para hablar de pañales, entre muchas otras del inglés.

En esta isla de 120.000 habitantes y 60.000 vehículos vive gente de 90 países y todos parecen llevarse bien. La cantidad de autos (sí, uno cada dos arubeños) es un reflejo del estilo de vida. La mezcla cultural es sorprendente, mientras que el mar y el consumo marcan el ritmo.

Arenas de marfil

En el Oeste están las playas. Palm Beach es la más visitada, ya que se ubica en la zona con más hoteles, a unos 15 minutos en auto del centro. Se extiende por dos kilómetros y su ambiente es familiar. Mucha gente camina o trota de un extremo a otro, por la costa, donde la espuma del mar se confunde con la arena.

Para cubrirse del sol aparecen las palapas , sombrillas gigantes con hojas secas de palmeras. Las reposeras se alquilan por cinco dólares, aunque los huépedes de los hoteles pueden, en general, usarlas gratis.


Palm Beach tiene cinco muelles; de allí parten embarcaciones con turistas y lanchas privadas. Cada muelle tiene su pequeño bar rústico. A una cuadra de la playa hay restaurantes de diferentes estilos (prevalecen los de tacos y hamburguesas), un shopping al aire libre y tiendas boutique.

La playa de postal es Druif Beach: extensa como la mayoría, es angosta y con arena color marfil. Eagle Beach es la más popular; bordea la carretera principal y tiene zona de camping, utilizada principalmente por arubeños. Boca Catalina es la más buscada para hacer snorkel, porque cuenta con arrecifes.


Entre las más alejadas se destaca Baby Beach, una pequeña bahía del Sur. En la punta norte se encuentra Arashi, con corrientes calmas, a diferencia de Hadicurari, ideal para windsurfistas.

Junto a las rutas costeras hay amplios espacios de arena vacía que invitan a detenerse, sobre todo si uno está con vehículo propio. Son ideales para descansar debajo de los divi-divi, árboles que miran al Oeste y son el símbolo de la isla. Los vientos soplan desde el Este la mayor parte del tiempo, por eso las copas se inclinan hacia el otro lado y, además fotogénicos, ofrecen un plácido resguardo.

Alquilar un auto puede ser una buena idea para conocer toda Aruba, ya que los accesos son simples y están bien señalizados. El mayor inconveniente resulta el tránsito en temporada alta (enero y febrero), cuando se congestionan las rutas. No es recomendable manejar con mucha lluvia, porque los caminos se inundan: el terreno es casi plano y no está preparado para precipitaciones intensas.
Palm Beach, la zona con más hoteles y visitantes

Salidas buenas y de las otras

Las excursiones más atractivas son las que aprovechan el mar, como la caminata Sea Trek y las navegaciones para hacer snorkel. El primer caso, en la isla privada De Palm, es el más curioso. Se trata de un paseo a 6 metros de profundidad, sobre una pasarela de 114 metros de largo. El camino atraviesa cardúmenes de peces papagayos, un avión hundido y una... cafetería. El Sea Trek Café tiene, en el fondo del mar, un par de mesas con banquitos, para descansar más que para beber algo, ya que es imposible quitarse los cascos herméticos.

Los paseos en catamarán ofrecen barra libre de bebidas y almuerzo a bordo. Se detienen en dos o tres piletones naturales para sumergirse a ver peces, incluso barcos hundidos, que es lo mejor del paseo. Los restos del carguero alemán Antilla, por ejemplo, con más de 120 metros de eslora, tienen formaciones de coral en sus fierros oxidados y una comunidad de peces ángel, de cola amarilla, que suele pasear por la zona.


Circuitos similares realizan unos barcos con temática pirata, que suman algo de diversión, como trampolines y sogas elásticas para lanzarse al agua y música casi permanente. No es lo más recomendable para los que buscan navegar tranquilos.

Nuevamente en tierra, se puede recorrer la isla en apenas medio día. Los tours organizados son prescindibles. Pasan por el faro, la capilla de Alto Vista, y la antigua la refinería de oro de Bushiribana (quedó parte de su edificación en piedra), frente a una costa de olas azules que estallan contra acantilados de poca altura. Es lo único que vale realmente la pena del circuito, y lo mejor es hacerlo en auto.

La refinería está rodeada de piedras apiladas en forma de apacheta. Por eso llaman al lugar El jardín de los deseos . El origen de esta costumbre es la de pescadores que dejaban marcas de los mejores puntos donde ubicarse. Con la cantidad de apachetas que hicieron luego los turistas, lo más probable es que ningún pescador vuelva a encontrar su propia señal.


El interior de la isla tiene gran cantidad de cactus y formaciones rocosas. Miles de cardones enaltecen los caminos. El clima seco y árido favorece el cultivo de aloe vera, cuya producción fue la principal industria de Aruba antes de la refinería, y antes del turismo. El 60 por ciento del territorio estaba cultivado y los campesinos -llamados cunukeros- eran mayoría. La planta se exportaba mayormente como laxante. En el Museo del Aloe local cuentan que el 70 por ciento del laxante en el mundo se producía en la isla.

Para conocer el interior a gran velocidad, la excursión en tomcars -como unos buggys cerrados, aún más sencillos- ofrece manejar hasta el atractivo Parque Nacional Arikok, que ocupa el 18% de la masa terrestre de Aruba, o hasta su punto más alto, el monte Jamanota, de 188 metros. Suelen ser excursiones de mediodía, para volver siempre a la playa, sin distraerse más de lo necesario.

Pinchos, para comer temprano y disfrutar del atardecer
Por Martín Wain
Enviado especial

DELICIAS PARA EMPEZAR LA NOCHE


Una buena playa tiene que tener un bar. Palm Beach tiene uno en cada extremo de sus cinco muelles, con mesas a medio metro del agua y foquitos colgantes que se encienden justo después del atardecer, hasta la medianoche en algunos casos. Presenciar allí la caída del sol es un gran plan, al igual que hacerlo en Pincho's Grill (), sobre todo si uno decide comer temprano como la mayoría de los turistas en Aruba. Este restaurante, montado también sobre un muelle, ofrece un ambiente de fantasía en el Surfside Marina. Entre su menú, la entrada de langostinos con salsa de mango, tequila y cilantro cuesta 25 dólares, el salmón con papaya, 22, y una langosta con mayonesa de curry y ananá, 44.
Papiamento Restaurant (Washington 61), en una típica casa local de principios del siglo XIX, con arte francés y holandés en su interior y una gran piscina afuera. Alrededor de ella se ubica la mayor parte de las mesas. La especialidad es la cocina a la piedra (traen la piedra a la mesa, donde se termina de cocina) y una comida promedio cuesta 50 dólares.
 Para cocina criolla, en Nos Cunucu se come de maravillas por menos de US$ 30


Para continuar, en zonas como Palm Beach hay bares abiertos con gente bailando entre las mesas (como Señor Frogs, muy norteamericano) y bares tranquilos como el piano bar Los Sopranos, inspirado en la serie de TV. El centro (Oranjestad) tiene discotecas como Mambo Jambo, con música latina, y una justo enfrente con música rock, de puertas abiertas y tantos holandeses como turistas y caribeños.


SAN NICOLÁS Y UN BAR DE ENCUENTRO


San Nicolás es la segunda ciudad en población de la isla, aunque en un país más grande sería apenas un barrio. Es una zona portuaria cerca de la antigua refinería de petróleo, que llegó a dar trabajo a 12.000 personas, hasta que cerró en 1985. Existían clubes nocturnos entonces y aún hay unos cuantos. Es la zona más dark de la isla, con bares que no son muy aptos para ir de noche en familia.
“La gente busca nostalgia“, dicen los dueños de Charlie´s Bar

Charlie's Bar ya existía entonces, como night club y punto de encuentro. Ahora es un sitio familiar, tal vez el más curioso de la zona. Sobre todo por su decoración, repleta de objetos dejados por los clientes como recuerdo. Hay desde miles de insignias de bomberos o policías hasta dólares firmados y corpiños. "La gente busca nostalgia", dicen los dueños del lugar, nietos de su fundador.
El menú gastronómico incluye lomos y hamburguesas, pero sobresalen los camarones salteados con ajo. Imperdibles, cuestan 23 dólares y se huelen de entrada.

Charlie's se volvió un lugar turístico, pero un cartel advierte: "Si sólo ingresa a tomar una foto, recuerde que nosotros tenemos cuentas por pagar".

DATOS ÚTILES


Cómo llegar
De Buenos Aires a Oranjestad, los vuelos más directos son vía Colombia, Brasil o Panamá. También hay con escala en los Estados Unidos (se requiere visa). Tarifas, desde U$S 1150, con impuestos incluidos.

Paquetes
En la página oficial de turismo de Aruba se promocionan paquetes desde la Argentina, para enero y febrero: http:/es.aruba.com/SpecialVacations/Tarifas.aspx. Desde US$ 1911 por persona, en base doble, 7 noches con aéreos incluidos. Son vendidos por All Seasons ( www.allseasons.com.ar ).


Qué hacer
En catamarán, con almuerzo y barra libre, por US$ 60 por persona ( www.aruba-redsail.com )
Excursiones en tomcar: US$ 119 por persona ( www.gogreenzebra.com )

Energías renovables en BsAs



Calidad de vida / Energías renovables

Los Piletones, con paneles solares para calentar el agua

Es una prueba piloto; cuatro familias y un club se abastecen de esa forma desde hace un mes


Laura Rocha | LA NACION 16.1.11
La ciudad de Buenos Aires cuenta con un nuevo proyecto de colectores solares para proveer agua caliente. Pero el proyecto no está en ninguno de los edificios modernos del microcentro, sino que se está desarrollando en Los Piletones, el asentamiento que está detrás del parque Indoamericano, en el que viven unas 1250 familias.
Desde hace un mes, el polideportivo de Villa Soldati y cuatro familias cuentan con un sistema de paneles que captan la energía calórica del Sol y la transmiten a un tanque acumulador que se integra a los sistemas convencionales de calefones o termotanques. Con esta instalación no es necesaria la utilización de la red de gas.
El proyecto es llevado adelante por la Agencia de Protección Ambiental porteña, el Instituto Argentino para el Desarrollo Sustentable, la Corporación Buenos Aires Sur, el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) y la embajada de Alemania en la Argentina.
Precisamente, fue la embajada la que prestó la asistencia económica para la compra de los colectores solares. La prueba piloto insumió una inversión de 80.000 pesos.
"La instalación de este tipo de tecnología puede resolver en forma sencilla las limitaciones de infraestructura, ya que permite aprovechar la energía del Sol para calentar agua en forma eficiente y económica. Las energías renovables representan una posible solución para la problemática de estos sectores", explicó el ministro de Ambiente y Desarrollo Sustentable porteño, Diego Santilli.
La instalación en el polideportivo de Los Piletones, por ejemplo, consta de cuatro paneles solares y un tanque de almacenamiento de 650 litros. Alcanza para abastecer las actividades que allí se realizan. Entre ellas, una colonia para 60 chicos y clases de kung-fu y de danza árabe.
Respecto de las cuatro viviendas en las que se instalaron, fueron seleccionadas según la cantidad de personas que serían beneficiadas con el sistema. Además, debían contar con las siguientes condiciones de infraestructura: baños con el equipamiento necesario, techos fuertes para soportar el peso de los colectores con los tanques de agua fría y caliente, además de una distancia de emplazamiento superior a los dos metros para la presión de agua.
Los resultados preliminares son satisfactorios. Aunque el INTI se encuentra aún en la etapa de evaluación respecto de los niveles de ahorro de energía tradicional, los vecinos están satisfechos con el sistema.
Jorge Fernández Celaya vive en uno de los hogares que tienen el sistema en marcha. Con él residen otras nueve personas. "Es un placer bañarte con agua caliente todas las mañanas. La provisión alcanza perfectamente para todo el día", contó a La Nacion este obrero de la construcción.
La casa cuenta en el techo con un panel solar y un tanque acumulador de 175 litros de agua.
Electricidad
"Esta alternativa también puede contribuir a que los problemas del suministro de electricidad en las viviendas puedan ser superados. En la actualidad, el suministro es inadecuado y complejo. Además, ningún usuario valora el recurso, dado que la energía eléctrica la abona el gobierno porteño y, por ende, se genera un gran derroche. Contar con una fuente de energía alternativa, visible, con impacto directo en la calidad de vida, puede contribuir a que los vecinos del barrio valoren el recurso y lo utilicen en forma más eficiente", agregó Santilli.
En la Capital ya existen otros proyectos de desarrollo de energía solar. Uno de ellos, también impulsado por la agencia de protección, está situado en las terrazas del CGP 2, en el barrio de Recoleta.
También la Legislatura porteña aprobó una ley el año pasado que fomenta el desarrollo de la tecnología fotovoltaica para la alimentación de los semáforos y del alumbrado público. La iniciativa corresponde al diputado por Pro Bruno Screnci Silva.
"La aplicación de esta ley se realizará de acuerdo con la mejor tecnología disponible basada en el conocimiento consolidado de las distintas técnicas constructivas en materia de captación de energía solar", indicó el legislador.
La energía solar puede ser utilizada tanto para la generación de energía calórica como para la generación de energía eléctrica. En la Argentina, los desarrollos de proyectos comenzaron a mediados de la década del 70, según informó la Cámara Argentina de Energías Renovables.