Un paraíso convertido en una zona de desastre
El lodo agrava la situación en la desolada Villa La Angostura
Jueves 16 de junio de 2011
Publicado en edición impresa
Soledad Maradona
Para LA NACION
El muelle de la bahía Brava, en La Angostura, transformado en un camino sobre cenizas; detrás, el Nahuel Huapi. Foto LA NACION / Alfredo Leiva
VILLA LA ANGOSTURA.- La aldea de montaña tiene un aspecto desgarrador. El gris de las cenizas, el lodo que corre por sus calles, el cielo plomizo y la oscuridad son parte del nuevo panorama que grafica el peor momento de Villa La Angostura desde que entró en erupción el volcán Puyehue, en Chile. Esta ciudad paradisíaca está a punto de ser declarada "zona de desastre" para que se acelere la llegada de ayuda, después de nuevas lluvias de cenizas y la formación de lodo, lo que empeoró la situación que se vive desde hace 12 días y que nuevamente dejó al 80% de la población sin electricidad.
Cada vez son más los vecinos que abandonan sus hogares y se refugian en casas de familiares en otras ciudades, donde el panorama es más alentador, incluso en la vecina Bariloche, situada a 83 kilómetros y cuyas condiciones mejoraron.
Esa desolación se nota en las calles. En barrios enteros no hay movimiento. Muchos ni siquiera salen de sus casas por el intenso frío que trajeron las nevadas en la zona de montaña; otros no quieren ver en qué se convirtió la villa.
Uno de los mayores impactos visuales está en el lago Nahuel Huapi, en la bahía Brava, donde el viento y las corrientes de agua arrastraron una gran masa de arena volcánica y extendieron unos 500 metros la costa, donde quedaron encallados botes pequeños y hasta un catamarán de gran porte que realiza paseos lacustres al bosque de Arrayanes.
Uno de los botes afectados es del Parque Nacional Nahuel Huapi, que ayer, Juan, el guardaparque del bosque, se dedicaba a limpiar con espátula y pala antes de que la ceniza se secara y endureciera, y afectara todavía más la embarcación. El guardaparque vive en la península de Quetrihué, en pleno bosque, y desde que entró en erupción el volcán evacuó la vivienda aunque cada tanto vuelve para limpiar las instalaciones. "El bosque va a seguir cerrado por mucho tiempo", advierte.
Las tareas de despeje de cenizas se multiplican en las casas y los comercios. También en la capilla Sagrada Familia, del barrio Las Piedritas, donde tres jóvenes voluntarios -Pablo Castro, Miguel Pinto y Emanuel Posetto- palean desde el techo y con un gancho ideado por ellos mismos en forma de "T" para arrastrar una masa de ceniza más amplia.
Psicológico
"Y dicen que era psicológico. No es tan psicológico; que vengan a ver lo que pasa acá", se quejó Emanuel en referencia a las expresiones que realizó la semana pasada la presidenta Cristina Fernández.
A escasos metros, en el Centro Comunitario Las Piedritas, un grupo de voluntarios y guardafaunas preparaban leña de pino prolijamente cortada con motosierras para repartir en los barrios que necesitan más urgentemente material para calefaccionarse.
El angustiante panorama repercutía también en la gente: "No sé en qué va a terminar todo esto porque los hoteles y los comercios no están trabajando", dijo a La Nacion Gastón, un empleado municipal que regresaba a su casa en moto, cubierto con antiparras, gorro de lana, bufanda y guantes.
El tránsito se complicó aún más por la tarde cuando comenzó a caer una incesante llovizna que afectaba la visibilidad. Ya desde la ruta 231, a escasos kilómetros de la ciudad, empezaba a reducirse y apenas se veían dos agentes de la policía neuquina que realizaban controles de tránsito en el ingreso a la ciudad.
En la madrugada un vehículo con custodios del gobernador Jorge Sapag, que había visitado nuevamente la localidad, protagonizó un vuelco en la ruta 234, conocida como de los Siete Lagos, en dirección a San Martín de los Andes. Sufrieron heridas menores y fueron trasladados en el auto del gobernador.
Los mapuches reclamaron asistencia
La autoridad mapuche (werken) de la Confederación Indígena Neuquina reclamó al gobernador provincial, Jorge Sapag, ampliar la zona de emergencia por el efecto de las cenizas volcánicas, en tanto que en Río Negro y Chubut realizan gestiones para acelerar la llegada de ayuda.
Comunidades de la zona cordillerana y de la meseta patagónica quedaron seriamente afectadas en su economía (ganadería y siembras, entre otras). Representantes mapuches coincidieron en afirmar que la economía de las comunidades "está seriamente afectada, producto de las cenizas caídas en las últimas semanas".
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