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Proyecto renovación de los semáforos 2015 BA

En la apertura de los sobres de la licitación, se presentaron ocho oferentes, que se disputarán nueve zonas geográficas
El macrismo promete renovar el 70% de los semáforos para 2015

Claudio Mardones | TiempoArgentino 24-ene-2011
Comenzará a partir de mayo y costará 458 millones de pesos. En 2009, las obsoletas computadoras que controlan el tránsito porteño provocaron un monumental colapso, que se repitió con la inauguración de los contracarriles de Pueyrredón.
 
El gobierno porteño renovará, a partir de mayo, el 70% de las 3600 cajas semafóricas que regulan el tráfico en gran parte de las 12 mil esquinas que tiene la ciudad de Buenos Aires en sus 202 kilómetros cuadrados de superficie. Esta “actualización tecnológica” llevará cinco años de renovación y costará 458 millones de pesos, según el llamado a licitación, cuyos sobres fueron abiertos el viernes pasado.

El contrato con la empresa que obtenga la concesión para renovar los reguladores de tránsito vencerá en 2015 y, entre sus objetivos, establece sumar 1120 nuevos semáforos vehiculares a los 27.203 que existen actualmente. Además, se prevé agregar 640 aparatos a los 8620 semáforos peatonales que hay, sumar otros 1200 a los 53 que funcionan con cuenta regresiva e incluir 200 señales luminosas a las 24 que orientan a personas con discapacidad en los principales cruces porteños.

En los cálculos de la Subsecretaría de Transporte, que depende del Ministerio de Desarrollo Urbano, la ciudad de Buenos Aires tendrá dentro de cinco años un total de 3821 esquinas semaforizadas, es decir, un 4,39% más que las 3600 en las que actualmente se regula el tráfico.

Para Guillermo Dietrich, titular de la cartera de transporte porteño y dueño de una de las comercializadoras automotrices más grandes del país, “la renovación permitirá remplazar a la anterior generación de semáforos electromecánicos por otros que funcionen con nuevas tecnologías y reducir esos equipos de los 729 que hay en 2011, a 229 en 2015, con una merma del 69%”, explicó el funcionario a Tiempo Argentino. 
La licitación arrancó con ocho oferentes que se disputarán nueve zonas geográficas. Cada una tendrá un “Comando de Control de Área” que, en el mediano plazo, se conectará a un Centro Estratégico que remplazará al actual Centro de Control de Tránsito, que funciona en Carlos Pellegrini 211, y que coordina las 3600 cajas semafóricas con 14 computadoras que regulan la duración de las luces verdes y rojas.

Esas computadoras, que en parte se han vuelto obsoletas, datan de  los años 1972, 1985 y 1995. La falencia tecnológica del sistema de control de tránsito de la ciudad no es nueva, pero a fines de marzo de 2009 quedó dramáticamente en evidencia, cuando una gran cantidad de los semáforos del microcentro y la zona norte colapsaron y provocaron uno de los peores embotellamientos de la historia porteña. El problema, que los expertos del gobierno bautizaron como “un verdadero infarto circulatorio”, se repitió dos veces más y ocurrió cuando la administración PRO comenzó las reformas para instalar un contracarril en las avenidas Jujuy y Pueyrredón, entre Belgrano y del Libertador. 

Tras el colapso, la comuna adjudicó la falla a la antigüedad de los equipos. Dos años después, los equipos siguen funcionando, pero la reforma de Dietrich también busca actualizarlos. Por eso, la licitación incluye la adquisición de nuevas computadoras de tránsito, el tendido de una red de fibra óptica para interconectar los aparatos con el futuro centro de control, además de video detectores y control remoto de plazas de estacionamiento disponible para facilitar su reserva y contratación por celular o vía Internet. 
“Son los lineamientos para contar con una red de Sistemas de Transporte Inteligente: cada una de las nueve zonas tendrán que contar con protocolos y programas informáticos de comunicación estándar y abiertos, para integrarlos a una red que no tenga limitaciones de licencias”, explicó Dietrich. Esta interconexión traerá algunas ventajas a los conductores porteños, como la coordinación de ondas verdes, algo muy difícil de encontrar en algunas zonas de la ciudad, debido a que las cinco zonas que funcionan en la actualidad no están, por la avanzada edad de sus equipos, conectadas entre sí.

En la actualidad, un semáforo porteño da luz roja o verde cada 80 o 140 segundos, de acuerdo a la avenida y su tráfico. Estos “ciclos” forman parte de una compleja ecuación de frecuencias, cuyo promedio en el microcentro es de 80 segundos, mientras que desde Avenida Pueyrredón hacia el oeste, cada ciclo varía entre 100 y 110 segundos.

Dietrich sostiene que el cambio derivará en la implementación de un nuevo sistema de tecnologías inteligentes de control de tránsito, conocidas mundialmente como ITS, la sigla que identifica al paquete de programas informáticos que permitiría coordinar semáforos, controlar peajes, contratar parquímetros por vía telefónica y monitorear el acceso de vehículos al micro y macrocentro porteño a través de cámaras de televisión y sensores instalados en peajes, pavimentos y autopistas.
Los especialistas identifican al Intelligent Transport System como un “sistema de arquitectura urbana”. En la Legislatura porteña, dos diputados del macrismo presentaron proyectos de ley para ponerlo en marcha. En 2008, el legislador Daniel Amoroso, por entonces del PRO, presentó un ambicioso plan. Dos años después, en marzo de 2010, el diputado Bruno Screnci llevó al recinto una iniciativa similar. Los dos textos plantean casi lo mismo, pero ninguno prosperó.

 Dentro de la Legislatura adjudican las postergaciones al “poderoso lobby del transporte” frente a una transformación tecnológica cuya aplicación demandaría muchos  millones. “Eso, por ahora, no está como proyecto, pero la renovación de los semáforos es crucial para avanzar con el ITS”,  justificó Dietrich.
Hace tres años, cuando Mauricio Macri asumió el gobierno porteño, el ITS fue una de las expectativas más marketineras de su gestión. Mil días después, la gestión PRO da el primer paso con los semáforos, una renovación que demandará cinco años.

Finalizará en febrero la obra de Yacyretá

Las obras del complejo hidroeléctrico Yacyretá estarán concluidas el próximo mes, cuando la represa alcance la cota de 83 metros sobre el nivel del mar, como estipula su diseño original, según confirmó el director ejecutivo de la Entidad Binacional Yacyretá (EBY), Oscar Thomas.
"En febrero se habrá alcanzado el objetivo del plan de terminación de Yacyretá (PTY), de llegar a cota 83, el nivel máximo de diseño, lo que cerrará un capítulo de 37 años de historia energética, durante los cuales Yacyretá era una asignatura pendiente", señaló Thomas.
El funcionario adelantó que el 25 de febrero próximo, en una ceremonia a la asistirán la presidenta Cristina Kirchner y su par de Paraguay, Fernando Lugo, se darán por oficialmente concluidas las obras. "Este es el primer caso en el país en el que una empresa paga con los recursos que genera -por la venta de energía- los préstamos y el financiamiento que le fueron otorgados para su terminación", destacó el titular de la EBY.
Actualmente con casi 18.000 GWh (gigavatios/hora) por año, Yacyretá aporta al sistema eléctrico argentino (SADI), el 15,21 por ciento del total de generación de las principales centrales del país, lo que equivale al 42,3 por ciento del total que aportan las generadoras hidroeléctricas en el mercado nacional.

La Nación 24-01-11

Zona roja

Lo bueno es que cada vez más gente se cuida y es consciente de sida y ETS, lo malo q sean cochinos!!


Zona roja / Mal estado del parque Tres de Febrero
El Rosedal es un campo minado de preservativos
El área donde trabajan los travestis amanece llena de condones; riesgo sanitario para niños
Franco Varise LA NACION 24-ene-2011

A esta altura, a la Avenida de los Ombúes, en el Rosedal, podrían cambiarle el nombre. Es que la inmensa cantidad de preservativos utilizados y desperdicios calamitosos arrojados por allí sugieren denominaciones menos bucólicas para esa senda pública que funciona como la calle principal de la "zona roja".
"Es un desastre, un asco; no se puede venir más a pasar el día; después promocionan al parque para toda la familia, pero es imposible no pisar un preservativo o que los chicos curiosos los agarren o se caigan encima", dijo Félix Palazzo, que junto con toda su familia eligió ayer ese lugar para realizar un picnic.
Quienes concurren a pasar el día o simplemente caminan por este gran espacio público porteño deben mantenerse atentos a los profilácticos desperdigados por el pasto y todos los rincones como si fuera un campo minado. Hay cientos al alcance de cualquiera, producto de las noches agitadas en este perímetro de la ciudad, que evidentemente funciona también como albergue transitorio. Curiosamente, en la plazoleta Florencio Sánchez ("zona roja") fueron retiradas las vallas de madera que no permitían el ingreso de vehículos. En horario diurno, el ingreso de autos está vedado por disposición del gobierno porteño, pero después de las 20, cuando llegan los travestis, los clientes ingresan motorizados sin control hasta bien adentro del espacio público.
El director del parque Tres de Febrero, Fernando Ferreyra, afirmó a La Nacion que todos los días el gobierno porteño efectúa una limpieza de la zona. "Se ensucia mucho y todos los días realizamos un rastrillaje con 20 personas para la limpieza. Los lunes se refuerza el cuidado, con personal de la empresa concesionaria AESA", dijo Ferreyra, un hombre con mayor llegada al jefe de gabinete porteño, Horacio Rodríguez Larreta, que al ministro de Ambiente y Espacio Público, Diego Santilli.
Según informó el gobierno porteño, hace cuatro años se recogían en promedio entre 1000 y 1100 profilácticos por día, utilizados por personas que frecuentan la zona roja. Esto supone un dato curioso: al menos 8000 personas concurrían allí por semana para tener relaciones sexuales. Esas estadísticas no fueron actualizadas, pero, a simple vista, el panorama no ha cambiado.
Según sugirió la vecina Marta Hevra César, a esta parte del parque habría que colgarle un cartel de "no apto para todo público".
"Encontramos hasta una bombacha y no sabíamos qué decirle a mi hijo; es una situación incómoda. Además, es muy desagradable estar en un lugar que, supuestamente, es para toda la familia, rodeados de esta basura", agregó la vecina.

A juzgar por las altas posibilidades de que un niño se tope con un profiláctico desechado, la problemática también abre interrogantes y temores sanitarios. "¿Qué pasa si un chico agarra con la mano una de esas cosas? Uno no lo dice sólo por lo que ve, nada más, sino también porque es un elemento proclive al contagio. Te agarra un poco de pánico", expresó Ana María Palazzi. Poco antes de instalarse sobre el pasto, ella y su familia tuvieron que realizar un operativo de limpieza para dejar liberada la zona de preservativos utilizados. "Acá debe de haber tres condones por metro cuadrado y los chicos ya me preguntaron tres veces qué eran esas cosas", dijo Susana, que llegó al lugar con sus niñas de 7 y 11 años.
La gran cantidad de preservativos desechados, por otro lado, podría interpretarse como una fuerte conciencia en el cuidado sexual, pero para los visitantes diurnos, unos 60.000 en todo el parque por fin de semana, la situación resulta al menos escatológica.
"Es un asco, horrible, y se nota que ya ni siquiera se preocupan por preservar su intimidad; pero una cosa que me llama la atención es que a nosotros no nos dejan ingresar con autos y nos ponen multas si los estacionamos mal, mientras que de noche esto funciona como un «telo» ambulante", señaló Romina, que junto con su amiga Florencia intentaban ayer encontrar una pequeña porción de césped libre de desperdicios.
El tema no es nuevo. Hace años que quienes visitan el parque advierten esta situación. "Vengo siempre y cada vez está peor; si estás tomando mate, no tirás la yerba en el piso... Esto sería parecido", dijo con algo de humor María, una vecina de muchos años en Palermo.