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Moda y discriminación


Los hombres no consiguen talle y la ley no los protege


El problema de la ropa también es masculino. En la Ciudad se aprobó hace un año una norma que los incluye, pero todavía no se aplica porque no se reglamentó. En Provincia, la ley que obliga a ofrecer talles más grandes sólo ampara a las mujeres.

PorVictoria De Masi clarín 23-11-10

MODELO. LA VIDRIERA DE UN LOCAL DE INDUMENTARIA MASCULINA. LA CIUDAD TODAVIA NO EXIGE TALLES GRANDES.

La última vez que Fernando Mado se compró un pantalón pesaba tres kilos menos que ahora: exactos 96. Ese jean, hoy ya no tan azul oscuro, es su preferido. No por ser el que más le gusta, sino porque es el último que pudo comprarse en un local de ropa masculina de moda. Va estirando el uso del pantalón que ya se bancó un par de remiendos y dos o tres cambios de botón. “Hace tres años que no encuentro ropa de mi talle. Sobre todo pantalones: no me cierran”, cuenta este ex rugbier de 39 años.

Fernando es uno de los muchos hombres que sufre la falta de talles, un problema que la sabiduría popular puede creer femenino, pero que también lo padecen “ellos”. Y lo peor es que no hay una ley que los proteja. La norma de talles porteña los incluye, pero hace un año espera la reglamentación del Ejecutivo. En la Provincia, donde el cumplimiento de los comercios es casi nulo, la ley sólo ampara a las mujeres (ver “En Provincia...” ).

En el ropero de Juan Carlos Julianelli cuelgan catorce camisas, todas talle 48. Es vecino de Wilde, tiene 59 años y su trabajo como empleado administrativo lo obliga a vestir traje y corbata todos los días. Entonces a esas catorce camisas las cuida como un tesoro. “No tendría que ser una medida problemática, pero a mí no todas me cierran a la altura del cuello. Y son más caras que el 46. O sea, termino comprando en un solo lugar, una firma de vestir y exclusiva, y me salen caras, casi al precio de un talle especial”, explica.

Ahora estamos en Unicenter, un día de semana, al mediodía. Leo Suárez ya no es el que aparecía bailando en calzas rojas allá por 2007, cuando participaba del programa Cuestión de Peso. Ahora pasea sus 95 kilos distribuidos en su metro setenta por los pasillos brillantes del shopping. Y a pesar del tiempo, algo no cambió: la pregunta dolorosa que pronuncia Leo en cada local: “¿A ver qué tenés para mí?”. La respuesta es todavía más cruel: “Nada”. “Las cinturas son muy chicas y con las remeras se comete una falta grave: en muchos negocios no hacen un modelo más grande, sino que le cambian la etiqueta con un XXL y te lo quieren vender como un 50 . Cada vez que salgo de shopping me convierto en un detective. Hoy podría ser feliz y sin embargo sigo resignándome”, confía a Clarín .

Sandra González, titular de la Asociación de Defensa de los Consumidores y Usuarios de la Argentina (ADECUA), reconoce el problema: “Parece que en ropa masculina cada año los moldes son más chicos. Nosotros sólo podemos asesorarlos y derivarlos al área de defensa al consumidor que corresponde a su municipio”.

A diferencia de la ley bonaerense, donde las marcas deben tener indumentaria entre los talles 38 y 48, en la Ciudad los talles deberían ir hasta el 50 . Así lo dice la Ley de Talles que sancionaron el 3 de diciembre pasado. También exige colocar en cada prenda las etiquetas con especificaciones de las medidas. Pero aún no rige porque espera la firma del Ejecutivo porteño. “Estimamos que antes de fin de año estaría vigente.

Una vez publicada, hay que esperar los 180 días establecidos para que las firmas se adapten . Como la indumentaria del próximo otoño-invierno ya está lista, la norma se aplicaría a la producción de verano del año que viene”, aclaró Gustavo Fvarzman, subsecretario de Desarrollo Económico de la Ciudad. ¿Por qué se dilató tanto la puesta en marcha? Algunos se lo adjudican a las grandes marcas de ropa, que de entrada se opusieron a la ley. “Tiene un objetivo sano pero nadie quiere correr con los costos. Es simple: talles más grandes, más insumos y mayores gastos de producción”, dijo a Clarín una fuente oficial que pidió reserva.


En la Provincia, el 90% no cumple con la norma


Pese a las multas, la cantidad de locales en infracción se duplicó durante el último año.

El 90% de los locales de ropa inspeccionados en lo que va del año en la Provincia no cumple con la Ley de Talles. Son números del Ministerio de Producción bonaerense, que detectó que en casi 1.300 negocios de venta de indumentaria no había talles entre el 38 y el 48, y que faltaba el pictograma que indica a qué medida corporal corresponde cada una de las prendas. Por las multas, recaudaron $ 681.500.

La Ley 12.665 fue aprobada en 2001, pero la reglamentación se demoró más de cuatro años . Luego, una avalancha de reclamos legales de parte de las grandes marcas postergó un año más su vigencia efectiva. Y si bien hoy rige plenamente, muy pocos la cumplen.

Todavía se sigue encontrando ropa marcada como S, M, L y XL o su equivalente 1, 2 y 3, algo que está prohibido por la ley. De acuerdo a las inspecciones, creció más del doble la cantidad de locales multados en un año, aun cuando el reincidente corra el riesgo de que le cierren el local.

“Le pedimos a los empresarios que sean conscientes, ya que estamos trabajando para evitar problemas de salud derivados de las tiranías de los talles distorsionados. Necesitamos comerciantes y consumidores con responsabilidad social”, pidió el ministro de Producción de la Provincia, Martín Ferré. Para denunciar, hay que llamar a la línea gratuita de Defensa del Consumidor de la Provincia 0800-222-9042 , de 9 a 18.

En Buenos Aires, los hombres nunca estuvieron contemplados en la Ley de Talles. Sólo hubo un proyecto que nunca prosperó, cuya autoría fue de los legisladores –hoy con mandato cumplido– Luis Bruni y Dulce Granados. “La pensamos como una extensión de la Ley 12.665, porque los hombres no estaban bajo el paraguas legal y la norma debía ser abarcativa y no excluyente. Todavía tiene estado parlamentario”, contó Granados a Clarín . Al igual que la norma que protege a las mujeres, la de los varones pretendía eliminar la marcación en letras. Pero no hay ánimos de discutirla: hace dos años que el proyecto duerme en el Senado.

“Es necesario que la ley incluya a los varones. Pero es más importante que se discuta una ley a nivel nacional donde estén contemplados todas las personas de ambos géneros y de todas las edades (la bonaerense pone el foco en los locales de adolescentes). Y claro, la ley que rige hay que hacerla cumplir”, señaló Monique Thiteux-Altschul, directora ejecutiva de la ONG Mujeres en Igualdad, que entre otras cosas hace relevamientos en shoppings para monitorear que la norma se cumpla.

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