Durísimo!! (viene de clarín) Pero no escapa a la realidad…
Colectivos: apenas en el 12% funciona el boleto electrónico
Se cumplen dos años del lanzamiento del SUBE Si bien hay máquinas instaladas en casi todos los micros, sólo están operativas en 2.000 de los 17.000 colectivos de Capital y el GBA. La Nación y los transportistas se acusan mutuamente por las demoras.
En medio de fuertes cruces entre el Gobierno y las empresas de transporte, la instrumentación del SUBE (Sistema Unico de Boleto Electrónico) avanza a paso de tortuga y hoy sólo está operativo en 2.000 de los 17.000 colectivos que circulan por el área metropolitana, esto es el 12% del parque total. El SUBE fue lanzado el 4 de febrero de 2009 por Cristina Kirchner, cuando anunció que estaría funcionando a pleno en 90 días , pero hasta ayer abarcaba apenas a 28 de las 340 líneas de colectivos. Sobre las demoras, el secretario de Transporte, Juan Pablo Schiavi, reconoció a Clarín que hubo dificultades de índole tecnológica y también resistencias de los transportistas y evitó pronunciarse sobre la finalización del proyecto. “Es muy difícil ponerle una fecha, pero vamos a implementarlo”, dijo, sin dar más precisiones.
El boleto electrónico nació a las apuradas para dar respuesta a los reclamos de la gente por la falta de monedas. Tras varios anuncios y promesas fallidas, casi dos años después, el sistema anexó, según fuentes oficiales, a las líneas 5, 6, 7, 8, 12, 20, 23, 26, 28, 39, 47, 50, 61, 62, 80, 86, 88, 101, 102, 107, 129, 132, 150, 151, 168, 193, 194, 195, aunque este diario comprobó que en varias no funciona . También coexiste con la red Monedero del subte y los trenes Urquiza y Belgrano Norte, montada años atrás. Se desprende, entonces, que para hablar de un sistema de boleto electrónico unificado para colectivos, trenes y subtes resta una enormidad .
En principio, el boleto electrónico supone dos beneficios concretos: para los usuarios, la facilidad de contar con una tarjeta prepaga para abonar los viajes; para el Estado, un mayor control sobre la enormidad de subsidios que se destinan al transporte (ver Las empresas...
). Schiavi reconoce que en los atrasos hay cierta responsabilidad del Gobierno, pero recalca la intención de los transportistas de entorpecer la implementación. “Estamos tocando intereses y hay resistencias, creo que por temor. Pero que todo el mundo se haga cargo ”, dijo.
Tal como se suponía, el cronograma oficial del armado del boleto electrónico era muy optimista, lo que provocó numerosos derrapes en los anuncios oficiales. El plan consiste en unificar en un solo centro de cómputos el procesamiento de más de 11 millones boletos diarios. Y además, registrar las cargas de los usuarios, descargar el monto de cada viaje y pagar en el día, vía clearing electrónico, los pasajes consumidos a las empresas de transporte. De los 90 días iniciales para armar un sistema así, se pasó a 90 días hábiles, después meses y hasta el propio Schiavi anunció que estaría listo en julio pasado y por último, que a fin de año habría 10.000 colectivos incorporados. La realidad, ya se sabe, es otra.
Ante las evidencias y entre otras cosas, Schiavi señaló dificultades de orden tecnológico. “En la instalación del back office (el centro de cómputos) hubo problemas con la compatibilidad de equipos”, enumeró. Se refirió así a la compra de las primeras 10.000 lectoras de tarjetas , que ya fueron instaladas en los colectivos pero que en su mayoría aún no funcionan. La licitación la ganó una UTE conformada por Metronec (del grupo Roggio), Indra y Siemens. Carlos Abril, ejecutivo de Siemens, deslindó responsabilidades. “Fuimos trabajando de acuerdo con las autorizaciones que nos fueron dando y ya hay 2.000 colectivos funcionando”, se disculpó.
En sintonía con el Gobierno, los proveedores culpan a los transportistas por no haber cumplido con los plazos establecidos en las licitaciones. Las empresas no tardaron en responder. “A pesar de que el SUBE no es el sistema más correcto, las empresas estamos poniendo todo para que funcione”, puntualizó Daniel Millaci, titular de la CEAP (Cámara Empresaria del Autotransporte de Pasajeros), y añadió: “Las demoras son evidentes, pero no estamos poniendo piedras en el camino ”. Millaci sostiene que alertaron al Gobierno sobre algunas fallas de seguridad (prometieron resolverlos) y sobre la colocación de las lectoras en los parabrisas de los colectivos, “algo que es ilegal”. José Troilo, de la Asociación Civil de Transporte Público, opinó que las demoras son “algo natural para un sistema tan complejo”, y prometió que “en los próximos meses se verán avances”.
Al tanto de los reparos, Schiavi advirtió que hubo intimaciones para apurar el SUBE. “Estamos estudiando una reglamentación. Si verificamos trabas a su implementación vamos a aplicar la máxima dureza, que podría llegar a la no distribución de subsidios”, recalcó el funcionario.
Hay que seguir buscando monedas
CON LUZ ROJA:: UN INTERNO DE LA LÍNEA 168 (EX 90), AYER EN CONSTITUCIÓN, CON SU LECTORA DE TARJETA FUERA DE FUNCIONAMIENTO.
22 de enero de 2010: relanzan el SUBE y prometen que el sistema comenzará a funcionar a pleno en julio.
5 de setiembre de 2010: el SUBE funciona sólo en 7 líneas y se demora la instalación de las lectoras en los micros. Prometen que a fines de año el SUBE abarcará al menos 10.000 colectivos.
20 de enero: el SUBE sumó apenas 28 líneas de colectivos.
Muchas líneas tienen la máquina, pero no anda
El termómetro de la calle se contrapone con las frías estadísticas. Mientras que las cifras muestran un alto porcentaje de máquinas SUBE funcionando, una recorrida por los colectivos arroja otro panorama. Es que, pese a que son varias las líneas que adoptaron el sistema, los usuarios dicen que “todavía no se ve ningún cambio real”.
Antonio (68) tiene la tarjeta desde hace varios días, pero todavía no la usó. El motivo: “Las máquinas no andan, tienen la luz roja encendida. Entonces terminamos sacando el boleto y listo. Espero que en algún momento esto se acomode y empiece a funcionar”, pide.
Mientras habla, una mujer intenta utilizar su tarjeta para subir a un colectivo 168, en Constitución, sin resultado. La luz parpadea en rojo y el chofer avisa: “Está fuera de servicio, use monedas”.
Una fila de alrededor de 15 personas espera un colectivo 39. Todos tienen su boleto, ninguno lleva tarjeta. Un empleado cuenta que “el sistema funciona desde hace poco más de un mes, y la verdad que está bueno. La gente ya no tiene que renegar por las monedas, se agiliza mucho todo arriba del coche”. Sin embargo reconoce que “poca gente tiene la tarjeta. No se si es por falta de publicidad, pero la mayoría se maneja con boleto”.
Fabiana (41) tiene la tarjeta porque toma a diario un subte y un colectivo. Hasta ahora sólo pudo utilizarla un par de veces para viajar en el 12, ya que el resto de los colectivos que toma habitualmente tienen la máquina, pero con una leyenda que avisa que “próximamente” estará en funcionamiento. “Hace varios meses que dicen eso, pero por ahora los equipos están de adorno”, cuenta.
En otra dársena varios pasajeros esperan que llegue un 116, que aún no adoptó el SUBE. Quienes hacen la fila explican que les gustaría que todas las líneas tuvieran una tarjeta que evite las complicaciones diarias de conseguir monedas, aunque reconocen que es bastante molesto “hacer todo el trámite para que después no funcione”.