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Barracas a pintar

EN 15 DÍAS PINTARÁN 70 FACHADAS DEL SECTOR MÁS POSTERGADO DEL BARRIO
Las paredes de Barracas cambian y recuperan los colores del pasado
Publicado el 14 de Noviembre de 2010 | Tiempo Argentino.
Por Claudio Mardones

Es en el marco del Proyecto Buenos Aires Más Color y el Programa Puertas del Bicentenario del Ministerio de Cultura porteño. Los vecinos eligieron la paleta y ayer tomaron los pinceles para modificar el paisaje cotidiano.

 En dos semanas, uno de los puntos más antiguos y olvidados del sur de Barracas, recuperará los colores que tuvo hace más de medio siglo, cuando el asentamiento que nació desde las orillas del Riachuelo abandonó los rastros virreinales de la ciudad fundacional para transformarse en un barrio obrero de casas bajas, rodeado de fábricas y galpones que, desde 1970, comenzaron a quedar vacíos. A partir del 30 de noviembre, las 70 casas que integran el entorno de las plazas Agustín Magaldi y Miguel Unamuno, ubicadas al 3200 de las paralelas Iriarte, Río Cuarto y Santo Domingo, estrenarán fachadas, pintadas a nuevo por sus propios habitantes.

La intervención insumirá 2100 litros de pintura látex que comenzaron a ser aplicados ayer, luego de seis meses de clases de pintura y consultas con los vecinos para “que pudieran elegir su paleta de colores”, según cuenta Catalina Clusellas, colorista de la Asociación Civil Más Color, el organismo que creó el Proyecto Buenos Aires Más Color – Barracas Pinta Bien junto al Programa Puertas del Bicentenario del Ministerio de Cultura porteño.

Tras los debates, “los vecinos eligieron 18 colores de látex, donados por la fábrica Sinteplast, que nos permitirán aplicar una paleta cálida y armoniosa, acorde con Barracas, un barrio con mucha historia, que dentro de poco exhibirá una propuesta luminosa”, dice entusiasmada Diana Goransky, una de las artistas plásticas de la asociación, que ya realizó diez intervenciones similares en poblaciones postergadas de Río Negro, Salta, Chaco y Pompeya.

En Barracas, arrancó ayer en la esquina de Luna y Damianovich, sobre la fachada del Centro Materno Infantil, a escasos metros del límite sur de la Villa 21-24, una de las más pobladas de la ciudad, con 40 mil habitantes. Los trabajos de recuperación no llegarán al corazón del barrio, pero cambiarán la cara de tres “casas nido”, el nombre que llevan las casas de familia del barrio destinadas a recibir y acompañar a seis menores de dos años, cada una, coordinadas por el CMI. Esas fachadas empezaron a cambiar ayer con el pincel de las amas de casa. “Es muy intenso ver que el lugar donde trabajamos empieza a tomar vida. Antes creíamos que nuestro barrio estaba olvidado, pero cuando nos juntamos con otros vecinos aprendimos que la solidaridad es fundamental para transformar el barrio”, dice Juana Conisares, una mamá de 46 años a cargo de una casa nido del barrio. Hasta el martes 30, un hormiguero de vecinos trabajará todos los días en un radio de 18 cuadras. “Cuando uno pinta el exterior, pinta para uno y para todos, por eso creemos que es la mejor forma de comunicarte con tus vecinos en otro sentido”, explica Clusellas con las manos llenas de pintura.

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