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Cárcel Devoto.

Traslado del penal porteño / Los vecinos descreen del anuncio presidencial
La cárcel, el estigma de Villa Devoto
Para el barrio, es una presencia inquietante; según agentes inmobiliarios, los terrenos valdrían US$ 40 millones

Lunes 04 de julio de 2011
Publicado en edición impresa
Fernando Massa

LA NACION

Foto: LA NACION / Maxie Amena
Lo consideran un intruso, un edificio tosco y gris que nació en Monte Castro en la década del 20, pero que con el correr de los años fue adscripto a Villa Devoto, para luego arrebatarle el nombre al barrio, porque el establecimiento carecía de uno. Testigo de trágicos motines y fugas cinematográficas, quienes viven alrededor lo ven, curiosamente, como un panóptico que los vigila las 24 horas, e incluso hay quienes han llegado a amurar las ventanas de sus casas con tal de evitarlo.

Es el Complejo Penitenciario Federal de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, más conocido como la Cárcel de Devoto, el último gran establecimiento carcelario que queda en la Capital, que en la última semana volvió a cobrar protagonismo cuando la presidenta Cristina Kirchner anunció su traslado definitivo. Una deuda pendiente para los vecinos del barrio, que si bien se entusiasman con la idea, también la toman con escepticismo, por haber escuchado de diferentes políticos esa misma promesa, siempre incumplida.

El proyecto del Gobierno es trasladar a los internos del penal de Devoto a uno nuevo que se construirá en la ciudad bonaerense de Mercedes, cuya licitación pública ya está en marcha. El próximo 4 de agosto se realizará la apertura de los sobres con las ofertas para la posterior adjudicación de la obra, que tiene estipulado un plazo de ejecución de obra de 1080 días corridos. Y de la mano del anuncio llegó la promesa de los candidatos del Frente para la Victoria en la ciudad de que allí donde hoy está la cárcel se creará un espacio verde.

Desde el Ministerio de Desarrollo Urbano de la ciudad le bajaron el tono al anuncio y señalaron a LA NACION que por el momento es "sólo una declaración de la Presidenta" y que hasta que no se ejecute una medida de índole legal para concretar el proyecto no emitirán juicios de valor al respecto.

Según información suministrada por el Servicio Penitenciario Federal (SPF), los terrenos federales situados entre las calles Bermúdez, Nogoyá, Desaguadero y Pedro Lozano, donde se asienta la cárcel, tienen una superficie de 46.380 m2. Según estimaciones de inmobiliarias de la zona, pueden llegar a valer más de 40 millones de dólares.

Amado Ismail, titular de Cassino Propiedades, una inmobiliaria con 83 años en la zona, hace la siguiente cuenta: al estar la zona catalogada como R2B2, es decir, una zona residencial con una densidad de ocupación media donde a lo sumo se pueden llegar a construir tres plantas, el valor de incidencia del m2 puede ser de 1000 dólares sin la cárcel allí. "Hoy los alrededores de la cárcel son una zona muy depreciada, donde las propiedades valen la mitad que en otras zonas de Devoto", apuntó Ismail.


Quienes tienen claro lo que quieren una vez que se vaya la cárcel son los vecinos. "Se necesitan espacios verdes y vamos a luchar por eso, para que tenga sentido que Devoto sea conocido como el «jardín de la ciudad». Acá sólo hay dos plazas, la Arenales y la Riccheri, y en toda la comuna 11, sólo cinco. Queremos que se respete la voluntad de la gente: que además de los parques se mantenga parte del edificio como patrimonio histórico, y que se pueda hacer una dependencia educativa, porque no nos interesan los emprendimientos comerciales privados, sino que Devoto siga siendo un barrio", dijo a La Nacion Gonzalo Aguilar, vecino del barrio y miembro de la Asociación Devoto sin Cárcel, hoy postulado a jefe comunal por el Frente Juntos por la Ciudad.

Entusiasmo a medias

Rubén se ríe. "Desde que nací, acá en el barrio, hace más de cincuenta años que escucho decir que la van a sacar. ¿Sabés la cantidad de artículos guardados sobre el anuncio del traslado tenemos? A esta altura ya me da lo mismo si la sacan o no. Trabajar, vamos a trabajar igual", dice este vecino, desde la ventana en la que atiende su quiosco, sobre la calle Melincué, a una cuadra y media de la cárcel.

En cambio, para el club de fútbol Lamadrid, que tiene su cancha bajo la mirada atenta del pabellón que da a la calle Pedro Lozano, el anuncio se suma a otra reciente buena noticia: el ascenso de la categoría C a la B Metropolitana. Por eso, para Jorge Petroni, intendente del club, la desaparición del establecimiento carcelario sería ideal para levantar más el club y sumar socios, que hoy rondan los 1000. "El problema de estar frente a la cárcel es que gritan barbaridades todo el día; por ejemplo, la pileta ya se dejó de usar", dice Petroni, mientras recorre las instalaciones.

Lo acompaña Juan Lo Mónaco, socio del club y vecino del barrio desde hace más de 20 años. "Encima son contreras de Lamadrid los presos. Yo no se cómo hacen, pero cuando hay partido siempre consiguen algo con los colores del rival y lo sacan por las ventanas", cuenta.

Si bien otros vecinos afirman que la cárcel da seguridad al barrio por la presencia policial que hay en los alrededores, Gianni, que tiene un corralón frente al penal, sufrió en carne propia un intento de secuestro virtual con una llamada hecha desde uno de los pabellones al celular de su hija. "Saben todos nuestros movimientos", dice el comerciante, y advierte, como descreyendo del anuncio, que son tiempos de campaña electoral.

Inauguración: año 1927
Población: 1694 internos
Empleados: 862 agentes


Erigida en la década del 20 en terrenos donados por Antonio Devoto, fue prisión para contraventores hasta 1957. En 1978 se produjo allí la mayor tragedia ocurrida en establecimientos penitenciarios de la Argentina: un motín con quema de colchones en el pabellón 7 produjo 61 muertos y 85 heridos por asfixia y quemaduras. Desde 1985 funciona allí una sede de la UBA, el Centro Universitario Devoto, y en 2006 se convirtió en el primer penal de América latina en contar con una sinagoga: Sefer Jaim, con capacidad para cuarenta personas.

Un decreto de Menem


En 1995, el entonces presidente Carlos Menem ya había firmado un decreto mediante el cual se establecía el traslado de la cárcel de Devoto. La idea era construir dos nuevos complejos carcelarios en Ezeiza y Marcos Paz que reemplazarían a las cárceles de Caseros y Devoto. Ezeiza y Marcos Paz se construyeron, Caseros se demolió, pero Devoto sigue allí.

Lo de Caseros, sin embargo, no es un antecedente muy alentador: sólo en 2007 fue demolida, y hoy todavía pueden verse las ruinas en el barrio de Parque Patricios. "En Caseros hubo un problema específico. La idea era demolerla por medio de una implosión, pero podía afectar a los equipos de alta complejidad de dos hospitales cercanos. Por eso se tuvo que hacer de otra manera que demandó mucho más tiempo", explicó la ex legisladora kirchnerista Silvia La Ruffa, que en 2004 había presentado una declaración luego aprobada por la Legislatura en la que solicitaba al Poder Ejecutivo de la ciudad el traslado de la cárcel de Devoto.

En 2006, la diputada de Compromiso Social Mirta Onega retomó esa misma petición para que el gobierno de la ciudad iniciara las gestiones pertinentes ante el Poder Ejecutivo Nacional. En ella manifestaba que las instalaciones del penal poseían capacidad para 1694 internos y que en ese momento albergaba a más de 2300.

Según informó el Servicio Penitenciario Federal, hoy la población carcelaria de Devoto se redujo a 1528 alojados. Eso sí: sigue recibiendo nuevos detenidos.


El inmigrante que se convirtió en leyenda

Es lo que comúnmente se dice: que Don Antonio Devoto, próspero empresario y emprendedor italiano que realizó los primeros loteos que derivaron en el barrio que hoy lleva su nombre, fue quien donó los terrenos para la construcción de la entonces denominada Cárcel de Encausados de la Capital Federal, un establecimiento a cargo de la policía que albergaría a contraventores. Pero tanto el historiador Daniel Balmaceda como la Junta Histórica de Villa Devoto creen que esto no es así y que se ha creado un mito popular que no se corrobora con los registros históricos existentes.

Cuenta Balmaceda que Antonio Devoto, italiano oriundo de Lavagna, fue uno de los principales abanderados de la inmigración a fines del siglo XIX, además de uno de los máximos emprendedores de la época. Progresó gracias a negocios con la importación y exportación, los bancos, los ferrocarriles y la compra de tierras, y realizó muchas donaciones para el desarrollo de la zona.

"Devoto compró grandes extensiones de campo en la zona y luego los loteó. Su proyecto era que esa villa, un lugar exclusivo y aislado, se convirtiera en algo que le recordara a su campiña genovesa, por lo que dudo de que soñara con que se albergara ahí a un edificio de encausados, una construcción rústica y poco agradable", dice el historiador.

Balmaceda destaca un dato crucial: Devoto murió en julio de 1916, en pleno festejo del Centenario de la Independencia, y la construcción de la cárcel se inició en 1924, para inaugurarse sólo en 1927. "Cuando muere Devoto los loteos no se habían completado y se abrió una sucesión muy complicada. Yo creo que esas tierras o se vendieron al Estado o fueron expropiadas", dice.

Norberto Malaguti, secretario de la Junta Histórica de Villa Devoto, también hace hincapié en esa diferencia de al menos siete años y desliza la posibilidad de que las tierras hayan sido compradas por el Estado a la familia Devoto. Edgardo Tosi, presidente de la Junta, dice que alrededor de esa supuesta donación se ha creado un mito, más allá de que personalmente nunca pudo corroborarlo con documentos de la época.

1 comentario:

Carolina dijo...

Yo vivo en la ciudad de Mercedes, y sinceramente luego de ver y conocer las diferentes historias del centro penitenciario de Devoto, no quiero tenerla cerca.
En nuestra cuidad tenemos la unidad penal nº5, la cual no trae grandes dilemas, sino que trae seguridad, en mayor parte... pero esta que están queriendo trasladar si los trae... y no quisiera que este en los alrededores de nuestra cuidad, vamos a sufrir muchísimas consecuencias.
La cuidad de Mercedes aun se conserva como relativamente segura, debido a la cantidad de efectivos policiales, gendarmeria nacional y penitenciaria que están en el lugar.... lamentablemente me encuentro preocupada por los comentarios que leí, uno de los cuales decía que los familiares de los privados de su libertad se adueñan del lugar, como así también que estas personas encuentran mil formas distintas de liberarse logrando llegar a diferentes lugares, uno de los comentarios que pude observar brindaba la información que en plena asamblea una persona apareció en el salón donde estaban todos, debido a un trabajo en un túnel que había fabricado desde la cárcel a el lugar.

Como cuidadana de la cuidad de Mercedes, quisiera apelar a el razonamiento de nuestros queridisimos dirigentes.... y la pongan a la unidad donde no moleste a quienes no tenemos nada que ver con estas personas... es decir....
ellos están privados de su libertad... y a los vecinos de devoto los encarcelaron en la libertad... dejaron de ser dueños de sus vidas.... y no quiero que pase lo mismo aquí.

Ojala este en algún lugar donde no nos afecte.