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pAKA pAKA

Un analisis del canal infantil
Pakapaka: inteligente y para clase media, según expertos

El kirchnerismo lanzó una cruzada nacional para que Cablevisión incorpore la señal infantil Pakapaka, del Ministerio de Educación, a su grilla de canales. ¿Es una propuesta tan excepcional? Pipo Pescador y las especialistas Mirta Goldberg y Analía Segal lo debatieron para PERFIL. Consideran excelentes los aportes educativos y elogian que trate a los chicos como personas y no como consumidores. Pero dicen que sólo apunta a niños de clase media.


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Modelo. Una señal con contenidos "a la altura de las mejores producciones del mundo", dice Pipo Pescador.



Pakapaka, el canal de programación infantil del Ministerio de Educación, nació como franja infantil de Encuentro y hace menos de un año llegó a tener contenidos propios y transmitir 24 horas. Así se convirtió en un punto más de fricción entre el Gobierno y el G rupo Clarín, a partir de la discusión por su incorporación a la grilla de Cablevisión.

"Pakapaka para todos" es la consigna con la que el ministerio salió a defender su canal. La idea de reunir niños y niñas para que se manifestaran frente al Palacio Sarmiento, sede de la cartera educativa, y reclamar su derecho a ver un canal que, además de entretener, educa, no deja de ser llamativa y hasta simpática. La movilización infantil, más o menos espontánea como la mayoría de las protestas, resulta un escenario impensado en la Argentina de hace unos años.

La peculiaridad de la discusión despertó la curiosidad a PERFIL. ¿Qué será lo distinto que ofrece Pakapaka a los chicos? ¿Es posible entretener y enseñar desde la pantalla en tiempos en los que los puntos máximos de rating los concentran programas que muestran cuerpos semidesnudos de mujeres, la grosería fácil y muchos gritos?

A partir de esa pregunta, se convocó a tres especialistas de reconocida trayectoria en el mundo de la producción de TV infantil, la educación y las nuevas tecnologías para pedirles su opinión. La propuesta era meterse de lleno una semana viendo Pakapaka y luego hacer un análisis objetivo y profesional de sus contenidos.

Aunque la propuesta no incluía la pregunta sobre si el canal tenía que estar o no en la grilla, la conductora de Caminos de tiza (Canal 7), Mirta Goldberg, quiso dejar clara su posición: "Celebro que por primera vez en nuestro país un gobierno tome la decisión política de financiar y habilitar una programación específica para la infancia en TV y rechazo la censura-omisión de Pakapaka. Es una medida arbitraria, sin argumentos y sin propuesta alternativa".

Pero también aclaró que el canal "no empezó de cero", sino que se construyó tomando la experiencia de programas exitosos producidos en canales privados en las décadas de los 70 y 80, como el de Pipo Pescador, Este es mi mundo, El agujerito sin fin, Ta-te-ti con Las Trillizas de Oro (Canal 13); Verde libre, conducido por Cristina Banegas en Canal 11 y el Cablín, de la década del 90. Goldberg se ocupó de rescatar también la experiencia de programación infantil de Canal 7 entre 2006 y 2007. 

El debate. El primer planteo de PERFIL fue qué distingue a esta oferta de otra similar.

PIPO –tomó la delantera–: Nunca una programación de TV infantil en la Argentina alcanzó este rango. Está a la altura de las mejores producciones del mundo, como lo fue en su momento Plaza Sésamo. Algunos programas me gustan más que otros, pero la calidad visual es óptima, las escenografías eficientes y los actores brillan por su ductilidad.
SEGAL: Lo mejor de la propuesta es que coloca a los niños en otro lugar, los mira como personas y no como consumidores, apela a sus ideas, apuesta a sus intereses: la fantasía, la curiosidad, el mundo de los animales, las ciencias y cuestiones sociales como la amistad, la solidaridad y algo de sus preocupaciones amorosas. 
GOLDBERG: Hay grandes logros y así debe ser porque contaron con un buen presupuesto, libertad y tiempo. Con todo eso a favor, los resultados están a la vista: muchísimo material producido, diverso, sin violencia ni ritmos caóticos, sin gritos, sin chabacanería, desde una mirada federal, con paisajes y testimonios que recorren el país y aportes a la construcción de la ciudadanía desde los valores, la inclusión y el respeto a las diferencias.
—¿Qué programa es el que más les gustó?
S: Varios, pero Hotel de los zombies (una producción francesa) me pareció muy desafiante. Se mete de una manera humorística a discutir las normas, pone en cuestión la idea de que siempre hay un "mimado" de la maestra. En el resto de la programación encontré mucho más "deber ser", lo correcto. En otros programas no aparece demasiado aquello que no está bien. En cambio en Hotel... se meten con los malos pensamientos que siempre están. 
P: Mis preferidas fueron las autobiografías donde los niños cuentan su vida, muestran su cuarto, presentan su familia y expresan sus sentimientos. La primera que vi era un niño entrerriano que me tocó el corazón porque recordó mi propia infancia. 
G: Chikuchis es quizás uno de los más logrados, con una buena canción de apertura y muchos logros artísticos. Bien trabajados los vínculos chicos-grandes, nena-varón y los valores: discutir, compartir, cooperar. Hotel de zombies tiene una estética muy original. 
P: Y Chicos del mundo es sencillamente perfecto. La narración breve de las características del país y el compartir una actividad con niños originarios. También me encantó el Taller de cuentos, donde el abuelo mecánico narra historias de tradición argentina. No hay mansiones ni jets ni super lanchas, ni niños archi ricos que pueden comprar cualquier cosa, sino pibes comunes, emocionados con la naturaleza, con la contemplación de la vida diaria como fuente de magia. 
—¿Tienen críticas puntuales?
G: Sí. En Cazurros al 2, ¿por qué todos hombres? Y justo en ciencias y matemática, donde los estereotipos indican que las mujeres somos inferiores. También observé en Calibroscopio, que no se genera curiosidad por la lectura. Además, aparece (la actriz) Julieta Díaz leyendo un cuento, pero lo lee de hojas blancas no de un libro. Se usan todo el tiempo libros de escenografía y es sabido que la lectura se promueve con libros de verdad. 
S: Yo dudo sobre Mediadores. No sé bien. Es un tema, el de la mediación escolar, que a veces funciona en las aulas, pero en la pantalla aparece poco resuelto, se llega a la solución del conflicto demasiado rápido, con chicos que actúan las situaciones y no se torna creíble.
G: Ahí el problema es la edición. Hay que tener cuidado porque por dar prioridad al ritmo se pueden omitir dichos fundamentales de los mediadores o mediados. Para mí, el tema no justifica un programa de televisión.
P: Desde este lugar difícil, de crítico-colega, hablo sólo sobre lo que vi y fue una parte. Quiero ser respetuoso en ese sentido, pero me parece que hay cierta tendencia de algunos actores a expresarse con maneras muy marcadas, como haciéndose los niños y ganarían más si se movieran con naturalidad evitando las maquetas. 
—¿Qué le suma que no tenga publicidad? 
P: Eso es lo mejor; es fantástico. Quiero creer que significa también que no usarán los medios del Estado para crear o auspiciar subproductos comerciales, sino para sostener una programación argentina, con artistas argentinos y destinada a elevar la calidad cultural de nuestros niños, sin que ningún compromiso empresarial perturbe o condicione y les quite a los autores y creativos la libertad de hacer lo que consideren honestamente bueno. Los autores deben pensar libremente la programación sin tener que acotarlo a una posterior explotación de productos, que puede ser un CD o una temporada en la calle Corrientes (ver recuadro). 
S: Que no tenga publicidad es lo mejor. 
G: Es bueno porque cuando la programación infantil en la TV comercial dejó de ser negocio directamente buscaron productos que asimilaran a los chicos a los gustos de los adolescentes: Clave de Sol, Chiquititas y todo lo que siguió con Cris Morena son buenos ejemplos de programas que instalaron conflictos artificiales para los más pequeños. Ese corrimiento lo impuso el mercado y aceleró a los chicos que terminaron quemando etapas. 
—¿Y qué le falta? ¿Qué mejorarían?
S: Productos para el público preadolescente y adolescente, sin dudas. Sería muy bueno. Y cuidarse más de un formato que es un poco escolar, desde un punto de vista, con predominancia de imágenes de los pibes en las escuelas. 
G: Habría que investigar más para dar cabida a las múltiples producciones culturales que ya existen en la Argentina. Y articular con necesidades concretas de los chicos que se hayan observado en nvestigaciones del Ministerio de Educación y de Desarrollo Social. 
La pregunta final llegó intempestiva para los especialistas.
—¿Conocen chicos que vean Pakapaka? ¿Les gusta?
P: Justo hoy les pregunté a varios. No muchos, solamente unos cinco o seis niños. Ninguno de ellos lo conocía. Ven otros canales.
S: Sí, conozco, pero aclaro que son todos chicos de familias de clase media. 
G: Sólo uno, de Neuquén, cuyo padre dice que le encanta porque lo puede dejar solo todo el día frente a la pantalla sin ningún resguardo.


La combinación de estética y contenido

Sol Canesa, Emiliano Larea y Vicki Almeida son algunos de los actores que están al frente de los programas de Pakapaka. La actuación en la pantalla es sólo un recurso. Se combina con animación, 3D, muñecos gigantes y músicos, todos juntos al mismo tiempo puestos al servicio de un mensaje que la mayoría de los programas transmite.

"La cuestión estética es súper importante. Buscamos propuestas que nos diferencien de otros canales. Y que, desde el punto del contenido, tengan un impacto educativo, que no significa didáctico ni pedagógico", explicó a PERFIL Cielo Salviolo, responsable de Pakapaka.

El trabajo de los actores en este canal pareciera estar pensado como un complemento del contenido. No son los ídolos ni las estrellas a las que nos tiene acostumbrados la televisión comercial.

Jazmín Moldovan, directora de actores de Fauna Casting, opinó que Pakapaka "se sirve del lenguaje actoral para que el mensaje o la cuestión pedagógica se ponga de manifiesto. Las elecciones actorales y sus estéticas parecen atinadas para lograr el objetivo que, en ningún caso, se esconde. Falta un poco más de locurita, de cuestión lúdica y de apertura".

Piero Bona, desarrollador de nuevos medios en el estudio DFCL, vio como positivo que una estética en la que "se baja un cambio". Hay "un hilo narrativo en todo el canal. Se utilizan diversas técnias, 3D, efectos, pero todo está suelto estéticamente"


FUENTE: 
http://www.perfil.com/ediciones/2011/6/ ... _0069.html

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