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Doble piso, Linea Sarmiento..

Ponen en servicio el primer tren doble piso del Sarmiento
Desde la semana próxima sumarán el primero de una tanda de cinco, entre Once y Moreno. Así buscan aumentar en un 40% la capacidad del ramal. A fines de julio debería haber cinco circulando. Prometidos en 2006, sólo andaba uno a prueba
PorANTONIO ROSSI | Clarin 05-03-11
A casi un año del plazo fijado originariamente y luego de atravesar varios contratiempos, los usuarios del ferrocarril Sarmiento comenzarán a ver a partir de la próxima semana las primeras formaciones de los 25 trenes con coches doble piso que permitirán aumentar en un 40% la capacidad de transporte del ramal eléctrico que une Once con Moreno.
Fabricado en los talleres bonaerenses de la empresa Emfersa, el tren doble piso que comenzará a rodar es el primero de la tanda de cinco formaciones nuevas que se sumarán este año a los servicios eléctricos del Sarmiento.
Si se cumplen los plazos en juego, a fines de julio deberían estar en servicio esos cinco trenes nuevos y el equipo prototipo que está en actividad desde mayo de 2006.
Con la entrada en escena de los "doble piso", tanto el Gobierno, como la empresa TBA buscan responder, en parte, a los reclamos que vienen efectuando desde hace años los usuarios de la zona oeste.
El ramal eléctrico que va de Once a Moreno transporta, en promedios, unos 9 millones de pasajeros mensuales. Los problemas más graves se registran en las horas pico cuando la gran cantidad de usuarios desborda la capacidad disponible de transporte.
Los nuevos trenes estarán compuestos por nueve vehículos, de los cuales cinco serán motrices de simple piso y cuatro coches restantes, de doble piso.
Actualmente, los coches eléctricos tradicionales pueden transportar como máximo un total de 220 pasajeros, de los cuales 61 pueden ir sentados. En cambio, cada coche doble piso tiene una capacidad de transporte de 320 pasajeros, con 102 personas sentadas.
Una vez que estén en operaciones los 25 trenes doble piso que están en proceso de fabricación, la oferta de transporte en las horas pico de la mañana y tarde podrá incrementarse entre 30.000 y 50.000 pasajeros, de acuerdo con la cantidad de servicios que se diagramen diariamente.
Los coches doble piso estarán equipados con aire acondicionado, monitoreo satelital, ventanillas antivandálicas y ocho cámaras de seguridad en cada unidad.
El interior de los coches está construido con paneles modulares del tipo aeronáutico, asientos ergonómicos con respaldos acolchados y pantallas de televisión digital terrestre.
En el nivel inferior de los doble piso, los asientos están distribuidos en filas de cuatro (2+2), mientras que en la parte superior las filas son de 5 asientos (3+2). Además, salvo el furgón, todos los coches cuentan con espacio reservado para personas con movilidad reducida y asientos rebatibles para la ubicación de sillas de ruedas.
La presentación del nuevo tren estará a cargo de la presidenta Cristina Kirchner y el ministro de Planificación, Julio De Vido en un acto que se desarrollará el próximo jueves en la estación Puerto Madero de la línea Sarmiento.
Desde que fueron diseñados hasta su fabricación, los trenes doble piso enfrentaron varios escollos y demoras.
La licitación para construir 25 formaciones había arrancado a principios de 2006. Pero, por problemas presupuestarios y demoras burocráticas, la adjudicación de los trabajos recién se concretó a mediados de 2008.
El contrato de casi $ 1.100 millones que fue adjudicado a Emfersa —la empresa que controla Cometrans, cuyo principal accionista es el grupo Plaza-Cirigliano— comprendió la "reconversión y modernización de 125 coches eléctricos Toshiba" y la "construcción de 100 coches remolcados doble piso".
Por problemas con la importación de los boogies, los plazos iniciales de entrega se debieron estirar un año.
Si bien la provisión de los primeros trenes está garantizada, no sucede lo mismo con las 20 formaciones restantes.
La continuidad de los trabajos depende lo que resuelva el Gobierno ante la redeterminacion de precios del orden del 40% que solicitó la empresa fabricante por los mayores costos registrados desde 2008.

colectivos tuneados!!

HACE DOS AÑOS FUNDARON EL CLUB FAMOSOS DE BUENOS AIRES
A pesar de las prohibiciones, cientos de choferes "tunean" sus colectivos
Por Sebastián Hacher | Tiempo Argentino 07-03-11

Aman sus coches y gastan fortunas en "armar el bote", agregándole luces de iodo, fundas, espejos tallados y uñas en los paragolpes, entre otras modificaciones que la Comisión Nacional de Regulación de Transporte no permite.

Microcentro porteño. Sensación térmica, 32 grados. Tráfico imposible. En medio del caos, es lícito preguntarse si la belleza sobre el asfalto existe. Algunos opinan que sí. El Pipa tiene 32 años y jura que no quiere pasar ni un sólo día sin manejar su Mercedes Benz con carrocería Italbus y capacidad para 36 pasajeros. "Acá arriba soy feliz", dice. Nadie sabe cuántos de los más de 10 mil colectiveros que recorren la ciudad piensan igual. El Pipa dice que son muchos, que no está solo. Forma parte de la logia de los fanáticos del tunning, lo que en la jerga colectivera se conoce como "armar el bote".

Por tunning se entiende todo lo que el colectivo lleva y no está dentro del equipo básico: desde las cortinas hasta las luces violetas, pasando por los espejos tallados y las fundas de cuerina, pagadas por choferes capaces de gastar parte de su sueldo en ello, perder sus francos para mejorar sus máquinas y exponerse a la regulación del transporte que prohíbe hacer modificaciones en los colectivos. Porque, aunque parezca mentira, las luces de colores y demás adornos están prohibidos. El Pipa –que para esta nota pidió mantener el anonimato– dice que esa clandestinidad gigante, a la luz del día, no lo afecta. "Yo, cuando manejo –asegura–, voy tirando fama."

Dicen que el primero en usar esa palabra fue un chofer de la 34, un loco del tunning que en los ,80 pintó la tipografía de la película en la luneta de su colectivo: Fama. Dos años atrás, los fanáticos empezaron a reunirse, recordaron la leyenda y decidieron bautizarse Club Famosos de Buenos Aires. Ahora, cuando dos socios del club se cruzan, tocan una bocina que suena parecido al grito del chajá.

El que comenzó a juntarlos fue Maxi, de 31 años y poco más de un lustro como chofer de la línea 10. La unidad que maneja tiene casi 5000 pesos en arreglos: desde un conejo de Playboy en donde iban los logos de Mercedes Benz hasta una decena de luces violetas y iodos que iluminan el frente. La idea de formar el club le llegó de golpe. En septiembre de 2008, en Corrientes y Esmeralda, un pasajero le pegó una piña por no abrirle la puerta lejos de la parada. "Me tuvieron que dar puntos y me mandaron a la ART, en Ciudadela. Cuando bajé en la estación, me comuniqué con un pibe de la 343. Los dos teníamos un fotolog de nuestros colectivos." Hicieron un asado. Reservaron para 18 comensales pero fueron 35. Y ahí nomás organizaron una exposición. A la primera fueron 108 colectivos actuales y cinco reliquias del pasado. En noviembre de 2009, el gobierno porteño los invitó a La Noche de los Museos. Y la consagración llegó durante las fiestas del Bicentenario: aseguran que desfilaron esos días 400 colectivos. En el camino también se formó un segundo grupo: el club de Amigos del Bondi.

Darío tiene 32 años y no se pierde ninguna exposición. "Al coche hay que mostrarlo siempre", dice. En la línea donde trabaja desde hace once años, le dijeron que haga lo que quiera con el colectivo que maneja, pero que no perfore la carrocería. Con esos límites, lleva invertidos más de 5000 pesos en mejoras. Hace un año sufrió lo que, pensó, iba a ser una de sus peores experiencias. En un semáforo de Cabildo, un compañero lo chocó de atrás. Darío pasó cuatro noches sin dormir, yendo al taller para darle una mano a los mecánicos. Ni bien se lo devolvieron, retomó la rutina. Todos los días, antes de salir a trabajar, lava el colectivo con agua y desengrasante. Después, lustra, encera, silicona, limpia los vidrios con alcohol, le pasa algodón a la carrocería y le pinta el pasarrueda de blanco.

Eso, por lo menos, hacía hasta que comenzó a prepararse este artículo, porque un grupo de inspectores del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y de la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT) llegó hasta el playón de su empresa y le informó que tenía que sacarle las cortinas, los espejos y las luces violetas. Mientras se labraba el acta, los testigos presenciaron un hecho que los dejó mudos. Estaban frente a un hombre que sabía llorar.

Un impuesto a la felicidad
La mayoría de estas modificaciones en los colectivos están prohibidas. El Manual de Especificaciones Técnicas para Vehículos de Transporte por Automotor de Pasajeros de la Secretaría de Transporte establece que las unidades tienen que quedar casi como al salir de fábrica, pero a los choferes esto parece no importarle.

Al momento de revalidar la habilitación, los choferes pueden pasarse uno o dos días desarmando todo. Y si durante el año les toca una multa, la pagan como si fuera un impuesto a la felicidad.

“Hay demasiadas leyes que son antiguas, que están hechas de cuando la masa de unidades era mucho menor”, explica Cesar, “el Junior”, colectivero de la línea 178. “Ahora, como ya pasó la crisis, el parque automotor está mucho mejor. Hay que evolucionar. Nosotros seguimos atendiendo un montón de cosas. y en nuestro recibo de sueldo sigue diciendo: atención de boleteras. Con las leyes pasa lo mismo.”

“Lo que hacemos nosotros -dice Maxi, chofer de la línea 10- es recuperar una cultura que estaba casi olvidada. A mi me interesaría que las autoridades se ocuparan de lo que realmente tienen que ocuparse: que un coche esté en buen estado, que no largue tanto humo. Si te agarra un 130 en la Avenida del Libertador, te asfixia desde media cuadra antes.  Eso es lo que perjudica, no una luz violeta.”