MEDIO AMBIENTE : SANCIONES PREVENTIVAS EN DOS FIRMAS DEL GBA Y TRES DE CAPITAL
Clausuran cinco empresas por contaminar el Riachuelo
La Secretaría de Ambiente de la Nación detectó pérdidas de amoníaco en dos frigoríficos y problemas en el tratamiento de residuos peligrosos y efluentes en dos depósitos y una fábrica de envases plásticos.
Clausuran cinco empresas por contaminar el Riachuelo
La Secretaría de Ambiente de la Nación detectó pérdidas de amoníaco en dos frigoríficos y problemas en el tratamiento de residuos peligrosos y efluentes en dos depósitos y una fábrica de envases plásticos.

En el marco del Plan de Saneamiento del Riachuelo, lanzado el año pasado por orden de la Corte Suprema, la Secretaría de Ambiente y Desarrolo Sustentable de la Nación clausuró durante el fin de semana cinco establecimientos industriales de la cuenca. La clausura es una de las medidas preventivas que desde hace seis meses está habilitada a tomar la Secretaría, como cabeza de la Cuenca Matanza-Riachuelo, creada en diciembre por la ley 26.168.
Los establecimientos clausurados fueron dos frigoríficos en Cañuelas y dos depósitos y una fábrica de envases plásticos en el barrio de Pompeya. Los dos primeros son propiedad del mediático empresario de la carne, Alberto Samid, quien confirmó a Clarín que en sus frigoríficos (Liwin y Frigo Cañuelas) se detectaron "pérdidas de amoníaco, debidas a que el jueves pasado se rompieron los motores por el corte de luz". De buen humor, Samid agregó: "Felicito a la Secretaría de Ambiente por su velocidad para reaccionar".
En cuanto a los otros tres establecimientos clausurados, a los depósitos (Servitam y Sauer) se les cuestionó el tratamiento de residuos peligrosos y a la fábrica (Corigliano), el tratamiento de sus efluentes.
Desde que se lanzó el proceso de control ambiental de las industrias de la cuenca, hace seis meses, había habido una sola empresa clausurada, a principios de este mes. Fue un taller de tratamiento de metales, en el barrio de Barracas, al que se acusó de manejar incorrectamente residuos peligrosos, como soda cáustica, ácido sulfúrico y ácido nítrico. Luego de modificar en pocos días sus procesos operativos el taller fue autorizado a reabrir.
"No queremos echar a las industrias de la cuenca. Por el contrario, el objetivo es que convivan con el plan de saneamiento. Lo que no podemos aceptar es que sigan trabajando como hace cien años y se nieguen a entrar en un proceso de reconversión industrial. Los empresarios que no tengan voluntad de cambiar serán castigados con todo el rigor que indica la ley", dijo a Clarín la secretaria de Ambiente y Desarrollo Sustentable, Romina Picolotti.
Las industrias que son consideradas las mayores fuentes de contaminación en la cuenca del Matanza Riachuelo son los frigoríficos, curtiembres, químicas, petroleras y galvanoplastías, que se dedican al tratamiento de metales. En un informe elaborado el año pasado por el Defensor del Pueblo de la Nación, Eduardo Mondino, se mencionaron los nombres de las 65 empresas que sería responsables del 90% de la contaminación del Riachuelo, al arrojar a las aguas sus efluentes sin ningún tipo de tratamiento.
Picolotti aseguró el Estado les dará a las industrias "instrumentos económicos como créditos y subsidios para que se pongan al día en tecnología, tratamiento de efluentes, gestión de higiene y disminuyan sus costos en materia de agua y energía".
La funcionaria cuestionó particularmente la utilización de amoníaco para enfriamiento de las cámaras en los frigoríficos y planteó la necesidad de reemplazarlo por otra sustancia química.
Samid, sin embargo, dijo que "el amoníaco se usa en el 100% de los frigoríficos de Mataderos. Hasta ahora no hay otro sistema. Y no es peligroso. Nadie se murió por el amoníaco".
Después de la clausura parcial de sus frigoríficos, Samid estuvo ayer en la Secretaría de Ambiente —según contó él mismo y confirmaron en el organismo—, discutiendo algunas modificaciones en los procesos de producción que le permitan que sus establecimientos sigan funcionando en toda su capacidad.
El último informe oficial de Picolotti en la causa judicial fue en febrero pasado, cuando la funcionaria reveló a los jueces de la Corte que ninguno de los establecimientos industriales inspeccionados hasta entonces tenía cobertura de seguro por daños y que la gran mayoría (el 82%) admitió que no contaba con un sistema de gestión ambiental.
Los establecimientos clausurados fueron dos frigoríficos en Cañuelas y dos depósitos y una fábrica de envases plásticos en el barrio de Pompeya. Los dos primeros son propiedad del mediático empresario de la carne, Alberto Samid, quien confirmó a Clarín que en sus frigoríficos (Liwin y Frigo Cañuelas) se detectaron "pérdidas de amoníaco, debidas a que el jueves pasado se rompieron los motores por el corte de luz". De buen humor, Samid agregó: "Felicito a la Secretaría de Ambiente por su velocidad para reaccionar".
En cuanto a los otros tres establecimientos clausurados, a los depósitos (Servitam y Sauer) se les cuestionó el tratamiento de residuos peligrosos y a la fábrica (Corigliano), el tratamiento de sus efluentes.
Desde que se lanzó el proceso de control ambiental de las industrias de la cuenca, hace seis meses, había habido una sola empresa clausurada, a principios de este mes. Fue un taller de tratamiento de metales, en el barrio de Barracas, al que se acusó de manejar incorrectamente residuos peligrosos, como soda cáustica, ácido sulfúrico y ácido nítrico. Luego de modificar en pocos días sus procesos operativos el taller fue autorizado a reabrir.
"No queremos echar a las industrias de la cuenca. Por el contrario, el objetivo es que convivan con el plan de saneamiento. Lo que no podemos aceptar es que sigan trabajando como hace cien años y se nieguen a entrar en un proceso de reconversión industrial. Los empresarios que no tengan voluntad de cambiar serán castigados con todo el rigor que indica la ley", dijo a Clarín la secretaria de Ambiente y Desarrollo Sustentable, Romina Picolotti.
Las industrias que son consideradas las mayores fuentes de contaminación en la cuenca del Matanza Riachuelo son los frigoríficos, curtiembres, químicas, petroleras y galvanoplastías, que se dedican al tratamiento de metales. En un informe elaborado el año pasado por el Defensor del Pueblo de la Nación, Eduardo Mondino, se mencionaron los nombres de las 65 empresas que sería responsables del 90% de la contaminación del Riachuelo, al arrojar a las aguas sus efluentes sin ningún tipo de tratamiento.
Picolotti aseguró el Estado les dará a las industrias "instrumentos económicos como créditos y subsidios para que se pongan al día en tecnología, tratamiento de efluentes, gestión de higiene y disminuyan sus costos en materia de agua y energía".
La funcionaria cuestionó particularmente la utilización de amoníaco para enfriamiento de las cámaras en los frigoríficos y planteó la necesidad de reemplazarlo por otra sustancia química.
Samid, sin embargo, dijo que "el amoníaco se usa en el 100% de los frigoríficos de Mataderos. Hasta ahora no hay otro sistema. Y no es peligroso. Nadie se murió por el amoníaco".
Después de la clausura parcial de sus frigoríficos, Samid estuvo ayer en la Secretaría de Ambiente —según contó él mismo y confirmaron en el organismo—, discutiendo algunas modificaciones en los procesos de producción que le permitan que sus establecimientos sigan funcionando en toda su capacidad.
El último informe oficial de Picolotti en la causa judicial fue en febrero pasado, cuando la funcionaria reveló a los jueces de la Corte que ninguno de los establecimientos industriales inspeccionados hasta entonces tenía cobertura de seguro por daños y que la gran mayoría (el 82%) admitió que no contaba con un sistema de gestión ambiental.
fuente: clarin.
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