Para evitar quejas provinciales, no cambian la hora en el verano
Por segundo año consecutivo Cristina no aplicará la norma que ella impulsó.
PorANTONIO ROSSI | clarin 03-10-10
Por segundo año consecutivo, el Gobierno va camino a no cumplir con la ley de cambio de hora durante el período veraniego.
Se trata de la ley 26.350 que fue impulsada por la presidenta Cristina Kirchner a los pocos días de haber asumido en diciembre de 2007.
La norma establece que todos los años el Poder Ejecutivo tiene que cambiar el huso horario entre octubre y marzo y adelantar los relojes una hora.
El año pasado, el corrimiento horario no fue aplicado por el rechazo que había generado en la mayoría de las provincias.
Ahora todo indicaría que el Gobierno va a optar otra vez por mantener el status quo, dejando en vigencia el actual huso horario para no tener que afrontar nuevos reclamos de las autoridades provinciales que se han manifestado en contra de la medida.
Diseñada con el doble fin de aprovechar mejor la luz solar durante los meses estivales e incentivar el ahorro energético mediante un menor consumo de electricidad, la ley 26.350 fue aprobada en el Congreso a fines de 2007 muy rápidamente y sin estudios previos que demostraran la conveniencia de los cambios.
Dicha ley determinó que durante el período invernal, la hora oficial en todo el país es la correspondiente al huso horario 3 al Oeste de meridiano de Greenwich. En tanto, para el período estival se estableció el huso horario 2. Según el artículo 4, el Gobierno tiene que fijar todos los años la fecha de inicio y cierre del período estival en el cual se debe efectuar el adelantamiento de la hora.
El horario de verano que marca la ley 26.350 sólo pudo aplicarse plenamente entre el 30 de diciembre de 2007 y el 16 de marzo de 2008.
Entre octubre de 2008 y marzo de 2009, el cambio de hora veraniego se topó con el r echazo de 11 provincias que decidieron no alterar los relojes.
En octubre del año pasado, la rebeldía del interior creció y 20 provincias se opusieron a la modificación. Ante esa situación que la iba a dejar desairada, la Nación decidió no cambiar la hora.
Las quejas más fuertes provinieron de las zonas turísticas . Los empresarios teatrales y gastronómicos protestaron porque al anochecer más tarde los turistas dejaban de ir a los espectáculos y retrasaban hasta la medianoche sus salidas a recorrer negocios y a cenar Desde las provincias cordilleranas, los cuestionamientos se focalizaron en que el cambio de hora prolongaba más de la cuenta el anochecer y afectaba sensiblemente los hábitos de la gente .
Desde que se adhirió en 1920 a la Convención Internacional de Husos Horarios, la Argentina siguió una política muy oscilante en el manejo de la hora oficial.
Hasta la década del 30 se aplicó el huso horario 4. Entre 1930 y 1969, se fijó el huso 3 para el verano y el huso 4 para el invierno.
Entre 1969 y 1974, se aplicó el huso 3 todo el año. En 1974, se pasó en el verano al huso 2 y luego se repuso el huso 3 hasta 1988 en que volvió a adoptarse el huso 2.
Entre 1989 y 1993, se fijó el huso 2 para el verano y el 3 para el invierno. Desde 1993 hasta 2004 se utilizó el huso 3 todo el año.
En 2004, por el impacto de la crisis energética local, varias provincias cordilleranas retrasaron por su cuenta los relojes durante el invierno.
Así se llegó a la situación actual donde ley de la hora oficial se cumple a medias y el Gobierno no atina a corregirla para no afrontar el costo político de haber impuesto una norma sin consenso y que no dio los resultados esperados.
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